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Una ola de mensajes racistas enviados después de la victoria de Trump enciende las alarmas

Los textos le indican a la gente que los recibe que han “sido seleccionados para recoger algodón” y alertan de un posible aumento en los crímenes de odio a raíz de la eleccion del nuevo presidente

Donald Trump
Donald Trump en El Paso, Texas, el 11 de febrero de 2019.Joe Raedle (Getty Images)
Nicholas Dale Leal

“Saludos. Usted ha sido seleccionado para recoger algodón en la plantación más cercana. Esté listo a las 12 am, 13 de noviembre 2024 EN PUNTO con sus pertenencias. Nuestros Esclavos Exclusivos vendrán por usted en una furgoneta marrón, prepárese para ser requisado a su llegada a la plantación. No se permiten pertenencias personales. ¡Esto es un nuevo comienzo! Pertenece al grupo C de la plantación”, dicen los inquietantes mensajes dirigidos a personas negras tras la victoria de Donald Trump en las elecciones del martes pasado. Desde la mañana siguiente, las denuncias, tanto oficiales como públicas, de personas que los han recibido en diferentes Estados del país no han parado de circular. El FBI está investigando, aunque hasta ahora no se han hecho públicos ningunos avances. No se sabe cuántas personas han recibido este tipo de mensajes, ni quién está detrás de ellos. Mientras, las alarmas de un posible aumento de los crímenes de odio tras la victoria de Donald Trump se han encendido con las primeras pruebas de ello.

Según reportes día tras día, niños, estudiantes de universidades históricamente negras y adultos trabajadores han recibido los mensajes enviados en masa en hasta 30 Estados desde números sin identificar. Los textos recibidos son muy similares entre ellos, aunque algunas veces incluyen información específica sobre la persona a la que están dirigidas, como su nombre o su dirección. Algunos medios también han recogido denuncias de mensajes dirigidos a hispanos en los que se les dice que se preparen para ser deportados. La gran mayoría, sin embargo, hacen referencia a las plantaciones de algodón en las que millones de esclavos negros trabajaron desde principios del siglo XVII hasta el fin de la guerra de Secesión en 1865.

El presidente de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP, por sus siglas en inglés), Derrick Johnson, advirtió en un comunicado que los mensajes de texto demuestran una normalización de un discurso racista que hasta amenaza con quitarle derechos a la población afroamericana, y también otras minorías. “La desafortunada realidad de elegir a un presidente que históricamente ha abrazado y, en ocasiones, fomentado el odio, se está desplegando ante nuestros ojos. Estos mensajes representan un alarmante aumento de la retórica vil y aborrecible de grupos racistas de todo el país, que ahora se sienten envalentonados para difundir el odio y avivar las llamas del miedo que muchos de nosotros sentimos tras los resultados electorales del martes”.

Desde el jueves, el FBI y la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) han abierto investigaciones sobre los mensajes de texto. “El FBI es consciente de los mensajes de texto ofensivos y racistas enviados a personas de todo el país y está en contacto con el Departamento de Justicia y otras autoridades federales sobre el asunto”, dice un escueto comunicado de la agencia investigativa. “Estos mensajes son inaceptables. Por eso, nuestra oficina de cumplimiento de ley ya los está investigando y estudiando junto con las fuerzas del orden federales y estatales”, dijo, por su parte, en un comunicado la presidenta de la FCC, Jessica Rosenworcel. “Nos tomamos muy en serio este tipo de ataques”, aseguró.

Por el momento, no se sabe quién ha mandado los mensajes y tampoco hay una lista detallada de quienes los han recibido. Todo indica que han sido mandados a través de varias plataformas que permiten enviar mensajes de texto desde un número de teléfono generado al azar con solo un registro de correo electrónico. Varias empresas que ofrecen estos servicios han asegurado que han desactivado cuentas en cuanto se han percatado de los mensajes y su contenido. La Fiscalía General de Nevada ha dicho que “parecen ser mensajes de robotexto”. La fiscal general de Luisiana, Liz Murrill, por su parte, ha dicho que quien esté detrás de los mensajes está usando un software que le oculta la identidad y ubicación. Varias fiscalías de otros Estados también se han pronunciado al respecto.

La ola de mensajes es una escalofriante evidencia de que una tendencia que se dio durante el primer mandato de Donald Trump se podría repetir, y posiblemente con más fuerza incluso, en el segundo. Los crímenes de odio aumentaron en casi un 20% desde que Trump asumió el cargo en 2017 hasta que lo dejó a inicios de 2021, de acuerdo a las estadísticas del FBI. Las cifras también muestran que los asesinatos motivados por el odio, cometidos en su mayoría por supremacistas blancos, alcanzaron su cifra más alta en 28 años.

Ha habido varios estudios independientes que han buscado analizar estos cambios, los cuales revirtieron un estable descenso en las décadas anteriores, y entre los círculos académicos que estudian los crímenes de odio se ha aceptado ampliamente la hipótesis bautizada como el Efecto Trump. Esta traza una relación directa entre el aumento de los crímenes de odio y el discurso inflamatorio de la campaña pero, especialmente, con la elección del candidato republicano. El argumento es que el resultado de la elección valida esta retórica a ojos de los perpetradores de los crímenes de odio, que se ven envalentonados con alguien que consideran que piensa igual que ellos en la Casa Blanca. El hecho de que pasaran apenas horas desde la confirmación de que Trump volvería a ser presidente para que un nuevo crimen de odio masivo se produjera no es un buen augurio para los próximos años.

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Sobre la firma

Nicholas Dale Leal
Periodista colombo-británico en EL PAÍS América desde 2022. Máster de periodismo por la Escuela UAM-EL PAÍS, donde cubrió la información de Madrid y Deportes. Tras pasar por la Redacción de Colombia y formar parte del equipo que produce la versión en inglés, es editor y redactor fundador de EL PAÍS US, la edición del diario para Estados Unidos.
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