De Holanda a Bulgaria, imágenes de los dos extremos del comunismo
En su último fotolibro, la narradora visual búlgara Hristina Tasheva indaga en el sentido de las utopías y su deriva
Nacida en la Bulgaria comunista, en 2001 Hristina Tasheva (1976) se instaló como inmigrante ilegal en los Países Bajos. Abandonó su país con la idea de ganar un poco de dinero y regresar para empezar una nueva vida en su tierra. Un día, un ciudadano holandés le preguntó públicamente: “¿Eres comunista?”. La joven no supo cómo interpretar la cuestión. ¿Se trataba de un reproche o de una aprobación? Hoy la autora tiene la nacionalidad holandesa, pero de aquel desencuentro surgió una publicación: Far Away From Home: The Voices, the Body and the Periphery, una oportuna y convincente indagaci...
Nacida en la Bulgaria comunista, en 2001 Hristina Tasheva (1976) se instaló como inmigrante ilegal en los Países Bajos. Abandonó su país con la idea de ganar un poco de dinero y regresar para empezar una nueva vida en su tierra. Un día, un ciudadano holandés le preguntó públicamente: “¿Eres comunista?”. La joven no supo cómo interpretar la cuestión. ¿Se trataba de un reproche o de una aprobación? Hoy la autora tiene la nacionalidad holandesa, pero de aquel desencuentro surgió una publicación: Far Away From Home: The Voices, the Body and the Periphery, una oportuna y convincente indagación visual sobre el sentido de las utopías ideológicas y su deriva; tan necesarias para rebelarse contra el presente como frecuentemente fallidas en su desarrollo.
“Todas las utopías son deprimentes porque no dejan lugar para el azar, lo diverso, para aquellos que son diferentes. Todo está puesto en orden y el orden reina. Detrás de cada utopía hay siempre un gran diseño taxonómico; un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar”, escribía Georges Perec. Se trata de una de las citas en las que se apoya la narradora visual, quien para dar forma a este exhaustivo volumen basó su investigación tanto sobre la resistencia comunista en Holanda y su persecución durante la ocupación nazi, como en los actos criminales cometidos por el gobierno comunista en Bulgaria, después de la Segunda Guerra Mundial. Durante de cuatro años, Tasheva visitará los de los campos de trabajo y exterminio nazis, situados en Alemania, Francia y Polonia y, con mucha más dificultad, tratará de localizar los vestigios y ubicaciones exactas de los campos de concentración comunistas en su país, de los que apenas nadie habla, intentando dar respuesta a una cuestión que no dejará de rondar su cabeza: ¿Cómo me ven, como una víctima (luchadora en la resistencia) o una perpetradora? ¿Qué piensan de mí?
Mediante un diseño limpio y sencillo, que pone el énfasis en el contenido, la voluminosa publicación se estructura mediante archivos históricos, collages, dibujos, y fotografías realizados por Tasheva, así como distintos tipos de textos, testimonios escritos y extensos índices sobre un fondo blanco, listados que otorgan al conjunto un cierto tono críptico, y advierten de las muchas capas e interpretaciones a las que se presta la historia. La figura de Marinus van der Lubbe, un comunista holandés, que fue guillotinado en 1933, tras prender fuego al Reichstag, introduce al lector por los recodos del relato. El incendio, cuya autoría sigue generando dudas, precipitó el ascenso al poder a Adolf Hitler, que aprovechó la ocasión para difundir el miedo ante una posible revolución comunista. Entre los acusados también se encontraba el búlgaro Georgi Dimitrov, secretario general de la Internacional Comunista (Komintern) quien más tarde sería el primer jefe de gobierno de la República Popular Búlgara. Una imagen en la que aparecen los dos militantes, dos personalidades dispares, ante el tribunal de Leipzig, sirve de conexión para las dos partes contrapuestas del relato.
La mirada de la fotógrafa se mantiene neutra y aséptica en las imágenes en blanco y negro que van dando forma a la publicación. Prescinde de toda figura con el fin de centrase en el espacio en sí; en las sensaciones que produce a travesar estos campos de exterminio y monumentos y en la memoria colectiva e individual que encierra cada uno ellos. De igual forma, incorpora dibujos realizados a escala con el fin de ofrecer una representación lo más exacta posible de lo que suponía habitar aquellos lugares.
“Cómo trascender el mal sin ser tomado como la encarnación del bien”, se pregunta la autora en la segunda parte del libro, donde introduce una serie de collages realizados haciendo uso del que para muchos es considerado el mejor libro de dibujos de anatomía, Atlas de Topografía y Anatomía Humana Aplicada. Realizado por el decano de la facultad de Medicina y rector de la Universidad de Viena, Eduard Pernkopf, durante el Tercer Reich, con los cuerpos de los prisioneros ejecutados en los campos de concentración, su reedición fue prohibida en 1994. Los collages a su vez incorporan los autorretratos de la autora. Retratos para los cuales Tasheva cubrirá su cabeza con barro con el fin de conseguir el efecto de una escultura, cercana a las máscaras mortuorias realizadas por prisioneros que trabajaban en las morgues, con el fin de preservar la memoria de sus compañeros. Un planteamiento que al tiempo evoca el efecto del vaciado; de lo olvidado o manipulado.
La portada del libro está ilustrada con uno de estos collages y sirve como metáfora de las dos caras opuestas que pueden convivir en una misma personalidad. De igual forma, el archivo familiar de la autora compone la última parte del fotolibro. “Quise averiguar si mis familiares habían sido víctimas o perpetradores, o simplemente lo que llamamos gente normal”, explica la autora durante una conversación telefónica. “Una definición que siempre me ha resultado sumamente interesante, ya que me interesa mucho la ambigüedad que encierra la naturaleza humana. Cómo la misma persona, en distintas circunstancias, puede ser la víctima o la perpetradora. Resulta fácil juzgar e identificarse con el bien cuando se está en una posición de confort. La línea de separa la maldad del bien, a veces, puede ser muy delgada”.
Far Away From Home: The Voices, the Body and the Periphery, es un intento de entender nuestra propia historia a través de la historia de los otros. Un libro sobre la memoria que deja varias preguntas abiertas: “¿Cuál es la base común de ideologías como el comunismo y el nacionalsocialismo y cuál era su significado para el ciudadano medio en Europa? ¿Cómo organizan las distintas sociedades su cultura de la memoria, son capaces de aportar una perspectiva crítica?”, pregunta la autora
Una cita de Primo Levi recuerda que: “Quizás no se pueda comprender lo que sucedió, o no se deba comprender, porque comprender es casi justificar. [Pero] si comprender es imposible, conocer es necesario, porque lo sucedido puede volver a suceder, las conciencias pueden ser seducidas y obnubiladas de nuevo: las nuestras también”.
‘Far Away From Home: The Voices, the Body and the Periphery’. Hristina Tasheva. Autopublicado. 459 páginas. 70 euros.
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