Milei fulmina a su jefe de ministros por “diferencias de criterios” tras menos de seis meses de gobierno
El presidente argentino resolvió el despido del jefe de Gabinete de ministros, Nicolás Posse, después de días de especulaciones. Lo reemplazará Guillermo Francos, hasta ahora a cargo de la cartera del Interior
Con un pie abordando al avión que lo llevará por cuarta vez a Estados Unidos en apenas cinco meses y medio como presidente, Javier Milei echó este lunes a su jefe de Gabinete de ministros, Nicolás Posse. La medida fue confirmada oficialmente por el Gobierno argentino ya entrada la noche, después de días de especulaciones sobre la salida del funcionario, distanciado del mandatario ultraderechista y de su hermana, Karina Milei, conocida como “el jefe”. El cargo de ministro coordinador quedará en manos de Guillermo Francos, hasta ahora titular del Ministerio del Interior, la cartera política por excelencia, que será degradada a Secretaría.
“El presidente Javier Milei aceptó la renuncia presentada por Nicolás Posse a la Jefatura de Gabinete de Ministros. Motivó esta decisión la diferencia de criterios y expectativas en la marcha de gobierno y las tareas encomendadas”, indicó la Casa Rosada en un comunicado. Añadió que Francos asumirá en el cargo que ocupaba Posse “con el objeto de brindar mayor volumen político a la Jefatura de Gabinete. En ese marco, la Jefatura de Gabinete absorberá las competencias del Ministerio del Interior, en una Secretaría de Interior, a cargo del Dr. Lisandro Catalán”.
Llamativamente, el comunicado del Ejecutivo excluyó el consabido agradecimiento al funcionario saliente, como se estila. En cambio, no ahorró elogios a su reemplazante Francos, al que caracterizó por su “profesionalismo, experiencia y capacidad política”. La cartera del Interior cumple una función central como eje del diálogo y la negociación entre el Ejecutivo nacional y las gobernaciones provinciales. En ese rol, Francos se convirtió en un actor clave para un Gobierno marcado por la escasez de legisladores propios en el Congreso y en medio de una crítica situación económica. “El Presidente me elige a mí porque se da cuenta de que con la política argentina a él se le hace complicado, porque no la entiende, tiene diferencias”, reconoció Francos tras ser designado. Milei denuesta a la “casta política”, pero encumbra en su Gabinete a un experto en negociar.
La salida de Posse se suma a la larga lista de funcionarios eyectados o dimitidos en un Gobierno que recién el 10 de junio cumplirá seis meses de gestión. Dentro de esa sangría de colaboradores, Posse es el segundo ministro en dejar el gabinete, tras la salida en enero de Guillermo Ferraro, entonces a cargo del Ministerio de Infraestructura. Pero es el primero en importancia, dada la cercanía que mantenía inicialmente con Milei, quien solía definirlo como un amigo. Se habían conocido trabajando juntos en el sector privado, en la Corporación América, el grupo del empresario Eduardo Eurnekian. De extremo perfil bajo, el ingeniero Posse recién dejó escuchar públicamente su voz hace dos semanas, cuando debió dar su informe de gestión ante la Cámara de Senadores.
El malestar entre el presidente y su ministro coordinador tuvo una primera expresión dos meses atrás, cuando Milei firmó una resolución que aumentaba los sueldos de los funcionarios jerárquicos del Gobierno, incluido el suyo, pese a su prédica por la motosierra para recortar el gasto público y la letanía de “no hay plata”. Según se dejó trascender, la responsabilidad fue de la Jefatura de Gabinete y, ante el cuestionamiento social en un contexto de abrupta caída de los salarios y las jubilaciones, Milei se vio forzado a admitir que había firmado algo que desconocía y a revertir el incremento.
En las últimas dos semanas, el entorno del mandatario y su hermana, secretaria general de la presidencia, cuestionaba a Posse por demoras en la toma de decisiones y por su falta de compromiso con las iniciativas de Milei. Además, le apuntaban por la gestión en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI): se llegó a insinuar que desde allí se espiaba al propio Gobierno. Si bien nadie lo reconoció públicamente, la sospecha quedó instalada porque, junto con Posse, fue removida la conducción de la AFI.
El miércoles pasado, cuando el presidente montó un show en el Luna Park y cantó para presentar su último libro, la ausencia de Posse se hizo notar. Ya entonces su suerte estaba echada. Al día siguiente, cuando arreciaban las versiones sobre la expulsión del jefe de Gabinete, Milei admitió que se aproximaban cambios de funcionarios. “Usted cuando gestiona tiene hitos, el primer hito de este Gobierno es el desenlace de la ley Bases, marcado ese hito, tenemos que hacer una evaluación de resultados. No solo Posse, sino todos los ministros”, aseguró en una entrevista con el canal La Nación +, tras ser consultado sobre el futuro de Posse. Una señal de la tensión dentro del Gabinete fue que la decisión no pudo esperar al “desenlace de la ley bases”, la propuesta de Milei para desguazar el Estado y desregular la economía que aún se debate en el Senado.
La comunicación oficial del despido que hizo la propia Jefatura de Gabinete, aún en manos de Posse, intentó maquillar las diferencias intestinas: “Posse continuará acompañando, como desde el primer día, las ideas de la libertad, la defensa de la vida y la propiedad y el proyecto de una Argentina libre impulsado por el presidente Milei” desde “un nuevo rol, que será dado a conocer en los próximos días”.
Los movimientos en el Gabinete de Milei continuarán en las próximas horas. Ya fue anunciado que el economista Federico Sturzenegger, autor intelectual de gran parte de las reformas que impulsa el Gobierno, asumirá en un nuevo ministerio de modernización del Estado.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.