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Javier Milei crea un ministerio de “desregulación y transformación” del Estado argentino

El presidente ultra puso al frente a Federico Sturzenegger, quien podrá despedir funcionarios y reducir la burocracia para bajar el gasto público

Federico Sturzenegger, durante una conferencia en octubre de 2016.
Federico Sturzenegger, durante una conferencia en octubre de 2016.Marcio Machado (Getty Images)
Federico Rivas Molina

La guerra del ultraderechista Javier Milei contra el gasto público suma desde este viernes un nuevo ministerio. El presidente ultra lo ha llamado con pompa de “Desregulación y Transformación del Estado” argentino. Puso al frente a Federico Sturzenegger, ex presidente del banco central durante la gestión de Mauricio Macri (2015-2019) y autor de parte de la ley de desguace estatal que el Congreso aprobó hace una semana.

Sturzenegger, de 58 años, forma parte del grupo de exfuncionarios macristas que consideran que aquel experimento liberal fracasó por ser demasiado tibio en su afán modernizador. Abandonó el banco central bajo protesta en junio de 2018, luego de que el ministerio de Economía de Macri elevase la pauta de inflación y redujese impuestos, afectando los objetivos fiscales. Durante la campaña electoral de 2019 por la presidencia se sumó a los equipos de la candidata del macrismo, Patricia Bullrich. Elaboró para ella un extenso trabajo que proponía la eliminación de cientos de regulaciones en distintos sectores de la economía, como los alquileres y la medicina privada. Bullrich perdió las elecciones y se sumó al Gabinete como ministra de Seguridad. Sturzenegger puso entonces a disposición del nuevo presidente ultraderechista sus propuestas desreguladoras, que terminaron siendo parte de la Ley Bases, la norma de desguace del Estado que el Congreso aprobó la semana pasada.

Milei considera a Sturzenegger un “coloso” de la economía. Solo era cuestión de tiempo para que pasase de asesor informal a alto funcionario. Faltaba encontrar la forma. El presidente llevaba tiempo con la idea de crear un ministerio que trabajase en la reducción del Estado, esa estructura “criminal” que el presidente ultra prometió destruir desde adentro, como si fuese “un topo”. El principal obstáculo para la llegada del nuevo ministro desregulador estaba dentro del Gabinete: Sturzenegger tiene una pésima relación con el ministro de Economía, Luis Caputo, su sucesor en el banco central de Macri tras su renuncia en 2018.

El nuevo ministerio coincide con el lanzamiento oficial de la “segunda fase” de la guerra que Milei libra contra la inflación y el déficit. Agotada la etapa de la eliminación del rojo fiscal, vía licuación de salarios y jubilaciones, y controlada le inflación en torno al 5% mensual, la Casa Rosada tiene ahora el desafío de levantar las restricciones cambiarias que impiden la libre comercialización de divisas. El “cepo cambiario”, como se llama, es la condición que ponen los inversores para dejar su dinero en Argentina. El ministro Caputo anunció la semana pasada que dejará el fin del cepo para un “tercera fase”. Mientras tanto, negociará con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un nuevo programa que permita la llegada de al menos 15.000 millones de dólares. Esa es la cifra que Caputo calcula que necesita para que el banco central pueda resistir un eventual ataque especulativo contra el peso una vez que se libere el mercado de cambios.

Sturzenegger tiene ahora un papel fundamental en el arranque de esta segunda fase de desguace del Estado y reducción de gastos. Milei anticipó que la primera medida de su nuevo ministro será enviar al Congreso la llamada “Ley de Hojarascas”, que eliminará o modificará de un plumazo “un conjunto de regulaciones que entorpecen el funcionamiento del sistema económico”. Luego hará uso del resto de sus atribuciones, como el despido de empleados públicos, la eliminación de la burocracia y la salida del Estado de las actividades productivas que Milei considera que son atribuciones del sector privado. En la lista está la obra pública, hoy totalmente paralizada.

El nuevo ministro se abrazó desde el primer día con entusiasmo a la guerra contra el Estado y “la casta” política, empresaria y sindical promovida por Milei. Al cumplirse los primeros seis meses de gestión, en junio pasado, Sturzenegger celebró con un extenso mensaje en sus redes sociales que el presidente ultra había hecho “más de lo que se ve”. “El gasto público era una coartada para sostener una serie de gastos políticos. ‘Voy a usar tu plata para ayudarte’ te decían. Pero la realidad era que usaban tu plata para ayudarse a ellos mismos. Esa es la estafa más grande del discurso progre. Por eso el ajuste [ejecutado por Milei] es popular. Porque se entendió que es devolverle la plata a la gente. El ‘no hay plata’ es: no hay plata para que la política siga explotándote”, escribió. Lejos quedó el tiempo en que se lo consideraba un macrista moderado.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.
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