La Corte Suprema de Justicia ratifica la libertad de Álvaro Uribe en el caso de manipulación de testigos
La Sala de Casación del alto tribunal confirma la decisión del Tribunal Superior de Bogotá de excarcelar al expresidente colombiano, condenado a 12 años de prisión en agosto pasado
La Sala de Casación de la Corte Suprema de Justicia ha ratificado este jueves la decisión de excarcelar al expresidente Álvaro Uribe, condenado a 12 años de prisión el 1 de agosto pasado por los delitos de manipulación de testigos y fraude procesal. El alto tribunal da la razón al Tribunal Superior de Bogotá, que el pasado 19 de agosto, cuando Uribe se encontraba en prisión domiciliaria, falló una tutela que amparaba los derechos fundamentales del exmandatario y ordenaba su libertad inmediata. La decisión de la Corte, sin embargo, no cambia la situación judicial de Uribe, que tiene en su contra un fallo en primera instancia y es, hasta ahora, el único jefe de Estado colombiano condenado.
De acuerdo con los magistrados del Tribunal Superior de Bogotá, que fallaron la tutela del 19 de agosto, en este caso la restricción de la libertad al expresidente Uribe resultaba “desproporcionada en cuanto prevalece la presunción de inocencia hasta que la decisión condenatoria cobre ejecutoria”. Las víctimas en el proceso de manipulación de testigos impugnaron la decisión, que llegó a la Sala de Casación. Esa instancia concluyó que a pesar de que el juzgado justificó los motivos de la captura, “una cosa es explicar y otra justificar una decisión”. Luego agrega: “La verificación y comparación de las pautas desarrolladas jurisprudencialmente, por esta Sala y la Corte Constitucional, hacen posible concluir que aquella motivación resulta aparente”.
A pesar de que Uribe Vélez sigue legalmente condenado, la decisión de la Corte Suprema es un golpe para la jueza Sandra Heredia, quien tomó la decisión de condenar al expresidente. En aquella jornada, del 1 de agosto, Heredia invirtió buena parte del día en leer y explicar los motivos que justificaban su postura. El enorme interés que suscitaba el caso, que duró más de una década en los estrados judiciales, se reflejó en el amplio seguimiento que hizo la ciudadanía a la transmisión de lectura de la sentencia.
Menos de 20 días después de esa primera decisión, llegó el fallo del Tribunal de Bogotá. Al conocerlo, casi de inmediato, Uribe Vélez regresó al ruedo político, valiéndose de empujón anímico que su libertad significaba para él y para sus seguidores. Pronto convocó un mitin en Rionegro (Antioquia), donde tiene la residencia en la que permanecía en prisión domiciliaria, y seis días después envió una carta al mismo tribunal que le había otorgado la libertad para renunciar a la prescripción del caso por el que está condenado. De esa manera, ampliaba la ventana del tribunal hasta 2027 para tomar una decisión en segunda instancia y de paso ganaba la posibilidad de participar en las campañas de 2026 en libertad.
Su participación en la contienda electoral del primer semestre de 2026 quedó confirmada hace una semana, el 10 de septiembre, cuando Gabriel Vallejo, director del Centro Democrático, el partido que lidera Uribe Vélez, confirmó que el expresidente se lanzaría nuevamente al Senado —ya fue elegido para tal cargo en 2014—, esta vez como número 25 de una lista cerrada. Ese número lejano indica un interés por arrastrar la mayor cantidad de votos para la colectividad en su intento por copar el Legislativo, esperando además un triunfo de las fuerzas conservadoras en las presidenciales de mayo.