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Una de cada dos personas es pobre en Argentina, según la Universidad Católica

La estimación del Observatorio de la deuda social argentina muestra una mejora en el segundo trimestre comparado con el primero, pero advierte del crecimiento de la desigualdad

Pobreza en Argentina
Personas en condición de calle comen tras recibir ayuda, el 27 de agosto en Buenos Aires.JUAN IGNACIO RONCORONI (EFE)

Argentina enfrenta una devastadora realidad social: la mitad de su población es pobre. El dato difundido por el Observatorio de la deuda social argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) para el segundo trimestre del año (49,4%) muestra una mejora respecto al primero, cuando la política de ajuste aplicada por Javier Milei al arranque de su mandato disparó la pobreza hasta su valor más alto en dos décadas: 55,9%.

Las personas en situación de indigencia o pobreza extrema —es decir, sin ingresos suficientes para comprar alimentos— se duplicó entre marzo de 2023 y marzo de 2024 hasta el 20,3%. Tres meses después se redujo al 15,9%. Las cifras son proyecciones realizadas por el Observatorio a partir de la Encuesta Permanente de Hogares que realiza el Instituto nacional de estadística y censos (Indec). Los datos oficiales de pobreza se darán a conocer a finales de mes.

Las estadísticas parecen indicar que el país ha tocado fondo, pero aún es pronto para confirmarlo. La incipiente recuperación no se debe a una reactivación económica que genere nuevos empleos, ya que Argentina se encuentra en recesión, sino al descenso de una tasa de inflación que provocaba que los precios aumentasen a un ritmo cada vez mayor al de los salarios. En 2023, el país se colocó en el podio mundial con una inflación del 211,4%. En los últimos tres meses, el IPC se ha estancado alrededor del 4% mensual, pero aún así supone un tercio de la que había en noviembre, el último mes completo del Gobierno de Alberto Fernández.

El director del Observatorio, Agustín Salvia, destaca la relación existente entre la reducción del ritmo de la inflación y el descenso de la pobreza. “La caída de la inflación permitió planificar más el gasto en los hogares y las empresas”, dice Salvia. Al mismo tiempo, señala que comenzó una lenta reactivación económica en algunos sectores dinámicos — agropecuario, energético, minero y financiero—, pero la recesión continúa en aquellos más vinculados al sector interno, como la industria manufacturera y los servicios. De prolongarse, se acelerará la destrucción de empleo y pondrá en riesgo la reducción de la pobreza.

Pobreza en Argentina
Personas sin techo hacen fila para recibir ayuda, el 23 de agosto en Buenos Aires.JUAN IGNACIO RONCORONI (EFE)

Este sociólogo advierte que la mejora de ingresos es también dispar: “Los asalariados del sector privado lograron acordar actualizaciones salariales en los últimos meses que le fueron ganando a la inflación, no así el sector público, que está empatando a la inflación, ni los trabajadores informales [sin contrato], que siguen perdiendo”. Como consecuencia, concluye, “baja la pobreza pero aumenta la desigualdad”.

Subsidios para amortiguar la crisis

La economía argentina está estancada desde hace más de una década y los indicadores socioeconómicos muestran un deterioro inédito —a excepción del desplome de 2020 por la pandemia de covid— desde la crisis del corralito de 2001-2002. A diferencia de entonces, sin embargo, el colchón de ayudas sociales creado en las últimas décadas ha amortiguado en parte el golpe para las familias más vulnerables. Sin estos subsidios, las tasas de pobreza y, en especial, la de indigencia serían muy superiores a la actuales.

Al ampliar la mirada, las estadísticas muestran que cada crisis económica achica un poco más la clase media argentina y agranda el número de hogares que quedan postergados económicamente. “Argentina tenía un 25% de pobreza estructural hace diez años y hoy estimamos que es del 30%. Es decir, son pobres ellos, sus hijos y también lo fueron sus padres”, detalla Salvia.

El director del Observatorio considera que Argentina se encuentra ante una crisis sistémica del modelo económico y político que estuvo vigente en el país en las últimas dos décadas. “Ya no era sostenible porque Argentina no crecía ni generaba empleo ni atraía inversiones y Milei ha comenzado a desarmarlo a un alto costo social con un fuerte ajuste y liberalización de precios”, opina.

Milei presumió este miércoles ante los líderes de la ultraderecha iberoamericana de estar haciendo “el mejor Gobierno de la historia de Argentina”, pero el desafío que enfrenta para sacar adelante a un país con más de 20 millones de pobres es enorme.

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