Los sindicatos de Argentina marchan contra el “ajuste brutal” de Milei
Miles de trabajadores se manifiestan en el centro de Buenos Aires en defensa de los derechos sociales y laborales a pocos días de una nueva huelga general
Miles de trabajadores se manifestaron este Primero de mayo en el centro de Buenos Aires en defensa de los derechos que consideran amenazados por el Gobierno de Javier Milei. “En nombre de una mal entendida ‘libertad de mercado’ implementa un ajuste brutal”, señaló la Confederación General del Trabajo (CGT) en un documento difundido con motivo del Día Internacional de los Trabajadores. La CGT destacó que los más afectados por las políticas de Milei han sido “los sectores de menores ingresos, las clases medias asalariadas, jubilados y pensionados” y exigió una agenda de diálogo con todos los sectores.
“Que el ajuste lo pague el poder económico. Basta de miseria”, podía leerse en una de las pancartas centrales desplegadas frente al monumento del Canto al Trabajo, en la avenida Colón, una de las arterias de la capital argentina. “Si de verdad quieren libertad, carajo, ¡tierra, techo y trabajo”, decía otra de las pancartas levantadas por las organizaciones sociales que apoyaron la manifestación.
Las marchas argentinas del Primero de Mayo suelen celebrarse en un clima festivo que este año estuvo ausente. La gran presencia de policías antidisturbios en todo el recorrido era otra de las diferencias más visibles. “El día de hoy es un día más de reivindicación que otros años, en los que festejábamos con nuestros compañeros”, admitió Patricio Arbelo, secretario general del sindicato de Telecomunicaciones. “Hay mucha angustia en los compañeros de los sectores estatales por los despidos, suspensiones y no renovación de contratos, y también en los sectores afectados por la caída de la actividad industrial y la recesión económica”, agregó.
La movilización tuvo lugar 24 horas después de que la Cámara de Diputados diese media sanción al proyecto de ley medular del Gobierno de Milei, con el que el presidente busca reducir el tamaño y poder del Estado y promover la iniciativa privada, en especial las grandes inversiones extranjeras en energía y minería. Para la referente social y diputada peronista Natalia Zaracho, presente en la movilización, se trata de una iniciativa que “perjudica a los trabajadores y sólo beneficia al 1% más rico del país y a las multinacionales”.
Los sindicatos se muestran dispuestos a pelear para evitar que el Senado convierta el proyecto en ley. Esta semana lanzaron una huelga por tiempo indefinido en los puertos cerealeros del río Paraná, desde los que se exportan las producciones agropecuarias de Argentina a todo el mundo. El conflicto sindical provoca retrasos en las exportaciones con pérdidas diarias de cien millones de dólares. El lunes hay convocada una huelga de transporte terrestre, marítima y aérea que dejará en suspenso gran parte del país y sólo tres días después, la CGT ha convocado al segundo paro general contra Milei. “Va a ser histórico”, vaticinó el secretario general del sindicato de Camioneros, Pablo Moyano.
El Gobierno ultraderechista mantiene una estrategia doble frente a los poderosos sindicatos de Argentina. Les hace algunos guiños para aplacarlos, como la retirada del artículo que eliminaba la cuota de afiliación sindical obligatoria en la reforma laboral. Pero, en paralelo, refuerza la campaña de desprestigio contra los sindicalistas con mensajes como el difundido por la Presidencia argentina este Primero de Mayo. “¿Quién es el bueno o el malo? ¿El que declama derechos que no existen o aquellos que queremos sacar a la gente de esta miseria?”, cuestiona Milei en el anuncio.
En rueda de prensa, los máximos referentes de la CGT se mostraron dispuestos a dialogar con el Gobierno antes de la huelga general del 9 de mayo, pero advirtieron que no van a resignar derechos. Los sindicalistas criticaron con dureza que el Gobierno aumente los impuestos a los trabajadores, en referencia al gravamen que tendrán que pagar todos aquellos con ingresos superiores a los 2.000 dólares, mensuales si se aprueba la ley.
Los manifestantes denunciaron el doble rasero de un Gobierno que pone trabas a los aumentos sectoriales por arriba de la inflación, pero no impide que los legisladores se autodupliquen el sueldo a mano alzada. “Los salarios de ellos le ganaron a la inflación, los de los trabajadores no”, denunció Moyano. En las próximas semanas, claves para la votación de la Ley bases en el Congreso, la conflictividad social irá en aumento.
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