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Trabas a la importación y estímulos a la exportación: Argentina suma parches a la economía para “cuidar” sus dólares

El Gobierno de Alberto Fernández lanza un plan para combatir la pérdida de reservas del Banco Central

Sergio Massa
El ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, en rueda de prensa en Buenos Aires el 30 de septiembre.LUIS ROBAYO (AFP)

El problema económico más visible de Argentina es la inflación desbocada, que es ya del 78,5% interanual. Pero desde que en agosto asumió como superministro de Economía de Argentina, Sergio Massa busca combatir otro gran frente: la pérdida de reservas del Banco Central, es decir los fondos que tiene el país en moneda extranjera. Argentina necesita las divisas para poder importar, pagar su deuda externa y estabilizar el peso, la débil moneda local. Para lograr un aumento de las reservas, Massa ha lanzado medidas para aumentar las exportaciones y reducir las importaciones.

En septiembre, benefició a la agroindustria, el principal sector exportador, con una mejora del precio del 32% y, ante el éxito de la propuesta, este mes busca atraer divisas de la industria del conocimiento. En paralelo, esta semana ha anunciado nuevas trabas a la importación de decenas de productos con el objetivo de “cuidar los dólares” y aumentos en el transporte público y en las tarifas de luz y gas en los últimos meses del año.

La medida bautizada como “dólar soja” permitió cambiar a 200 pesos por dólar las exportaciones del sector durante septiembre. La decisión fue clave porque quien vende al exterior desde Argentina está obligado a cambiar los dólares que recibe por pesos a la tasa oficial, que hoy es inferior a los 150 pesos por dólar, casi la mitad de su valor en el mercado paralelo, que ronda los 280. Con el “dólar soja”, los productores ingresaron más de 70.000 pesos por tonelada, frente a los 53.000 que recibían con el cambio oficial.

La respuesta fue mejor de la esperada. Los productores comercializaron más de 16 millones de toneladas, con ventas por valor de 8.123 millones de dólares, según datos oficiales. Para ponerlo en contexto: las ventas de la agroindustria estuvieron cerca de cuadruplicar el promedio histórico para septiembre y superaron con creces el récord mensual de 9,4 millones de toneladas que se había alcanzado en mayo de 2019, de acuerdo al informe ¿Qué nos dejó el ‘dólar soja?’, realizado por la Bolsa de Comercio de Rosario.

La liquidación del campo reforzó las reservas del Banco Central en 4.968 millones de dólares. “Tuvo un impacto que nos da tranquilidad en un contexto que veníamos con un alto nivel de preocupación y zozobra”, dijo Massa en rueda de prensa al informar sobre los resultados.

Desconfianza del campo

Las grandes entidades agropecuarias argentinas, en su mayoría opositoras al kirchnerismo desde la crisis del campo de 2008, advierten que la medida fue un parche temporal para aumentar la recaudación y que la reducción de impuestos debe ser permanente si se quiere hacer crecer el sector. El fin del incentivo ya se refleja en el mercado cambiario local: después de 21 ruedas consecutivas en positivo, este jueves el saldo del Banco Central fue negativo en 34 millones de dólares.

El equipo económico argentino busca compensar la caída que se avecina con un nuevo ingreso extraordinario de divisas, esta vez procedente de la industria del conocimiento. Según sus previsiones, en 2023 podría aumentar las ventas internacionales en hasta 10.000 millones de dólares.

Las medidas aprobadas por el Gobierno para las empresas tecnológicas —como desarrolladoras de software y hardware, biotecnológicas, audiovisuales y de Internet— incluyen exenciones impositivas sobre el 20% de sus ingresos si realizan inversiones superiores a los tres millones de dólares y la libre disponibilidad del 30% de las divisas si incrementan sus exportaciones. La mayor empresa tecnológica de Argentina, Mercado Libre, ha aplaudido las medidas por considerar que alientan el crecimiento y la exportación, mientras que otras se muestran más escépticas.

La escasez crónica de dólares en Argentina se debe a que muchos piden divisas pero pocos las generan. La industria necesita divisas para importar bienes de capital e insumos con los que producir, los comerciantes para comprar en el exterior lo que no se fabrica aquí y en un país casi sin crédito, los ciudadanos deben conseguir dólares si quieren comprar una propiedad, además de usarlos como moneda de ahorro frente a la inflación.

La alta demanda de dólares y los numerosos obstáculos para adquirirlos provocan la existencia de un sinfín de tipos de cambio alternativos, como el dólar blue, el dólar solidario, el dólar al contado con liqui o el dólar MEP sobre los que se aplican distintos impuestos que modifican su valor y añaden distorsiones a la economía.

Reducir importaciones

La cartera económica no sólo busca aumentar las exportaciones sino también reforzar los controles a las importaciones para que salgan los menos dólares posibles del país. En una resolución publicada este martes, se anunciaron trabas a la compra en el exterior de cerca de 2.000 productos considerados no esenciales. “Elementos como hidrolavadoras, palos de golf, esquíes y patines de hielo son algunas de las licencias que ameritan el cambio propiciado en la presente resolución”, señala la secretaría de Comercio. Freidoras, cacerolas, lámparas led, encendedores, impresoras, estufas e infladores de bicicleta son otros bienes que será más difícil importar.

El Gobierno ha sacado todos estos productos de la lista de licencias automáticas de importación, que tardan dos días en aprobarse, y los ha pasado a la lista de licencias no automáticas, que requieren mucho más papeleo y tardan al menos dos meses en obtener luz verde. Massa confía en que el mecanismo permitirá al Estado ahorrar algo más de 450 millones de dólares este año. Las nuevas restricciones a las importaciones se suman a las ya vigentes en un país que tiene una de las economías más cerradas del mundo.

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