El partido de Macri se fractura por Milei
El expresidente resiste los planes de fusión con el ultraderechista que impulsa Patricia Bullrich, su excandidata en las elecciones pasadas
El PRO, fundado hace 20 años por el expresidente Mauricio Macri, pelea para no morir. Desde el triunfo de Javier Milei en las generales de noviembre pasado, el partido atraviesa una profunda crisis de identidad desde que Patricia Bullrich, excandidata presidencial del espacio, se sumó sin matices a las filas del Gobierno ultraderechista. Bullrich es la ministra de Seguridad de Milei y propone una fusión entre PRO y La Libertad Avanza, el partido oficialista. Macri apoya a Milei por cercanía ideológica, pero no quiere saber nada con entregar sin nada a cambio una estructura política que en 2015 se convirtió en la primera alternativa de la derecha liberal al peronismo desde el regreso a la democracia, en 1983. La reunión que se celebró este jueves para elegir autoridades de la Asamblea partidaria escenificó la ruptura: los representantes de Bullrich abandonaron la reunión a los gritos y los de Macri impusieron a su hombre.
Patricia Bullrich es una equilibrista de la política. En los setenta militó en Montoneros, el grupo guerrillero del peronismo revolucionario; en 2000 fue ministra de Trabajo y luego de Seguridad del socialdemócrata Fernando de la Rúa; en 2015 giró un poco más a la derecha y se sumó al gobierno de Macri, en la cartera de Seguridad; en 2023 consumó su giro ultra desde el mismo cargo, pero para Milei. Hoy está al frente del sector de PRO que promueve una fusión de PRO con la Libertad Avanza de cara a las elecciones legislativas de 2025. En una carta que publicó en redes antes de la Asamblea de este jueves, pidió a su partido “un debate de rumbo”. Según su lectura, los 6,2 millones de votos que recibió en la primera vuelta de las presidenciales del año pasado fueron a parar a Milei en el segundo turno. Esos votos, escribió Bullrich, fueron el mandato de “un cambio de verdad, sin medias tintas y definitivo”. “Decidimos apoyar a Javier Milei porque si el cambio no se daba ahora, nos hundíamos”, agregó la ministra.
El destinatario del mensaje fue Macri. El expresidente apoyó desde el primer día a Milei, con el argumento de que el fracaso de su Gobierno se debió a la demora en aplicar el ajuste del Estado que el ultra impulsa ahora sin anestesia. Coqueteó en un primer momento con un cogobierno con el libertario, ofreciendo dirigentes con experiencia de gestión y un apoyo sin condiciones en el Congreso. Pero Milei tenía otros planes: sumó a decenas de exfuncionarios macristas, pero no dio paso alguno hacia un acuerdo político con el expresidente. En la Casa Rosada consideran que ya se hicieron con los votos de PRO en las elecciones pasadas y que solo es posible una fusión. Macri perdió, finalmente, la paciencia.
Este miércoles, lanzó la primera crítica pública contra Milei. Le exigió que cumpla con el fallo de la Corte Suprema que ordena al Gobierno nacional que devuelva a la ciudad de Buenos Aires, gobernada por su primo, Jorge Macri, la parte de la distribución de impuesto coparticipable que se le retuvo durante la gestión del peronista Alberto Fernández. El apoyo de Macri fue fundamental para que el 28 de junio pasado Milei lograse en el Congreso la aprobación de la Ley Bases, con la que el presidente pretende desguazar el Estado. Pero el expresidente no se siente correspondido. “Hay una condición anterior aún más importante que crear nuevas leyes, y es cumplir con las existentes, en especial, cumplir con los fallos irrevocables dictados por la Corte Suprema”, le dijo Macri a Milei.
El expresidente activó al mismo tiempo una estrategia para borrar a Bullrrich de la dirección del partido. Primero limitó su injerencia en el Consejo Directivo; luego nombró a uno de los suyos en la dirección del PRO en la provincia de Buenos Aires, la más poblada y rica del país; ahora logró que el sector de la ministra no quedase al frente de la Asamblea. Es un triunfo simbólico, pero también estratégico: es la Asamblea la decide sobre las eventuales alianzas con otras agrupaciones, en este caso La Libertad Avanza.
Bullrich ha dicho, al menos por ahora, que no tiene pensado abandonar el partido para el que fue candidata a presidente hace menos de un año. Está por verse si eso supone que mantendrá la unidad del bloque de 37diputados que el PRO tiene en Diputados, suficientes para ser la segunda minoría después del peronismo kirchnerista, con 101. Milei, en una cruzada contra la “casta” política, ha logrado en menos de siete meses que Macri y Bullrich rompan tras años de convivencia política.
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