Juan del Junco, el fotógrafo que siempre regresa al nido
Una exposición en Sevilla reúne la parte de la obra del autor donde la ornitología y el paisaje le sirven como vehículo para ahondar en sus propias emociones
La filopatría es una característica conductual, el comportamiento de búsqueda y retorno al lugar de origen presentado por algunas especies animales. Muchas permanecen en el mismo territorio en el que nacieron pero otras, como las aves migratorias, vuelven a anidar al mismo lugar todos los años. Una vuelta al origen que sirve de alegoría al quehacer artístico desarrollado a lo largo de está última década por Juan del Junco (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1972). Advierte el autor que solo le apete...
La filopatría es una característica conductual, el comportamiento de búsqueda y retorno al lugar de origen presentado por algunas especies animales. Muchas permanecen en el mismo territorio en el que nacieron pero otras, como las aves migratorias, vuelven a anidar al mismo lugar todos los años. Una vuelta al origen que sirve de alegoría al quehacer artístico desarrollado a lo largo de está última década por Juan del Junco (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1972). Advierte el autor que solo le apetece trabajar sobre asuntos que realmente le fascinen o le atañan. De ahí que, los pájaros y el paisaje configuren su obra, como lo hace su biografía y la memoria. Una mezcla que resulta en lo que él mismo define como una “geografía personal” de tintes tan “alegóricos” como “terapéuticos”, que encuentra su expresión en Conceptual Andalusia (o el esfuerzo sin fin por entender mi condición filopátrica), un amplio conjunto de proyectos que de forma global acoge la sala Atín Aya de Sevilla, hasta el 10 de septiembre.
Dividida en tres partes, la exposición se articula mediante piezas, en su mayoría de gran formato, compuestas por múltiples fotografías. Todas ellas basadas en la idea del remake. En la seducción que desencadenaron siendo niño el autor los libros de ornitología, de entomología y de botánica que encontraba en la biblioteca de su padre (pionero de la ornitología moderna en España). Como ocurrió con Oiseaux en vol (Pájaros en vuelo) y Wild Andalusia. Coto de Doñana, dos publicaciones firmadas por Charles A. Vaucher en los años sesenta que, lejos de ser inventarios de aves, revelaban la relación más personal y emocional que científica del autor con los pájaros. A Del Junco también le atraían otras muchas láminas, las imágenes fotográficas, los diagramas y los croquis, así como otras formas de representación utilizadas en el estudio de las aves. “Siempre me han fascinado los métodos de campo de la ornitología, métodos que me atañen puesto que forman parte de la historia de mi vida y la de mi familia”, asegura el autor.
De igual forma, los referentes artísticos de este autor, que no se considera fotógrafo sino que se define a sí mismo como un artista visual que emplea la fotografía, se encuentran en el arte minimal y conceptual de los sesenta y setenta. “En 2014, revisando Wild Andalusia me di cuenta de que estos libros que tanto me habían gustaban eran coetáneos del trabajo de los artistas que me interesaban y comencé a establecer analogías con estos autores tan radicales que cambiaron la posición de la fotografía dentro del arte. Decido hacerlo en capítulos, bajo un planteamiento sistemático que se va retroalimentando. Una investigación sobre la ornitología y sobre mí mismo”, explica Del Junco. De esta forma, “la etología de las propias aves se configura como el territorio desde el que se contempla, con mayor o menor distancia, el propio artista, en un abierto juego de resonancias entre la observación de las aves y la observación de sí mismo”, apunta Alberto Martín, comisario de la muestra.
Su dedicación a la fotografía surgió tras obtener una licenciatura en Bellas Artes. ”Quizá, la procedencia de un ambiente científico me predispuso a utilizar una máquina”, advierte Del Junco. Fue en Reino Unido donde entró en contacto con artistas que utilizaban la fotografía como vehículo expresión. Eran los años en los que las llamadas “tácticas de choque” de lo miembros del grupo Young British Artists revolucionaban el escenario artístico internacional de la mano de Charles Saatchi, introduciendo elementos en sus obras a los que el público no estaba acostumbrado. “Descubrí que la fotografía podía prescindir de las pretensiones estéticas. Que sus posibilidades eran enormes y que me podía servir para referirse al yo”, señala el autor. “Siempre ha existido en mi un afán clasificatorio. Tendente a analizar la sociedad. A observar como la gente se relaciona y está en el mundo, como estamos aquí casi como animales. A estudiar la relación del ser humano con su entorno”. Así, dice estar interesado en “una geografía de proximidad, [...] ya que los paisajes circundantes, como los amores, no se eligen: se conocen y se aman”.
La primera sala de la exposición hace referencia a la carga autobiográfica de la obra. Hay piezas que hablan de los libros de la infancia del autor. Otra, como Turdus Merula (2020) se centra en los mirlos que observa en un parque de Málaga (donde en la actualidad ejerce como profesor en la Facultad de Bellas Artes), situado en una de las zonas más acomodadas de la ciudad. El autor seguirá el método de campo utilizado por la ornitología para estudiar un ave sedentaria, que no emigra, y confrontarla a su propia historia; la de un artista que vive en una situación precaria, forzado a ir de un sitio para otro. 2 manos y 10 plumas (2022) hace referencia a ese hombre que habla con los pájaros y los observa de igual a igual, mientras Un recorrido por los monumentos del parque (2023), se inspira en Un recorrido por los monumentos de Passaic, Nueva Jersey, 1967, de Robert Smithson, obra en la que esta figura fundamental el Land Art regresa a su localidad natal, convertida en un suburbio industrial, para redefinir el concepto de belleza y la forma de entender lo pintoresco. El recorrido de Del Junco tiene lugar por el Parque de María Luisa de Sevilla. Un lugar que atravesaba a diario para ir al Instituto, cargado de recuerdos, entre otros sus primeros escarceos amorosos. A él regresará buscando pájaros, fotografiando a su paso elementos arquitectónicos relacionados con el pintoresquismo, lo oriental y lo folclórico pero también los oscuros matorrales donde se esconden las aves. “Habla con lo que hace uno en esos parques cuando es joven. De un lugar natural y salvaje, donde se esconde otra parte de vida”, señala el artista.
Este último trabajo está conformado como un fotolibro, con imágenes maquetadas a doble página, como si estuvieran preparadas para una publicación. Sirve de enlace con la segunda parte de la muestra, centrada en la vinculación de la obra del artista andaluz con la idea de la apropiación. Se trata de obras “que adoptan la forma de libro en pared, libros impresos que replican, alteran y transforman la obra formalizada para el espacio expositivo”, apunta Martín. “Series que se articulan explorando las posibilidades de secuenciación que ofrece la publicación impresa, libros que se apropian de libros ya existentes, o falsos libros, son algunos de los procedimientos que dan cuerpo a esa exploración en torno al libro y la fotografía”. Así, Buscando oropéndolas obsesivamente, (2016) está concebido en forma de desplegable, en un claro guiño a Every Building on The Sunset Strip de Edward Ruscha. Expolio (2016) refiere tanto a los métodos de la taxonomía y a la precisión editorial, como a los descubridores y clasificadores de especies y a la intervención sobre lo natural.
La tercera y última parte alude a la idea del territorio y el paisaje, elemento inherente a la obra de Del Junco. “Lo que hago es trasladar a la fotografía la forma en la que veo el paisaje cuando salgo a ver pájaros con los prismáticos. Los ornitólogos lo que hacemos es mirar un paisaje acercado, con muy poco ángulo de visión. De manera que me propongo trasladar esa visión mediante un teleobjetivo y, en vez de en horizontal, como se presentan los paisajes de forma tradicional, la presento seccionada, aumentada y en vertical”, explica el autor. “Llega un momento en que tras recorrer el mismo lugar durante días y días sin parar, uno nota que está compartiendo un territorio con las aves. Se funde totalmente con su entorno. En realidad todo esto tiene que ver con la alegoría de la búsqueda. Los que buscamos pájaros lo que nos gusta es encontrar pájaros. Pero cuando llegas a la cima de una montaña, pasa algo terrible; te das cuenta que hay otra detrás, que la búsqueda no termina nunca. En mi trabajo hay un fuerte componente utópico. Habla de la imposibilidad de comprenderse a uno mismo. Buscar pájaros es en realidad la búsqueda de uno mismo”.
Conceptual Andalusia (o el esfuerzo sin fin por entender mi condición filopátrica). Juan del Junco. Sala Atín Aya. Sevilla. Hasta el 10 de septiembre.
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