‘La ciudad futura’, así vivía la burguesía

Justo Serna y Anaclet Pons recrean la dinámica de una clase social acomodada y la transformación de la ciudad a partir del dietario del siglo XIX del valenciano José Inocencio de Llano y White

Fachada de la estación del Norte en Valencia, en una imagen de postal, alrededor de 1920.Biblioteca Valenciana Digital

Descubrieron una mina y no han dejado de explorarla. A principios del siglo XXI dos profesores de Historia —Justo Serna y Anaclet Pons— investigaban para escribir un artículo sobre la imagen de la llegada del tren a Valencia a mediados del XIX. Se sabía que uno de los espectadores de aquel momento fastuoso del progreso industrial era un burgués local que llevaba un dietario. ...

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Descubrieron una mina y no han dejado de explorarla. A principios del siglo XXI dos profesores de Historia —Justo Serna y Anaclet Pons— investigaban para escribir un artículo sobre la imagen de la llegada del tren a Valencia a mediados del XIX. Se sabía que uno de los espectadores de aquel momento fastuoso del progreso industrial era un burgués local que llevaba un dietario. Serna y Pons dieron con el manuscrito en la biblioteca municipal e intuyeron lo que nadie había imaginado: aquellas casi 1.000 páginas manuscritas eran un documento excepcional porque tenía la potencialidad de revelar una civilización entera y extinguida. Pero demostrarlo, además de estudiar a fondo el original, exigía dos cosas. Un conocimiento enciclopédico del periodo para convertir cada anécdota individual en categoría que iluminase la dinámica de una clase social —la burguesía— y la transformación de la ciudad —una capital comercial—. Y el dominio de la microhistoria, esa rama de la historia que fascina a ambos autores, que tiene El queso y los gusanos, de Carlo Ginzburg, como paradigma y que apuesta por reconstruir un periodo a partir de un caso concreto. ¿Podía ser José Inocencio de Llano y White su Menocchio?

Un ejemplo de la técnica que desarrollan. En el dietario, De Llano, nacido en 1828, no hace introspección ni explica anécdotas. Fundamentalmente, describe los viajes que hizo por Europa, casi siempre acompañado por su tío Juan, desde los 13 hasta los treinta y pico años. Estuvo varias veces en París paseando como un actor de la vida moderna. Y en una ocasión anotó lo que sigue: “Hemos ido a casa de Mr. Desirabode, quien me ha limpiado la dentadura”. El ejemplo es un fósil. Y el fósil debe ser interpretado. A partir de esta entrada, los historiadores no sólo descubren quién era ese prestigioso dentista, sino que nos van ampliando la mirada sobre el periodo al determinar cuál era la importancia que la burguesía daba a la salud y a la higiene. Así se comprende el sentido de una experiencia reiterada en la vida de nuestro protagonista y, al mismo tiempo, reveladora de esa civilización que ya dispone de guías de viaje: las estancias en los balnearios que tramaban no solo una geografía de clase —de Bath a Panticosa, pasando por Spa—, sino también unos códigos de conducta y socialización compartidos por burgueses de todo el continente. Un ejemplo como tantísimos.

A lo largo de La ciudad futura, Serna y Pons proceden así por sistema. Al rememorar, a través del metódico dietario del protagonista, la primera Exposición Universal en Londres o al explicar la transformación de Valencia tras la desamortización, cuando la élite local tiene la influencia política para pilotar las obras públicas de modernización de la ciudad que va a derruir las murallas. Transporte y urbanismo, ocio y negocio. Todo cruzado, y este es uno de los principales aciertos del libro: mostrar cómo se produjo la acumulación de capital de unas familias a través del comercio, una fase necesaria para la aparición y consolidación de una burguesía de provincias, pero conectada con el comercio internacional y que en el dietario de este joven cosmopolita es cotidianidad vivida con absoluta naturalidad. Los catedráticos Serna y Pons lo intuyeron cuando descubrieron el manuscrito. Lo han ido sustanciando durante 20 años, al volver al original, al leer más y más libros de la época o al integrar el saber de Los europeos, de Orlando Figes, o los estudios de Caballé sobre el dietario. A través de José Inocencio de Llano y White había una época e incluso su decadencia: la quiebra de la compañía familiar acabó por convertir al burgués en un rentista.

La ciudad futura. Viajes por la Europa burguesa

Autores: Justo Serna y Anaclet Pons.


Editorial: Barlin Libros, 2022.


Formato: tapa blanda (366 páginas, 23 euros).

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