Genie Espinosa: “Estudiar una carrera, o varias, está sobrevalorado”

Tras el éxito de la vitalista Hoops, una distopía feminista protagonizada por tres amigas no normativas, la ilustradora y autora de cómics Genie Espinosa (Badalona, 1984) publica Tiburón Blanco (Sapristi), un viraje hacia la introspección de la mano de una joven que se traslada a una pequeña isla para recoger las pertenencias de su padre, recién fallecido....

Tras el éxito de la vitalista Hoops, una distopía feminista protagonizada por tres amigas no normativas, la ilustradora y autora de cómics Genie Espinosa (Badalona, 1984) publica Tiburón Blanco (Sapristi), un viraje hacia la introspección de la mano de una joven que se traslada a una pequeña isla para recoger las pertenencias de su padre, recién fallecido.

¿Cuándo supo que se dedicaría a la ilustración? Llegué a un momento en mi vida en el que estaba pensando si seguir con un trabajo estable que ya dominaba o intentar seguir un sueño. No sabía cómo se podía acercar al mundo de la ilustración o cómo trabajar en él. Al final, decidí que me arrepentiría si no lo intentaba y dejé mi trabajo para lanzarme a aprender y trabajar todo lo que pudiera. Justo este año ha hecho diez que tomé la mejor decisión de mi vida laboral.

A la hora de crear un cómic, ¿qué va antes, el dibujo o la palabra? Es quizá una mezcla de ambas, siempre empieza con un personaje dibujado sin motivo, un accidente de lápiz. De repente no me puedo sacar al personaje de la cabeza, como si quisiera estar vivo y empiezo a pensar una historia para él. Dónde podría estar vivo, cómo es su personalidad y qué le ha pasado. Entonces empiezo a escribir la historia.

¿De qué cómic ajeno le habría gustado ser autora? Me hubiera flipado ser la autora de Tokyo Zombie o tener la gracia y la personalidad narrativa de Aude Picault en Rollos míos (o Más rollos míos) para contar historias.

¿Con qué tres palabras definiría el cómic perfecto o casi? Para mí un cómic perfecto tiene sin duda personajes con los que te puedes identificar, una historia intrigante y experimentación gráfica. Para resumir, un cómic debería ser experimental, emotivo e intrigante.

¿Cuál ha sido el último libro que le ha gustado? El último cómic que me he leído que me ha encantado es Planeta, de Ana Oncina; el último libro que me he acabado es Al final siempre ganan los monstruos, de Juarma, una delicia.

¿El que tiene abierto en la mesilla de noche? Punki, la continuación del anterior libro de Juarma.

¿Cuál es la película que más veces ha visto? ¡Uf! una competición muy ajustada entre Abyss, Jurassic Park y Mary Poppins.

¿La última serie que vio del tirón? We Are Lady Parts, increíble, no me puedo creer que haya tardado tantísimo en verla.

Si tuviese que usar una canción o una pieza musical como autorretrato, ¿cuál sería? Depende del día: o Girl, Afraid, de The Smiths o She’s a Rainbow, de los Rolling Stones.

¿El clásico (libro, película…) que ha descubierto más recientemente? Pues aunque ya lo había leído en mis años mozos, he tenido el placer de ilustrar La Odisea y me ha encantado redescubrirlo con ojos más maduros.

¿Qué suceso histórico admira más? No tengo una obsesión en plan “los secretos de la Guerra Civil” o “cómo se construyeron las pirámides”. Lo que sí me flipa es un buen documental, me engancho superfácil. Hace poco vi uno sobre competiciones de cubos de Rubik y me flipó.

¿Qué encargo no aceptaría jamás? Uno que me comprometiera moralmente, no cojo trabajos con los que no concuerdo en ese sentido.

¿Qué está socialmente sobrevalorado? Haber estudiado una carrera (o varias). Siempre me ha parecido que las habilidades con las que desempeñas tu trabajo van más allá de la titulación académica.

De no haberse dedicado al cómic le habría gustado ser... De adolescente quería el clásico: veterinaria. Ahora, si lo pienso, me gustaría tener una librería o algo manejable con un rinconcito para el café, sería superbonito.

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