‘Los silencios de la libertad’, los asesinos están entre nosotros

Nunca hay que bajar la guardia. El nuevo ensayo de Guillermo Altares alerta de que ningún país está a salvo por muy consolidada que parezca la democracia

Un civil muerto en una autopista situada cerca de Bucha, a poco más de 20 kilómetros de Kiev (Ucrania).Mykhaylo Palinchak (Zuma Press / ContactoPhoto)

A los pocos días de la invasión criminal de Ucrania circularon unas imágenes tan tristes como las de la devastación que desde hace más de un año sufre el país. Eran panorámicas de Kiev durante las fiestas navideñas previas al ataque. Era una ciudad como las nuestras que había vivido las fiestas como las disfrutábamos nosotros. Pero, de repente, a esos europeos les tocaba experimentar la normalidad del terror que hemos logrado olvidar c...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

A los pocos días de la invasión criminal de Ucrania circularon unas imágenes tan tristes como las de la devastación que desde hace más de un año sufre el país. Eran panorámicas de Kiev durante las fiestas navideñas previas al ataque. Era una ciudad como las nuestras que había vivido las fiestas como las disfrutábamos nosotros. Pero, de repente, a esos europeos les tocaba experimentar la normalidad del terror que hemos logrado olvidar con la rutina, tan excepcional, de la paz y la libertad. Como a tantas generaciones de nuestros antepasados, no tan lejanas, los ucranios estaban amenazados de muerte, centenares de miles se convertían en refugiados sin saber cuál iba a ser su destino, algunas mujeres eran violadas como castigo por los soldados ocupantes y muchos hombres eran condenados a luchar en el frente. ¿Cómo modifica esta realidad nuestro estar en el mundo? ¿Cómo nos explicamos como demócratas y europeos?

“El pasado cambia porque el presente que muta constantemente condiciona la mirada”, escribía Guillermo Altares en Una lección olvidada. Y ahora nuestra mirada sobre la civilización de la que formamos parte está mediatizada por Ucrania. También la mirada humanista de Altares. Cronista de guerra y reportero de Internacional, este periodista es un apasionado del viaje, la lectura y la historia. Ahora, con la conciencia conmocionada por la libertad agredida, se recuerda en lugares donde ha estado —en Siracusa, en Berlín, en un castillo cerca del desembarco aliado en Normandía— y nos invita a pensar con detenimiento el pasado allí concentrado, demasiadas veces silenciado u olvidado, y meditar sobre lo amenazada que siempre está la libertad que hemos dado por hecha.

“Ningún país, por muy fuertes que considere sus instituciones y por muy sólido que crea el marco legal que garantiza los derechos de sus ciudadanos, está totalmente a salvo”. Ha pasado ahora. Ha pasado siempre. Y esta mezcla de crónica y ensayo, dura y honda, nos lo demuestra al proponernos un viaje en el tiempo, demasiado humano, desde la Grecia de Pericles hasta la tragedia de la antigua Yugoslavia pasando por la Roma Republicana, el Termidor revolucionario, la guerra civil española o el infierno planificado de la Shoah. La violencia y la venganza acechan la paz. Mostrarlo a través de casos concretos y con el saber acumulado de los sabios es la forma de compromiso cívico desde la cultura que propone un libro necesario que tiene como moral esta frase: “El precio de la libertad es la vigilancia eterna”. No hay que bajar la guardia. Por la democracia y por nosotros.

“Una mezcla de odio e incomprensión, de propaganda machacona capaz de alcanzar los temores más profundos de la gente, son los ingredientes necesarios para cualquier atrocidad”

En diversos momentos de Los silencios de la libertad Altares afirma que la historia no se repite, pero descubre constantes del proceso social de quiebra de la libertad de los regímenes y cómo entonces el horror enfurecido se instala en la cotidianidad y emerge la inhumanidad. “Una mezcla de odio e incomprensión, de propaganda machacona capaz de alcanzar los temores más profundos de la gente, son los ingredientes necesarios para cualquier atrocidad”. La principal virtud de su planteamiento es recordarnos que cada uno es responsable. Responsable de vigilar la calidad de la democracia, consciente de en quién nos podemos transformar cuando el orden se rompe. Porque podemos ser víctimas, pero para que haya víctimas son necesarios los verdugos, y el pasado evidencia que los justos entre los justos son la excepción. Aquí se recuerda con su nombre a algunos, pero los más fueron los delatores, los atemorizados que callaron, los que engrasaron la maquinaria del crimen político. Es así. Los asesinos siempre están aquí y, sí, por supuesto, mañana podríamos ser nosotros.

Los silencios de la libertad

Autor: Guillermo Altares.


Editorial: Tusquets, 2023.


Formato: tapa blanda (304 páginas, 21,90 euros) y e-book (10,99 euros).

Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Sobre la firma

Más información

Archivado En