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Cristina Kirchner

Cristina Kirchner recibe un baño de masas en clave electoral: “Nosotros somos lo nuevo”

La vicepresidenta de Argentina habla ante 60.000 personas en el Día del Militante peronista: “Cuando decimos las cosas no es por capricho, es para ayudar a que las cosas se hagan mejor”

Cristina Fernández de Kirchner, saluda hoy durante la conmemoración del 50 aniversario del retorno de Juan Domingo Perón tras 17 años de exilio.
Cristina Fernández de Kirchner, saluda hoy durante la conmemoración del 50 aniversario del retorno de Juan Domingo Perón tras 17 años de exilio.Demian Alday Estévez (EFE)

Cristina Kirchner ya no dice que irá “por todo”, como repetía hace diez años, poco después de ser reelecta con el 54% de los votos. Este jueves, ante unas 60.000 personas reunidas en el estadio Diego Maradona de La Plata, llamó a la oposición a discutir con el peronismo “un país sustentable”, evitó las críticas directas a Alberto Fernández —el presidente, al que ni siquiera nombró—, y dejó en el aire su posible candidatura en 2023. Habló, sin embargo, en clave electoral. “Nosotros somos lo nuevo”, dijo la vicepresidenta, en referencia al kirchnerismo, el sector del peronismo que gobernó Argentina entre 2003 y 2015. Lo viejo sería, en esta lectura, el expresidente Mauricio Macri, pero también una figura emergente de la ultraderecha, Javier Milei, al que vinculó con las políticas neoliberales “fracasadas” de los noventa.

La excusa del mitin fue el Día de la Militancia, con que el peronismo conmemora cada 17 de noviembre el regreso de Juan Domingo Perón a Argentina, tras 18 años de exilio. Este año se cumplen 50 años de aquel evento memorable. Cristina Kirchner llegó al estadio en el helicóptero de la presidencia. Está en el cargo por la ausencia de Fernández. El presidente no escuchó a su vicepresidenta: en ese momento sobrevolaba el Atlántico tras hacer una escala en Madrid a su regreso de la cumbre del G20, celebrada en Bali. La dupla del poder en Argentina apenas se habla.

Lo hicieron en septiembre pasado, cuando Kirchner sufrió un intento de asesinato en la puerta de su casa. Y volvieron a hacerlo esta semana, cuando la vicepresidenta se preocupó por un problema de salud que obligó a Fernández a suspender parte de su agenda en Bali. Se esperaba que este jueves volviesen los ataques directos de ella hacia él, pero hubo poco de eso. Kirchner pareció incluso justificar sus críticas de antaño contra el rumbo económico, el acuerdo firmado por Fernández con el FMI o las estrategias oficiales contra la inflación. “Cuando alguien tuvo el inmenso honor de ser dos veces presidenta, y de acompañar a un presidente, cuando decimos las cosas no es por capricho, es simplemente para ayudar a que las cosas se hagan mejor”, dijo.

El mitin en La Plata, a las afueras de Buenos Aires.
El mitin en La Plata, a las afueras de Buenos Aires.STRINGER (REUTERS)

Candidatura presidencial

Mucho se especuló en Argentina con el contenido del discurso que Kirchner daría ante sus seguidores. La posibilidad de que formalizase su candidatura presidencial circuló durante toda la semana en la prensa local, aunque sonase poco verosímil que hiciese semejante anuncio a tres días del inicio del Mundial de Qatar y cuando faltan nueve meses para el cierre de listas electorales. Cuando la multitud empezó a corear “Cristina presidenta”, Kirchner esperó sin gesto alguno que terminasen de cantar y respondió con una frase de Perón. “Como decía el general”, dijo, “todo en su medida y armoniosamente”. Su candidatura está en el aire.

El estadio de La Plata, a 60 kilómetros al sur de Buenos Aires, se llenó con militantes de La Cámpora, la agrupación que dirige el hijo de la Kirchner, Máximo, y militantes del Movimiento Evita, una organización social piquetera que hoy tiene cargos en el ministerio de Desarrollo Social. Son ellos los que se encargan del reparto de los planes de ayuda social. Kirchner lleva tiempo criticando el modelo asistencial del Estado y este jueves insistió sobre ello. “La política es el trabajo y el salario, en un proyecto político de industrialización y valor agregado”, dijo. Apenas hizo mención sobre las causas judiciales por presunta corrupción que enfrenta, aunque insistió en vincularlas a un proyecto mayor, que busca, según ella, “la desaparición del peronismo”.

La fecha no podía ser más propicia para tocar el asunto: cuando Perón regresó en 1972, llevaba 18 años proscripto por los militares. “Pero siempre el peronismo termina reencarnando, y lo que parecía muerto y sepultado no lo está. ¿Por qué no prueban conversar con el peronismo, a ver qué modelo de Argentina quiere el peronismo, a ver si es tan diferente al de ustedes’”, preguntó Kirchner, en un mensaje a la oposición liberal que ya da por ganada las elecciones generales del año próximo.

Alberto Fernández, a la distancia

Mientras Kirchner tenía su baño de masas en Buenos Aires, Alberto Fernández viajaba en un avión de regreso a su país. El presidente argentino ha seguido la actualidad política argentina de la última semana desde el extranjero, en una gira internacional que comenzó el jueves pasado en Francia, continuó en el G-20 celebrado en Indonesia y terminó este jueves en Madrid. Fernández ha encontrado en el extranjero la paz política de la que no disfruta en casa, donde a la crisis económica debe sumar su guerra fratricida con Kirchner. La imagen negativa de su Gobierno alcanza ya al 77%, récord en sus tres años de gestión, según la última encuesta de la consultora D’Alessio Irol y Berensztein.

Alberto Fernández en la reunión de líderes del G20 en Bali (Indonesia).
Alberto Fernández en la reunión de líderes del G20 en Bali (Indonesia).TÉLAM/ ESTEBAN COLLAZO (TÉLAM/ ESTEBAN COLLAZO)

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, recibió a Fernández en París y destacó la mirada común sobre problemas globales y la importancia del vínculo bilateral “para mejorar la situación energética y alimentaria que se ha visto afectada por esta guerra que inició Rusia”. Los saludos afectuosos y elogios mutuos mostraron la buena sintonía entre ambos mandatarios, que volvió a quedar en evidencia en Bali, cuando Fernández fue invitado a una cena ofrecida por Macron.

La agenda de Fernández quedó en entredicho poco después de llegar a la isla indonesia al sufrir una descomposición por una gastritis erosiva. Fernández se ausentó en las primeras horas de la cumbre del G-20, pero se recuperó a tiempo para salvar los encuentros pactados de antemano con su par chino, Xi Jinping, y con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva.

Con Xi concretó una ampliación del swap de monedas con la que Argentina dispondrá libremente de 25.000 millones de yuanes, aproximadamente unos 5.000 millones de dólares. Los fondos, que estarán disponibles en 30 días, permitirán fortalecer las debilitadas reservas argentinas y reducir la presión sobre la moneda local.

La reunión con Georgieva también fue positiva, según el balance de la Casa Rosada. La titular del FMI elogió las medidas económicas puestas en marcha por el ministro de Economía, Sergio Massa, pero advirtió que deben mantenerse: “Es muy importante que Argentina mantenga el rumbo tal como lo ha hecho tan exitosamente en los últimos meses. Hemos concluido exitosamente la segunda revisión, en un período breve, debido a la disciplina que el ministro Massa y su equipo han demostrado”, declaró Georgieva. Estas revisiones forman parte del acuerdo firmado en marzo para la reestructuración de la deuda de 44.000 millones de dólares contraída por el país sudamericano con el FMI.

Tras ser recibido por la vicepresidenta española, Yolanda Díaz Pérez, en Madrid, Fernández tomó un vuelo de Aerolíneas Argentinas para regresar a Argentina. Siguió a bordo del avión el discurso de su enemiga íntima.

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