Argentina juzga a los acusados por la muerte a golpes de un joven
Ocho jugadores de rugby están procesados por el asesinato en manada de Fernando Báez Sosa, de 18 años. Los cargos que se les imputan están castigados con cadena perpetua
Hace tres años, la muerte a golpes en la calle de Fernando Báez Sosa, de 18 años, estremeció a Argentina. Este lunes, los ocho imputados por el crimen se sentaron por primera vez en el banquillo, acusados de homicidio doblemente agravado por alevosía y participación de dos o más personas, cargos que la legislación argentina castiga con cadena perpetua.
Los imputados, de entre 21 y 23 años, son exjugadores del club de rugby Náutico Arsenal Zárate. La Fiscalía también los acusa de provocar lesiones leves a amigos de Báez Sosa que estaban con él en la madrugada del 18 de enero de 2020 e intentaron defenderlo.
“No comprendo, y nunca aceptaré, cómo chicos de la edad de Fer le hayan hecho esto. Lo atacaron por la espalda, lo tiraron por el piso, le reventaron la cabeza...”, dijo ante los jueces del Tribunal en lo Criminal N°1 de Dolores la madre de la víctima, Graciela Sosa. “Mi hijo necesita justicia para que pueda descansar y nosotros podamos tener un poco de paz en nuestra alma”, declaró ante los medios poco antes de entrar al juzgado.
“Traumatismos de cráneo”
Fernando Báez Sosa murió tras recibir una paliza en el centro de Villa Gesell, una ciudad 400 kilómetros al sur de Buenos Aires que está entre las favoritas de los adolescentes en el verano austral. La autopsia determinó que murió de un paro cardíaco producido por “múltiples traumatismos de cráneo que generaron una hemorragia masiva intracraneana”.
Según la acusación, los ocho acusados “se pusieron de acuerdo para dar muerte” a Báez Sosa. Lo atacaron por la espalda para arrojarlo al suelo y allí siguieron propinándole puñetazos y patadas “incluso cuando se encontraba prácticamente inconsciente”. El Ministerio Público Fiscal sostiene que cinco de los acusados (Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Blas Cinelli) agredieron a Báez Sosa y otros tres (Ayrton Viollaz, Lucas Pertossi y Luciano Pertossi) impidieron que sus amigos lo defendiesen.
La paliza ocurrió en la calle principal de Villa Gesell y quedó registrada en decenas de vídeos caseros y cámaras de seguridad de los comercios de la zona. Durante semanas, los argentinos vieron las imágenes que mostraban cómo Báez Sosa recibía golpes cuando estaba inmóvil en el suelo y cómo los agresores se limpiaban la sangre de sus manos al pasar junto a la policía. Días después, se filtraron a la prensa los mensajes que intercambiaron los rugbiers por WhatsApp ensayando coartadas para evitar la cárcel. Su defensa solicitó hoy la nulidad del juicio, pero fue rechazada.
“Señores jueces, acá están escuchando el relato de un padre que ha perdido todo: ha perdido la felicidad, las ganas de vivir, de luchar, y perdió lo mejor de todo, que es el abrazo de su hijo”, dijo Silvino Báez en el inicio de su testimonio. Cuando fue a reconocer el cuerpo de su hijo lo encontró con “la cabeza reventada”. “Estaba chorreando sangre por todos lados. No lo podía tocar”, detalló. Su testimonio hizo llorar a algunos de los presentes.
El crimen de Báez Sosa provocó numerosas manifestaciones de repudio en todo el país y abrió un intenso debate sobre la violencia en el deporte y los jóvenes de Argentina.
El juicio se reanudará este martes con la declaración de los amigos que acompañaban a Fernando en la noche del crimen y que fueron golpeados por los acusados. Los jueces escucharán también el testimonio de Julieta, la entonces pareja de la víctima.
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