Colin Allred y Ted Cruz cruzan acusaciones de quien es más “extremo” para Texas
El senador republicano carga contra el perfil de izquierdas de su rival en un Estado que no elige a un demócrata a la Cámara Alta desde 1988
Ted Cruz y Colin Allred han dado una muestra de la extrema polarización que se vive en Texas. Durante sesenta minutos, los dos candidatos al Senado se acusaron el uno al otro de ser demasiado radicales para el Estado de 30 millones de personas. La región es un bastión controlado por los republicanos desde hace décadas. Un exjugador de fútbol americano convertido en abogado de derechos civiles ha abierto las puertas al optimismo para los demócratas, quienes no mandan a la Cámara Alta a nadie desde 1988. “Soy el texano más bipartidista del Congreso, soy el completo opuesto al senador Ted Cruz, el más extremo del Senado, quizá el más radical en los últimos 30 años”, aseguró Allred esta noche en el debate entre los aspirantes.
Cruz, quien lleva 12 años en Washington, ha apelado a la poderosa base ultraconservadora del Estado. Ha lanzado una alerta de lo que significaría el primer triunfo de un demócrata en décadas. “Allred quiere destruir lo que tenemos en Texas porque comparte los valores con Nancy Pelosi y Kamala Harris”, ha alertado Cruz. El senador ha pintado su eventual derrota con un panorama dramático que, en sus palabras, llevaría a los demócratas a eliminar el filibusterismo y retirar el dique mínimo de 60 votos para pasar leyes de gran calado. “Los demócratas convertirían a D.C y Puerto Rico en Estados para tener cuatro senadores más y darían inmediato derecho al voto a millones de indocumentados, lo que convertiría a Texas en un Estado azul”, advirtió Cruz al cierre del encuentro, el único pactado antes de los comicios.
El aborto y la política migratoria fueron dos de los varios temas en los que pudieron mostrar la inmensa distancia que los separa. “Usted no es provida”, le espetó Allred a Cruz. “No es estar a favor de la vida cuando se les niega a las mujeres atención hasta el punto en que ya no puedan tener hijos, no es estar a favor de la vida cuando se le obliga a una mujer a dar a luz al bebé de su violador, no es estar a favor de la vida cuando nuestra mortandad materna se ha disparado un 56%”, aseguró el demócrata.
Cruz no respondió a los moderadores, quienes lo presionaron para saber si apoyaba las excepciones en casos de violación e incesto. Se limitó a decir que la interrupción del embarazo es una tarea de los congresos locales y el gobernador. “Si no le gusta y quiere cambiarlo, debería contender a alguna de estas posiciones, pero en el Congreso ninguno de nosotros tiene voz en este tema”, respondió.
La batalla de Cruz por su supervivencia se ha convertido en una de las competencias más seguidas de la elección. Y es la más relevante en Texas, donde votan sólidamente por republicanos cada elección presidencial desde Ronald Reagan en 1980. El debate de esta noche puede ser decisivo para el 3-4% de indecisos que hay en la entidad, que comenzará a votar por correo para las generales el 21 de octubre. Sin embargo, ninguno de los dos mostró en el escenario estar cerca del centro y tender la mano al otro bando, algo que los dos han presumido en las últimas semanas en su propaganda.
Allred lleva cinco años en el Congreso representando a un distrito de su ciudad, Dallas, donde se ha celebrado el debate. Se ha abierto paso con un perfil más moderado, clave para conquistar a los republicanos anti Trump. Los moderadores del encuentro le pidieron explicaciones sobre sus cambios de opinión respecto a la frontera. En 2018 declaró “racista” el muro fronterizo de Trump, pero el año pasado votó en favor de expandir la barrera a propuesta de Joe Biden. Allred respondió que apoya “las barreras físicas”, pero pasó inmediatamente al ataque a Cruz.
“El senador Cruz trata a nuestras comunidades fronterizas como si fuera a un safari, se pone ropa de exteriores, actúa muy rudo y después vuelve a Washington a hacer nada”, dijo Allred, quien recordó que Cruz fue uno de los senadores que mató la propuesta bipartidista que inyectaría nuevos recursos a la zona. “Nunca está a la altura cuando lo necesitamos”, continuó el congresista, quien recordó el viaje de Ted Cruz a Cancún junto con su familia en medio de una severa tormenta invernal que se cobró decenas de vidas.
El senador vinculó en varias ocasiones a su rival con Kamala Harris, la candidata a la presidencia. “Sus récords son iguales. Han votado una y otra vez en favor de abrir las fronteras y ahora están desesperados por ocultar eso a los votantes”, dijo Cruz, quien avaló la política de mano dura de Trump, quien logró “la inmigración más baja en 45 años”.
Cruz se mantiene a la cabeza en los sondeos. Las encuestas lo colocan entre 3 y 5 puntos arriba de Allred, quien ha recortado distancias desde los más de diez puntos que le llevaba el senador a inicios del verano. Es la única elección al Senado donde los demócratas tienen posibilidades reales de arrebatar a los republicanos un escaño. Al mismo tiempo, defienden su mayoría en la cámara alta, en un puñado de territorios y en contiendas muy cerradas. En Montana, por ejemplo, el senador demócrata John Tester está cerca de perder su asiento frente a Tim Sheehy.
En el debate, sin embargo, parecía que era Cruz quien debía dar alcance a Allred. El senador atacó desde los primeros minutos al legislador llamándolo un “extremista radical” de izquierdas que ha votado por el 100% de las propuestas de la Administración Biden. Su campaña incluso lanzó una página de Internet para revisar su récord de votaciones en la Cámara de Representantes.
No es la primera vez que Cruz ve amenazada su permanencia en Washington. Hace seis años, en la última defensa de su asiento, ganó la elección por apenas 200.000 votos al progresista Beto O’Rourke. Podría parecer una ventaja cómoda, pero en realidad fue un resultado cerrado en un Estado de 30 millones de personas. O’Rourke perdió por una diferencia de 2,6%, la contienda más apretada en la entidad desde 1978. Allred toma ahora el relevo dejado en un Estado donde los republicanos son testigos de cómo sus ventajas se reducen elección con elección. Donald Trump, por ejemplo, ganó Texas en 2020 por menos de 6%. En 2016 lo hizo con una ventaja de 9% sobre Hillary Clinton.
La batalla por Texas se perfila para ser una de las más costosas del Congreso. Tanto Cruz como Allred han apretado el paso de la recaudación en la recta final de la campaña. Ambos han reunido más de 100 millones de dólares para gastar en propaganda rumbo a la las primeras semanas de la votación por correo. El candidato demócrata supera a Cruz, pues ha reunido en el ciclo 38 millones de dólares contra 26 millones del ultraconservador. Sin embargo, el republicano tiene más dinero en la caja con 12,7 millones de dólares, frente a los 10,4 millones de su rival, que ha tenido que gastar más para darse a conocer en todo el Estado.