La diferencia entre Joyce y Agatha Christie

Ariana Harwicz y Mikäel Gómez Guthart conversan en ‘Desertar’ sobre traducción y creación. El resultado es una crítica radical a la “ley” de la pulcritud en literatura

Ariana Harwicz en las calles de Buenos Aires.Silvina Frydlewsky

Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sabato, se titula en francés Alejandra, mientras que Boquitas pintadas, de Manuel Puig, es Le plus beau tango du monde. Ariana Harwicz pone estos dos ejemplos y añade: “Cuando menos política parece la obra, más lo es; cuando más inofensiva, más literal, más peligrosa; cuando más supuestamente local, más vendible. Yo desconfío de toda traducción que se hace pasar por la gemela de su original, como esos padres que se divierten vistiendo ig...

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Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sabato, se titula en francés Alejandra, mientras que Boquitas pintadas, de Manuel Puig, es Le plus beau tango du monde. Ariana Harwicz pone estos dos ejemplos y añade: “Cuando menos política parece la obra, más lo es; cuando más inofensiva, más literal, más peligrosa; cuando más supuestamente local, más vendible. Yo desconfío de toda traducción que se hace pasar por la gemela de su original, como esos padres que se divierten vistiendo igual a sus hijas para dar mayor efecto al parecido”. Autora de novelas como Matate, amor o Degenerado, la autora argentina ya había escrito a cuatro manos con Sol Pérez la novela-ensayo Tan intertextual que te desmayás (Contrabando). Ahora repite con Mikaël Gómez Guthart, traductor francés pasado por Buenos Aires y nieto de españoles y polacos.

EDITORIAL CANDAYA

Aunque el libro termina siendo el autorretrato de dos autores exigentes, el eje de la conversación es la traducción. Gómez Guthart defiende la posición más pragmática y, digamos, profesional. Harwicz, la más creativa —”romántica y académica”, según su interlocutor—. “Más que lo que dice un texto, es lo que hace lo que hay que traducir”, sostiene esta citando a Henri Meschonnic. Antes ha desgranado su teoría sobre las formas de entender esa labor según el lector sea creyente (Shakespeare en ruso sigue siendo Shakespeare), agnóstico (Shakespeare traducido “es y no es, lo conozco un poco, lo reconozco”) o ateo (si no sabes mucho inglés, nunca habrás leído realmente a Shakespeare).

Recurriendo a ejemplos de su propia experiencia, la novelista rechaza la idea de que una versión deba respetar la lengua de llegada. Bien al contrario, afirma, esa lengua debe “violentarse, perturbarse”. Si no, se pregunta, ¿qué diferencia hay en francés entre Joyce y Agatha Christie? Gómez Guthart pide confianza en los traductores, pero su respuesta es un jarro de agua fría para los creyentes: “Probablemente muy poca”. Harwicz, que no se resigna, arremete entonces contra la ley de “no escribir mal”, contra la escritura al servicio de la efectividad, o sea, de “que se entienda”. Se refiere a la traducción, pero es toda una poética. Y en estos tiempos, revolucionaria.

Desertar

Autor: Ariana Harwicz y Mikaël Gómez Guthart.


Editorial: Candaya, 2021.


Formato: 94 páginas. 12 euros.



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