Vídeo | Lo que resuelve y lo que no arregla el bono joven de alquiler

Los agentes sociales dudan de que esta ayuda directa sea efectiva para combatir el problema de la emancipación

Un joven toma nota de pisos en venta en una inmobiliaria. Foto: KIKE PARA | Vídeo: OLIVIA LÓPEZ

El nuevo bono joven del alquiler que anunció Pedro Sánchez el pasado octubre, se pone en marcha. Hasta 250 euros mensuales de ayudas directas destinadas a facilitar el pago del alquiler de una vivienda a los jóvenes de entre 18 y 35. Los requisitos para poder recibir esta ayuda son varios y, como señala Rebecca Tolosa desde el Sindicato de Inquilinas de Madrid, “han hecho un embudo a muchísima gente que se va a quedar fuera”. Uno de estos requisitos es que la vivienda alquilada no supere los 600 euros y que la persona que lo solicite debe percibir rentas por trabajo. “La mayoría de gente alquila casas cuyo precio está inflado y son mucho más caras. Y no todas las personas tienen trabajo”, apunta Tolosa. Aunque estos límites son flexibles: en las comunidades autónomas que lo soliciten, el precio del alquiler puede subir hasta los 900 euros. Incluso se contempla que los inquilinos alquilen habitaciones individuales, en este caso, los límites serían de 300 euros y 450 en las comunidades que lo soliciten, cumpliendo los mismos requisitos que en el otro caso.

¿Y a cuántas personas va a beneficiar esta ayuda? Desde el Consejo de la Juventud de España (CJE) calculan que llegará a 50.000 personas, teniendo en cuenta el presupuesto de 200 millones de euros con el que cuenta. Su presidenta, Elena Ruiz, apunta que “sería como el 1,7% del total de las personas jóvenes emancipadas en nuestro país, y si contamos a las no emancipadas, no llegaría ni al 0,7%”. No es el único interrogante que genera esta ayuda, desde el Sindicato de Inquilinas también critican que la medida “no va al fondo del asunto, que es la especulación con el precio de la vivienda”. “En realidad, lo único que se va a hacer es transferir ese dinero a las personas que ya tienen viviendas en propiedad”, asegura Rebecca Tolosa.

España tiene un problema con la emancipación: la edad media a la que se independizan los jóvenes es de 29,8 años, cuando la media de la Unión Europea se sitúa en 26,4. Los últimos datos de emancipación juvenil nos retrotraen a valores propios de los años 90, tan solo el 14,9% han abandonado el nido. Los motivos principales: la alta tasa de paro juvenil, del 29,2% en noviembre, y la alta temporalidad: el 90% de los nuevos contratos que se firman son temporales, según el CJE. Hoy por hoy, un joven cobrando el salario medio tendría que dedicar el 80% de su sueldo para poder pagar el alquiler medio de una vivienda en España. Por este motivo muchos se ven obligados a compartir piso o, directamente, a no abandonar el hogar.

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