El Canal de Panamá bajo presión: las consecuencias económicas de una crisis diplomática
En un contexto de cadenas de suministro ya afectadas por conflictos globales, la estabilidad del canal emerge como factor crucial para la recuperación económica mundial
La amenaza del presidente Trump de “recuperar el canal de Panamá”, lanzada el 3 de febrero pasado, ha puesto bajo escrutinio el rol de esta vía marítima en el comercio global. La ruta, que maneja aproximadamente el 6% del comercio marítimo mundial, según datos de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), enfrenta su mayor desafío diplomático desde la transferencia del canal en 1999.
“Algo muy poderoso va a suceder”, advirtió Trump, cuestionando la gestión panameña y alegando una supuesta...
La amenaza del presidente Trump de “recuperar el canal de Panamá”, lanzada el 3 de febrero pasado, ha puesto bajo escrutinio el rol de esta vía marítima en el comercio global. La ruta, que maneja aproximadamente el 6% del comercio marítimo mundial, según datos de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), enfrenta su mayor desafío diplomático desde la transferencia del canal en 1999.
“Algo muy poderoso va a suceder”, advirtió Trump, cuestionando la gestión panameña y alegando una supuesta influencia china sobre la vía interoceánica. Sus declaraciones coincidieron con la visita durante el fin de semana del secretario de Estado, Marco Rubio, a Panamá, en la que la diplomacia estadounidense buscaba equilibrar las tensiones con acuerdos concretos.
Las cifras subrayan la importancia estratégica del Canal. Según la ACP, en el año fiscal 2024, la ruta facilitó el tránsito de más de 13.000 buques, con los Estados Unidos (74,7%) y China (21,4%) como principales usuarios. El comercio de gas natural licuado (GNL), crucial para el abastecimiento energético europeo, depende significativamente de esta vía marítima, en especial desde la reducción de suministros rusos tras la crisis de Ucrania.
La respuesta de Panamá combinó firmeza con pragmatismo. El presidente, José Raúl Mulino, anunció que no renovará el memorando de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda con China, mientras la Contraloría General de la República implementa auditorías sin precedentes en los puertos operados por Hutchison. Simultáneamente, la cooperación bilateral se fortalece en otros frentes: el programa de repatriación, financiado con 2,7 millones de dólares estadounidenses, ha facilitado, desde agosto de 2024, más de 40 vuelos chárter, retornando a 1.700 migrantes de 14 países.
Las implicaciones económicas de una potencial crisis son significativas. Una ruta alternativa por el Cabo de Hornos añadiría aproximadamente 8.000 kilómetros al trayecto, incrementando costos operativos y tiempos de tránsito. Esto afectaría particularmente a los puertos de la costa este estadounidense, que dependen del canal para su comercio con Asia. Los analistas estiman que una interrupción relevante del tráfico podría incrementar los costos de transporte marítimo hasta en un 30%.
El impacto en el mercado energético sería notable. Europa ha incrementado significativamente sus importaciones de GNL estadounidense como alternativa al gas ruso, convirtiendo al canal en una arteria energética crucial. Una disrupción en esta ruta podría desestabilizar los mercados energéticos globales y potencialmente fortalecer la posición de Rusia como proveedor energético.
La Autoridad del Canal, como consecuencia de la visita de Rubio, se ha comprometido a optimizar el tránsito prioritario para buques militares estadounidenses, mientras mantiene su compromiso con la neutralidad operativa. Las estadísticas de tráfico y seguridad presentadas por funcionarios del canal durante la visita de Rubio a las Esclusas de Miraflores contradicen las aseveraciones sobre una eventual influencia china en las operaciones.
Mientras tanto, el sector marítimo internacional observa los acontecimientos con preocupación. Las principales navieras globales dependen del canal para mantener sus itinerarios de entrega y eficiencia operativa. Una crisis prolongada podría forzar una reestructuración de las rutas comerciales globales, afectando las cadenas de suministro que apenas se recuperan de las disrupciones pospandemia.
La inminente llamada telefónica entre Trump y Mulino, programada para el viernes, podría determinar si prevalece la diplomacia pragmática de Rubio o las amenazas de intervención. En juego está no solo la estabilidad de una ruta comercial vital, sino el precedente de cómo las tensiones geopolíticas pueden impactar una infraestructura crítica global.
Los mercados financieros ya reflejan la incertidumbre. Las acciones de las principales empresas navieras y logísticas han experimentado volatilidad desde las declaraciones de Trump, mientras los analistas advierten sobre posibles impactos en la inflación global si la crisis escala.
El impacto potencial en la economía estadounidense es particularmente relevante. El canal facilita el comercio de aproximadamente 270.000 millones en mercancías anuales. Una porción significativa tiene como origen o destino puertos estadounidenses. Una disrupción en esta ruta podría afectar a sectores como la agricultura y la manufactura.
En un contexto de cadenas de suministro ya afectadas por conflictos globales, la estabilidad del canal emerge como factor crucial para la recuperación económica mundial. La resolución de esta crisis diplomática podría definir no solo el futuro de las relaciones bilaterales, sino el funcionamiento del comercio marítimo internacional en una era de creciente competencia entre potencias.
La crisis actual subraya la delicada intersección entre la política y el comercio global. Mientras Panamá navega estas aguas turbulentas, la comunidad internacional observa atentamente, consciente de que el desenlace podría reconfigurar el panorama del comercio marítimo mundial en los años venideros.