‘Las cuatro heridas’ de las dos Españas: David Uclés crea un género sonoro en un ‘podcast’ que amplía ‘La península de las casas vacías’
SER Podcast lanza este 20-N el capítulo final de este proyecto en el que el escritor analiza desde un punto de vista casi onírico La Guerra Civil española
Las cuatro heridas no es un podcast conversacional. Tampoco es una ficción sonora. Ni se puede considerar un documental. Es la forma de David Uclés (Úbeda, Jaén, 35 años), quien es sin duda el fenómeno literario de la temporada, de seguir avivando la curiosidad por la Guerra Civil española. Esa de la que sabe tan poco su generación y las posteriores.
En las 700 páginas de su novela, La península de las casas vacías, el escritor rompe todas las estructuras narrativas y así lo hace con este nuevo proyecto, junto a SER Podcast. Las cuatro heridas merodea durante sus cuatro entregas por el origen, las consecuencias y la persistencia de este conflicto en la sociedad actual. Este 20-N lanza su capítulo final.
Si al exitoso libro de Uclés, del que ya se han vendido más de 200.000 copias, se le relaciona con el realismo mágico, Las cuatro heridas se acerca más a ese tipo de fantasía que propone saltos en el tiempo y el espacio. En este cuarto capítulo, el escritor termina su análisis como lo empezó. El ubetense se imagina a sí mismo en una estación espacial, desde la que observa con la mayor perspectiva posible tamaño asunto del que España no parece saber desprenderse, medio siglo después de la muerte de Franco. “Mi intención es no mojarme más de lo necesario y, homenajeando a Carl Sagan y su Cosmos, analizar con distancia ciertos asuntos sociológicos", cuenta él mismo a EL PAíS en su casa madrileña.
Tan pronto charla con una periodista como canta a la guitarra, —La tarara o una versión casi inédita del Mi querida España de Cecilia—, invita al equipo de 1936, la coral obra de teatro de Andrés Lima, y pide a uno de sus actores reproducir de seguido las palabras de Queipo de Llano, general considerado un criminal de guerra por muchos historiadores, y las del escritor Miguel de Unamuno. Uclés también se traslada a un instituto para charlar con un grupo de adolescentes sobre quién era Franco.
A diferencia de tantas otras narraciones sonoras, el aparente caos de un proyecto que surgió de forma desordenada termina tendiendo todo el sentido. Es como un libro sin esquinas que no tiene la necesidad de enmarcar dónde empieza y dónde acaba. “Lo he concebido del mismo modo que concibo la literatura: como un medio para hacer viajar al otro”, dice.
La curiosidad propia de un primerizo en la industria del podcast ha llevado al escritor a experimentar con el sonido al tiempo que construía este caleidoscopio de ideas. “Es una combinación de elementos, sin dejar de ser riguroso y fiel, que no solo recurre a expertos o historiadores, sino también a gente que lo vivió, como la abuela de David, o a gente que no lo vivió y que no sabe cómo fue, como esos chavales del instituto”, explica la coordinadora del proyecto, Ana Alonso.
Uclés contesta que es necesario recuperar la figura de Franco, por mucho que algunos usuarios de Twitter le amenacen e insulten porque consideran que es un tema que no hay que volver a sacar", confiesa. “Solo hay que mirar lo que está pasando en los institutos. No me considero catastrofista si digo que las nuevas generaciones van a votar a la extrema derecha. Ha sido un proceso de reivindicación muy bien orquestado por Vox a través de medios como TikTok que ha calado en los jóvenes”, lamenta. “En mi colegio no hablábamos ni de República, ni de Franco, ni de nada. Porque no se daba en el temario”.
Pero Las cuatro heridas no quiere ser una lección de historia. De repente, suena la voz de Iñaki Gabilondo, la de Pepe Sacristán, Berna González Harbour o Ian Gibson. Y la de Bernardo Pajares, la mitad del podcast Arte compacto, mientras describe un cuadro de Goya a un visitante ciego del Museo del Prado. Las cuatro heridas no deja espacio al botón de avance rápido. “Es un podcast que exige al oyente mantenerse alerta, porque no sabe lo que va a ocurrir dos minutos más tarde”, cuenta Alonso. Guionizado y narrado por Uclés, estos cuatro episodios cuentan con la producción de Valentina Rojo y la realización sonora de Roberto García.
Si no llega a ser porque sus responsables buscaban lanzarlo al completo coincidiendo con el 50 aniversario de la muerte de Franco y del inicio de la democracia, el proyecto corría el riesgo de no acabarse nunca, porque a su equipo siempre le surgía una nueva idea con la que experimentar, cuenta su coordinadora. Siempre hay una nueva voz a la que consultar, un nuevo guiño o un nuevo experimento con el que seguir planteando preguntas.
En el cuarto y último episodio, Las cuatro heridas muestra de una forma muy particular lo que opinan 30 ciudadanos extranjeros (que hablan en 30 lenguas distintas) cuál es la visión de los que pasó en España en el siglo XX. “Y te das cuenta de que en el extranjero sí que tienen una idea común. Somos nosotros los que tenemos un problema”, desvela el escritor.
En esa amalgama de ideas con la que David Uclés ha intentado esbozar a “este país cainita en el que nos cuesta tanto encontrar la gama de grises” resurgen las palabras de Clara Campoamor: “Nadie ha cuidado de enseñar a los pueblos que la muerte y la guerra son mucho más fáciles que la paz y la vida”.