‘El país más feliz del mundo’: los ‘influencers’ al servicio del cruel régimen de Kim Jong-un

Macarena Vidal y Sara Romero superan en su ensayo la sensación de farsa que ofrece Corea del Norte a los periodistas extranjeros y escarban en una realidad llena de contrastes

Varias personas pasean en bicicleta a orillas del río Taedong, en Pyongyang, Corea del Norte.ERIC LAFFORGUE (Alamy)

“Es para cuidaros mejor”, les dijeron a Macarena Vidal y Sara Romero sus guías norcoreanos para justificar que, mientras durase su visita a Pyongyang, no se irían a casa por las noches, sino que dormirían en el mismo hotel que ellas. Como todo periodista que llega a Corea del Norte, las corresponsales de EL PAÍS y Antena3, respectivamente, se alojaron en el mítico Yanggakdo. A esa mole construida en una isla en medio del río Taedong y comunicada ...

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“Es para cuidaros mejor”, les dijeron a Macarena Vidal y Sara Romero sus guías norcoreanos para justificar que, mientras durase su visita a Pyongyang, no se irían a casa por las noches, sino que dormirían en el mismo hotel que ellas. Como todo periodista que llega a Corea del Norte, las corresponsales de EL PAÍS y Antena3, respectivamente, se alojaron en el mítico Yanggakdo. A esa mole construida en una isla en medio del río Taedong y comunicada con el resto de la ciudad por un único puente le llaman el Alcatraz de la prensa extranjera. Igual que a sus colegas, a las reporteras les tocó hacer el mismo recorrido milimetrado: realizar la ofrenda floral a la estatua del ex dictador Kim Il-sung, el festival Arirang, las dos estaciones de metro que recuerdan a las de Moscú, con sus lámparas gigantescas y sus mosaicos propagandísticos gigantes a cien metros bajo tierra. La agenda oficial resulta una pesadilla para los reporteros, que no pueden captar nada que se salga del guion. Los intérpretes los pastorean y, a su vez, son vigilados constantemente por sus jefes para que no digan nada inconveniente sobre el régimen. Los pocos testimonios que creen conseguir resultan ser falsos: descubren que la enfermera que habló para los medios en un hospital era la misma que se presentaba como operaria en una fábrica. La sensación de farsa resulta frustrante para el lector, por eso se agradece que las autoras siguieran rascando información. Este libro recoge los tres viajes que hicieron entre 2015 y 2017.

Vidal y Romero se centran en la evolución de Corea del Norte desde que Kim Jong-un llegó al poder en 2011. En un país de 26 millones de habitantes que lleva setenta años dominado por la misma familia es complicado reflejar los cambios, pero entre Kim Il-sung, el “Eterno Presidente” y su nieto y actual líder, ha habido un giro clave. El Kim abuelo se empleó a fondo para desarrollar su programa nuclear. A su muerte en 1994, tomó el relevo Kim Jong-il, el “Querido Líder”, que heredó la hambruna y el divorcio doloroso de la Unión Soviética. El tercer emperador de la dinastía, Kim Jong-un, ha mostrado la misma crueldad que sus predecesores, pero está abriendo la mano en lo económico. Las autoras visitan los mercados informales, en los que la gente saca un sobresueldo vendiendo objetos o comida preparada. También hablan con los donju, los nuevos ricos que se hacen traer caprichos de China y viven en rascacielos recién construidos. Recogen anécdotas reveladoras: por ejemplo, en un parque acuático donde los visitantes pagan más de 7 euros por cuatro horas (el salario medio está entre 20 y 60 euros al mes), preguntan a su guía si él puede llevar allí a su hijo a divertirse. “No, no. Yo no tengo tiempo y él tiene que estudiar”, les responde el hombre, riendo nervioso.

El país más feliz del mundo está lleno de escenas que dejan ver las limitaciones, la curiosidad y las ganas de progresar de los norcoreanos. No es un tratado sobre la historia, la sociedad o la economía de Corea del Norte ni tampoco un análisis del programa nuclear del país. Pero al leerlo se aprende sobre todo eso. Pyongyang es uno de los lugares más interesantes y opacos del mundo, donde se ven teléfonos móviles pero no funcionan las tarjetas SIM extranjeras y los niños se forman en lanzamiento de cohetes. Kim Jong-un se aferra a su programa nuclear para captar atención internacional. Y promueve a influencers del régimen que lo adulan en redes sociales.

La crónica de Vidal y Romero se detiene en 2020, antes de la pandemia. El lector se queda con ganas de saber qué ha sido de los norcoreanos desde entonces. No tanto de los ricos, a los que el régimen siempre ha permitido cierto oxígeno, sino de esa mayoría que se queda sin entrar al parque acuático.

El país más feliz del mundo

Autoras: Sara Romero y Macarena Vidal.


Editorial: Península, 2022.


Formato: tapa blanda (384 páginas páginas, 18,90 euros) y e-book (9,99 euros).

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