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Milei, en el Foro Madrid en Buenos Aires: “Estoy haciendo el mejor Gobierno de la historia argentina”

El presidente es la estrella de un nuevo encuentro de las fuerzas de la ultraderecha organizado por Vox y la Fundación Disenso

Santiago Abascal y Javier Milei, durante la reunión en Buenos Aries este jueves.Foto: Presidencia Argentina | Vídeo: EPV

Javier Milei es la estrella de la ultraderecha latinoamericana. Como único presidente en funciones de la corriente, atrae también la atención en Europa, donde ven en el argentino un modelo exitoso de toma del poder. El diputado y presidente de Vox, Santiago Abascal, viajó este jueves a Argentina y en su plan de tender redes al otro lado del Atlántico abrió el III Encuentro Regional de Foro Madrid – Río de la Plata 2024. Abascal celebró que por primera vez “los buenos están unidos” contra “lo malos”, y presentó entre aplausos a Milei. “Uno de los nuestros ha obtenido una victoria en su propia patria. Y después de un año de medidas difíciles y de prometer sangre sudor y lágrimas sigue recibiendo el cariño de la gente”, dijo. Milei devolvió el gesto. “En el mundo se popularizan ideas que ya hundieron a la Argentina”, dijo. Las crisis recurrentes que devastan al país sudamericano son, según la lectura del presidente, evidencia del fracaso del comunismo global y un anticipo de lo que espera al mundo si “no abraza las ideas de la libertad”. Para evitarlo, se colocó a sí mismo al frente de una cruzada alimentada por “las fuerzas del cielo”. “No solo estoy poniendo a la Argentina al tope mundial, siendo uno de los dos políticos más conocidos del mundo junto a Donald Trump, sino que además estoy haciendo el mejor gobierno de la historia argentina”, dijo Milei ante el auditorio.

El encuentro de las ultraderechas, que termina este viernes, se celebró en el Palacio Libertad, la ex sede central del correo que el kirchnerismo convirtió en 2015 y a metros de la Casa Rosada, en el centro cultural más grande de América Latina. Aún se ve sobre la puerta de ingreso el cartel que recuerda que hasta la llegada de Milei se llamó Centro Cultural Kirchner. Este jueves, la foto no pudo ser más contrastante. La sala de conciertos recibió a Milei, Abascal y decenas de referentes de la derecha iberoamericana, neoliberales, integristas, conservadores y autoritarios de diversa procedencia. El evento reunió a unas 400 personas, entre las que se mezclaron exiliados venezolanos y una decena de brasileños bolsonaristas requeridos por la justicia de su país por su presunta participación en el intento de golpe de Estado contra el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva.

Abascal abrió los discursos con cargas contra el presidente del Gobierno de España, Pedró Sánchez. Lo acusó de estar “hundido en la corrupción” y de promover “la importación de gente desde países que no tienen nada que ver con nuestra manera de pensar”. Pidió además una respuesta “más contundente” contra el fraude electoral que el “tirano” Nicolás Maduro ha perpetrado en Venezuela.

Milei, a su turno, armó un discurso sin salirse de la línea. Recurrió a los latiguillos que ya son parte de su marca: Argentina fue alguna vez una potencia mundial que se hundió por culpa de la casta política y los periodistas “ensobrados”; la única manera de garantizar la libertad individual es achicando el Estado; la lucha contra la inflación y el superávit fiscal son la batalla de su vida. “Los argentinos somos profetas de un futuro apocalíptico que ya vivimos, pero que el resto de Occidente aún tiene por delante. En los países líderes del mundo libre se vuelven cada vez más populares las ideas que hundieron a la Argentina en la miseria”, lanzó. Puso especial atención a Brasil, indignado por el cierre judicial de la red X, propiedad de su amigo Elon Musk. “Todavía hay degenerados en la Argentina que tienen nostalgia por la revolución bolivariana. Miremos a Brasil, donde la justicia adicta al poder petista ahora mismo está prohibiendo X, que no es otra cosa que la arena pública, donde los ciudadanos brasileños y del mundo pueden expresar su voz y expresar su disidencia, o sea, quieren prohibir el espacio donde los ciudadanos intercambian libremente sus ideas”, dijo. Lo escuchaba el exministro de Exteriores de Bolsonaro, Ernesto Araújo.

El público interrumpía constantemente a Milei, quien respondía a su vez con sonrisas y algún comentario acorde. Se repitieron insultos hacia Sánchez, Maduro y Lula y pedidos de cárcel para los máximos cargos del Gobierno del peronista Alberto Fernández. Milei aseguró que él también creía que debían ser condenados, pero pasó la pelota al Poder Judicial. “Fuera Maduro, queremos libertad”, gritó una venezolana cuando Milei arremetió contra “la dictadura criminal” chavista y contra la comunidad internacional que, a su juicio, le permite continuar en el poder. Una bandera de Venezuela colgaba en un lateral del teatro, mientras que en el otro el grupo de bolsonaristas desplegó una de Brasil. “Lula ladrón”, gritaban desde sus asientos luciendo camisetas con la leyenda Libertad a los presos políticos de 8 de janeiro.

Milei cerró su discurso con un mensaje hacia la interna de su partido, La Libertad Avanza, enfrascado en peleas intestinas que vuelven aún más raquítico su poder de fuego en el Congreso. El Gobierno perdió a una diputada y un senador una semana después de la que la oposición unida le asestara tres duras derrotas legislativas a la Casa Rosada. “No hay lugar para ambiciones personales, solo así podemos ser fieles servidores de los millones de argentinos que confiaron en nosotros”, advirtió el presidente. Para despedirse, recordó que la suya es una batalla “a vida o muerte” y de alto contenido religioso. “No teman”, les dijo a los suyos, “nuestra fe es tan grande como el desafío que tenemos para restaurar a la Argentina como un nuevo faro del mundo. Lo único que importa son las fuerzas que vienen del cielo”.

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