‘El fuego de la imaginación’, las intervenciones críticas de Mario Vargas Llosa

La recopilación de los artículos del premio Nobel sobre literatura es toda una lección magistral de un gran lector

Tan solo la posibilidad de volver al exaltante discurso ‘La literatura es fuego’, con el que Vargas Llosa agradeció en 1967 el Premio Rómulo Gallegos, justificaría ...

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Tan solo la posibilidad de volver al exaltante discurso ‘La literatura es fuego’, con el que Vargas Llosa agradeció en 1967 el Premio Rómulo Gallegos, justificaría esta nutrida compilación de artículos y ensayos breves, en su mayor parte ya recogidos en los tres volúmenes titulados Piedra de toque (2012) de sus Obras completas, a los que se añaden textos posteriores aparecidos en EL PAÍS. Y lo mismo cabe decir de escritos como ‘Novela primitiva y novela de creación en América Latina’ (1968) o de ‘El arte de mentir’ (1978), en los que, respectivamente, se traza un temprano y lúcido panorama de la revolución narrativa que protagonizaron Carlos Fuentes, Cortázar, Lezama Lima y Gabriel García Márquez a la zaga de Onetti, Rulfo o Borges, y se delinea con esmero el perímetro que ocupa la verdad en los artefactos literarios de ficción (“toda buena novela dice la verdad y toda mala novela miente”).

El volumen se organiza en seis secciones de asunto homogéneo y extensión desigual que van desde el arte de la ficción, una de las más interesantes (véase la réplica de Vargas Llosa al crítico Ángel Rama a propósito de su Historia de un deicidio, sobre García Márquez), hasta las dedicadas a las bibliotecas y librerías, el teatro, el cine y el arte y la arquitectura. En ninguna remolonea ni desfallece la inteligencia alerta del escritor peruano, particularmente reactiva ante lo que merece admiración y, a veces, queja o condena. Pero donde esta relampaguea es en la sección más vasta del libro, la dedicada a obras y autores latinoamericanos, españoles, franceses, anglosajones y “de otros países” (no sé por qué ahí se ha ubicado, junto a Kafka, Milosz o Günter Grass, el comentario —­reticente— a las Presencias reales de George Steiner). Son 400 páginas de espectáculo crítico que, a un tiempo, hilvanan una biografía de lector excepcional y brindan la oportunidad de contrastar, por ejemplo, cómo ejercía su oficio interpretativo nada complaciente en 1963 ante el Robbe-Grillet de Pour un nouveau roman, y en 2016 ante Sumisión, de Houellebecq.

Son piezas magistrales de una crítica inflamada de pasión literaria, tan lejos de una improbable objetividad valorativa como del mero impresionismo

Un buen número de los artículos que componen este mosaico son piezas magistrales de una crítica inflamada de pasión literaria, tan lejos de una improbable objetividad valorativa como del mero impresionismo, pero sustentada en una concepción de la literatura como espacio de ensanchamiento de la vida de la que deriva un sistema de valores. La literatura no mejora a los lectores, pero los hace más lúcidos de sus privaciones, amplía su horizonte de experiencia, y, con ello, los vuelve menos vulnerables a la infelicidad inducida por miedos e intereses ajenos y espurios. Lo explica en muchos lugares, como el artículo sobre Elizabeth Costello, de J. M. ­Coetzee (“uno de los mejores novelistas vivos”), que, por azar de la distribución de los textos, se lee antes de dos reseñas históricas: la de Últimas tardes con Teresa, de Juan Marsé (cuya excelencia radica —dice— en la violación de los cálculos que había hecho el autor), y la de Reivindicación del conde don Julián, de Juan Goytisolo, que se le antoja, atinadamente, un “crimen pasional”.

La pasión en estas páginas es la de la escritura literaria, de la que la reflexión crítica constituye, para Vargas Llosa, una provincia muy querida. Su posición política fue variando al dictado del principio de realidad (véase ‘Un francotirador tranquilo’, de 1974, sobre Persona non grata, de Jorge Edwards, donde sigue apelando al socialismo, pero “ya sin la ilusión, la alegría y el optimismo” que ha ido arruinando la Cuba castrista); sin embargo, su certidumbre de que la razón del escritor “es la protesta, la contradicción y la crítica” se ha mantenido inamovible, porque la vocación literaria nace de un incurable desacuerdo con la realidad.

El fuego de la imaginación

Autor: Mario Vargas Llosa.


Editorial: Alfaguara, 2022.


Formato: tapa blanda (788 páginas. 26,90 euros) y e-book (12,34 euros).

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