Ir al contenido

La rebelión de los compositores invitados a escribir la canción de Portugal para Eurovisión: “No queremos ser cómplices de genocidios”

18 artistas que competirán en el festival de la canción vetarán su tema para la gala de Viena si son elegidos, uniéndose a protestas como las de Salvador Sobral y los trabajadores de la cadena pública RTP

Salvador Sobral hizo feliz a los portugueses en 2017 al ganar Eurovisión con una canción, Amar pelos dois, escrita por su hermana Luísa. Ahora quiere hacerlos reflexionar sobre el significado de participar en un festival que permite la presencia de Israel y pide a la cadena pública RTP que se sume al boicot de las televisiones de otros países. “España, Irlanda, Holanda y Eslovenia [también Islandia se incorporó a este grupo] decidieron no participar y situarse en el lado bueno de la historia haciendo esta declaración, que es muy simbólica pero muy potente porque Eurovisión es algo muy político”, señaló en un vídeo difundido en sus redes.

El mismo día que la asamblea de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) resolvió cambiar las reglas de la votación eurovisiva y mantener la presencia israelí en el concurso, en Lisboa se celebraba un concierto para recaudar fondos para los refugiados palestinos en el que participaron numerosos artistas, incluido Salvador Sobral. Al día siguiente el cantante grabó su mensaje donde lamentaba que la misma RTP que retransmitiría el concierto solidario con Gaza no tuviese la valentía de apearse del festival en repulsa por el genocidio contra los palestinos. “Esa expresión de dar una en el clavo y otra en la herradura nunca tuvo tanto sentido”, ironizó. “Transmite el concierto por Gaza y, al mismo tiempo, tiene miedo de hacer lo correcto. Esta cobardía política es coherente con la cobardía institucional que vivimos”, agregó.

El cantante considera que la decisión que “se debe tomar es obvia” por una cuestión de humanidad. Sobral plantea que se celebre el festival de la canción, donde compiten los artistas locales que aspiran a representar el país en Eurovisión, pero que se renuncie a estar en el certamen en Viena y que se busque otra “compensación” para el ganador. “Si no va a tomarse esa decisión por parte de la televisión pública, entonces cabe a los artistas tener la clarividencia de hacerlo”, apeló.

Es un escenario que podría ocurrir, ya que la mayoría de los 21 compositores que han sido invitados por la RTP a escribir una canción para el festival han anunciado su boicot. Un total de 18 compositores (la carta original la firman 17 músicos, a los que se sumó este martes Dinis Mota) han advertido de que vetarán la interpretación de su canción en Viena en caso de ganar y critican el doble rasero de la UER. “A pesar de la prohibición de la participación de Rusia en la edición de 2022 por motivos políticos (la invasión de Ucrania), constatamos con espanto que no se ha dado el mismo trato a Israel que está, según la ONU, cometiendo actos de genocidio contra los palestinos en Gaza”, escribieron en un comunicado.

Una de las que se ha sumado a este boicot es la fadista Cristina Branco, una figura célebre con casi tres décadas de carrera. Branco fue invitada por la RTP a escribir una canción para concursar en la gala que elegirá el tema eurovisivo. Al principio rechazó la propuesta porque no se identifica con el espíritu del festival, pero finalmente consideró que podría ser interesante colocarse en el papel de letrista, si bien su canción será interpretada por otro cantante. En caso de vencer en la competición nacional, ella no permitirá que represente a Portugal en Viena. “Es una protesta contra un genocidio. Están diezmando un pueblo, niños, madres y hombres están muriendo de una forma inhumana, no se puede ser cómplice de eso. La música también tiene ese papel”, explica a EL PAÍS durante una entrevista en Lisboa.

Cristina Branco está convencida de que la televisión pública portuguesa no dará marcha atrás en su decisión. Las reglas le permitirán ir sustituyendo la canción vencedora por las siguientes más votadas hasta llegar a un tema que no se sume al veto. La cadena, además, podría invitar aún a nuevos compositores menos críticos a sumarse a la carrera. Para la fadista, se trataba de tomar la decisión atinada. “Esto queda para nuestra conciencia. Queremos estar del lado correcto y no ser cómplices con genocidios y guerras. La música es paz, no muerte”, sostiene.

A su gesto se suma la petición pública dirigida al consejo de administración de la RTP y la ministra de Cultura, Margarida Balseiro, para solicitar “la retirada inmediata” de Portugal de Eurovisión, que hasta este lunes había sido firmada por más de 26.000 personas. “La organización supo excluir a Rusa, Bielorrusia y Yugoslavia cuando sus actos violaron los valores europeos. Al mantener a Israel en 2026, la RTP valida la idea de que existen guerras aceptables y que la violación del derecho internacional es tolerable para unos aunque no para otros”, señalan en el comunicado, donde reclaman que el país se sume al bloque de países que “rechazan blanquear la situación”.

La decisión de participar en el festival también ha sido contestada de forma interna en la RTP. En una asamblea de trabajadores organizada para pronunciarse sobre la pasada huelga general vivida en el país, se aprobó una petición dirigida al consejo de administración para pedir una rectificación respecto a una decisión que consideran “incomprensible”. “Mantener a la KAN [televisión pública de Israel] en el certamen contribuye a la legitimización y normalización de un Estado acusado de crímenes de guerra”, señalaron.

Sobre la firma

Más información

Archivado En