Declarados culpables cuatro policías de la muerte de cuatro inocentes a los que siguieron y dispararon
Las víctimas, de entre 13 y 22 años, paseaban en coche cuando empezaron a ser perseguidas por dos camionetas de la policía que abrieron fuego contra ellas
Un jurado popular de Argentina declaró este miércoles culpables a cuatro policías por la muerte de tres adolescentes de entre 13 y 14 años y un adulto de 22 años en la conocida como Masacre de Monte. La noche del 20 de mayo de 2019, las víctimas paseaban en coche y escuchaban música por San Miguel del Monte, un pueblo de la provincia de Buenos Aires, cuando comenzaron a ser perseguidos por dos vehículos policiales que intentaron detenerlos con disparos. El conductor, el único adulto del grupo, aceleró para huir, perdió el control del automóvil y lo estrelló contra un camión que estaba estacionado. El conductor y tres de los ocupantes del coche fallecieron en el acto. Sólo sobrevivió una adolescente de 13 años, Rocío Quagliarello, compañera de secundario de los fallecidos y testigo clave en el juicio.
Los 12 integrantes del jurado declararon culpables de “homicidio agravado por abuso de su función como miembro de las fuerzas policiales, calificado por el empleo de armas de fuego” y de “violación de los deberes de funcionario público” a los oficiales Leonardo Daniel Ecilape y al excapitán Rubén Alberto García. Manuel Monreal y Mariano Alejandro Ibáñez fueron declarados culpables de tentativa de homicidio agravado por el uso de su función policial y por el empleo de un arma de fuego”. Tras el veredicto de culpabilidad, el Tribunal Oral en lo Criminal 4 de La Plata establecerá las penas, que se conocerán en los próximos días.
“Eran chicos inocentes, buenas personas, no tenían motivo para estar en una circunstancia de peligro. Fueron a dar una vuelta, lo mismo que hacen todas las personas de Monte”, dijo el fiscal Mariano Sibuet al jurado. “Los comenzaron a perseguir sin que exista un motivo o sospecha que lo amerite”, sostuvo durante su alegato antes de solicitar que fuesen condenados para que “estos hechos no pasen nunca más”.
Uno de los relatos más duros escuchados durante el juicio fue el de la sobreviviente, hoy de 17 años. Quagliarello contó que “de la nada” los empezaron a perseguir y a disparar y de pronto uno de sus amigos se tomó la rodilla y gritó “me arde, me arde”. Era Gonzalo Domínguez, quien recibió un disparo en el muslo minutos antes de fallecer por el grave choque del vehículo, que quedó destrozado.
En sus últimas palabras antes de escuchar el veredicto, los imputados pidieron perdón por el dolor causado a las familias de las víctimas y sostuvieron que no son asesinos sino que actuaron en cumplimiento de su deber.
Hace cuatro años, las muertes de Dominguez (14), Camila López (13 años), Danilo Sansone (13) y Aníbal Suárez (22) desataron la indignación de los vecinos de San Miguel del Monte, un pueblo de menos de 15.000 habitantes. El escándalo creció cuando se hizo público el burdo intento de los policías para hacer pasar lo ocurrido como una tragedia inevitable. En su primera versión, los describieron como sospechosos que se resistieron a una detención y contra quienes no habían disparado. Los forenses, sin embargo, encontraron la bala en el muslo de Domínguez, y al menos tres agujeros de disparos en los pocos trozos enteros que quedaron del auto tras el siniestro.
Los supuestos “delincuentes” resultaron ser jóvenes conocidos por todos y sin antecedentes que habían intentado huir de los disparos, aterrados. Durante el juicio se mostraron también filmaciones de cámaras de seguridad que contradecían la versión policial.
El apoyo popular a las familias se sintió este miércoles a las puertas del tribunal. “Justicia por los pibes de Monte. Fue una masacre, el Estado es responsable”, se leía en uno de los carteles colgados en las rejas del edificio. “Juicio y castigo”, pedía otro en el que estaban impresos los rostros y nombres de los cuatro fallecidos.
La Masacre de Monte volvió a poner en el ojo de la tormenta a la Policía de la provincia de Buenos Aires, una de las fuerzas con peor imagen del país. La cúpula policial fue descabezada y se abrió una investigación.
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