La deportista trans que se enfrentó a la discriminación en el mundo del deporte en Colombia: “No me podía quedar callada”
La Corte Constitucional le dio la razón a la voleibolista Emiliana Castrillón, que fue expulsada de una competición que cambió su reglamento con una medida discriminatoria
Emiliana Castrillón fue informada en abril de 2024 que ya no podía competir en un torneo organizado por la Liga Antioqueña de Voleibol. El motivo: su “condición de género”. Aunque la deportista, una mujer trans, había participado en campeonatos del departamento durante casi una década, una nueva directriz ordenaba que quienes quisieran concurrir en la categoría femenina, debían cumplir “con la condición de haber nacido mujer”. Castrillón emprendió acciones legales y, más de un año después, la Corte Constitucional ha refrendado la denuncia: su exclusión fue discriminatoria y violaba sus derechos fundamentales. El caso ha tenido numerosas réplicas y pone el foco en la falta de políticas públicas para la inclusión de personas trans en el mundo del deporte.
Los magistrados anunciaron, en un boletín publicado a inicios de octubre, que a Castrillón, de 28 años, se le vulneraron los derechos al deporte, a la igualdad y a la identidad de género. Aunque, al tratarse de una tutela, la Corte solo podía referirse al caso específico, la decisión sienta un precedente crucial por la conclusión que fija: “No existe certeza científica respecto de la existencia de una ventaja competitiva de las atletas trans frente a las deportistas cisgénero”, sostienen los jueces, quienes consideran que las ventajas también dependen de variables como la nutrición, la capacidad de entrenamiento o las terapias hormonales (que son usadas por personas cis y trans).
El caso de Castrillón, además, tiene varias particularidades. La deportista practicaba el voleibol de manera competitiva desde hacía varios años y ya había participado en cuatro fechas del torneo del que fue expulsada por el cambio intempestivo del reglamento. Su transición de género ocurrió mucho antes de que comenzara a jugar de manera competitiva, cuando tenía 13 años. La Liga Antioqueña argumentó que su decisión estaba fundamentada en los lineamientos de la Federación Colombiana de Voleibol. Pero la asociación internacional determina estas controversias a través de un comité que decide caso a caso y a partir de aspectos fisiológicos, médicos y deportivos, si un jugador trans puede competir.
Castrillón asegura sin ambigüedades que fue discriminada por la Liga. “Ellos tienen toda la culpa porque hicieron el cambio de reglamentación de la nada. Pero yo no me podía quedar callada. Por eso, busqué ayuda jurídica”, comenta en una conversación telefónica. La deportista reprocha que los directivos “buscaban excusas” para sacarla de las competencias y para “cerrar las puertas” que ella ya había abierto hacía años.
El debate sobre la inclusión de atletas trans en deportes de alto rendimiento (incluidos olímpicos) sigue muy vigente. El Comité Olímpico Internacional (COI) no tiene una política única, sino que delega la responsabilidad a cada federación. La Federación Internacional de Atletismo prohibió en 2023 la participación de las mujeres trans que hayan efectuado su transición de supresión hormonal antes de la pubertad o los 12 años. La Unión Ciclista Internacional (UCI) y World Aquatics han impuesto restricciones similares en las categorías femeninas.
Félix Andrés Burgos, abogado y catedrático en Derecho Deportivo en la Universidad Externado de Colombia, destaca que el fallo de la Corte promueve, sobre todo, el sustento científico. “Los magistrados reprochan que la Liga haya tomado una decisión sin fundamentos claros para señalar que Emiliana tendría una ventaja deportiva. Si la Liga quería cambiar los reglamentos, tenía que hacerlo a través de una comisión para estos efectos. Pero los directivos lo hicieron a motu propio”, explica al teléfono.
El experto apunta que el Ministerio del Deporte está rezagado en la normativa sobre inclusión de atletas trans: “Es el órgano rector en Colombia y no ha ejecutado las normativas para proteger el derecho al deporte en este aspecto. El tema trasciende el ámbito departamental o universitario, implica otras manifestaciones como el alto rendimiento, el deporte social o de salud”. Además, Burgos advierte de que las regulaciones, una vez se tomen, deben diferenciarse por disciplina. “No es lo mismo que un deportista trans se desempeñe en un deporte como la natación al tiro con arco, el tejo o un e-sport”.
La Corte hace una mínima mención del Ministerio, liderado por Patricia Duque, una de las caras menos visibles del gabinete. Los jueces ordenan a la cartera a “acompañar a la Liga en el proceso de modificación de su reglamento” y a revisar los reglamentos de las ligas, únicamente de voleibol, para verificar “la inexistencia de medidas de exclusión plena”. El MinDeporte no atraviesa sus mejores épocas. El presupuesto inicial designado para este año tuvo una reducción del 65% en contraste con 2024. Las federaciones le han achacado a la entidad su baja ejecución presupuestal.
Para Castrillón, el MinDeporte debe regular la participación de los atletas trans en las competiciones en Colombia. “Considero que deben permitir únicamente a los deportistas que ya tengan un documento de identidad y que hayan hecho la transición al menos cuatro años antes de jugar. Aquí lo importante es que no se limite a una persona que ya se reconoce de un género participar en un torneo. El único límite debería ser el nivel deportivo”, sentencia.
Las asociaciones de derechos LGTBIQ+ han celebrado la decisión de la Corte. El director de la corporación Caribe Afirmativo, Wilson Castañeda, acoge que los magistrados fundamenten su postura en la ciencia. “El debate es bienvenido, pero no existen argumentos científicos contundentes que digan que una expresión de género diversa genere una ventaja competitiva. Lo que vemos, incluso, es que los medicamentos inhibidores pueden afectar su desempeño”, añade.
El activista lamenta que el mundo del deporte “siga siendo muy excluyente”. “La Corte deja una reflexión profunda a la sociedad y es la de indicar cómo las sociedades están generando nuevas discriminaciones. Lo vemos con expresiones de fervor deportivo que se construyen en patrones misóginos y patriarcales”, expone. Según Castañeda, la organización que lidera ha registrado otros casos de discriminación a personas transexuales y no binarias en Antioquia, uno de los departamentos del país en el que la derecha conservadora tiene más fuerza electoralmente.
La deportista deplora que la situación la ha llevado a ser víctima de acoso cibernético: “He recibido muchos insultos y, aunque tengo el apoyo de mi familia, me han llegado malos comentarios de personas con las que había competido en todos estos años. Me ha llegado a afectar emocionalmente, pero intento quedarme con lo bueno”. Esto es, la posibilidad de seguir compitiendo en los torneos organizados por la Liga antioqueña y el apoyo incondicional de su familia y equipo. “El deporte es crucial para mi vida y lo seguiré haciendo”, afianza.