¿Es ‘Justified’ la mejor serie policiaca de la historia? El secreto está en Elmore Leonard
Basada en relatos del gran escritor estadounidense y protagonizada por Timothy Olyphant, regresa el 6 de septiembre en Disney+ con una nueva temporada que transcurre en Detroit
La elección no es sencilla porque la competición está muy apretada —basta con citar Los Soprano o The Wire—, pero Justified. La ley de Raylan tal vez sea la mejor serie policiaca de la historia. El problema que plantea esta afirmación no es que sea tan caprichosa como cualquier otra definición superlativa, sino que la producción protagonizada por ...
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La elección no es sencilla porque la competición está muy apretada —basta con citar Los Soprano o The Wire—, pero Justified. La ley de Raylan tal vez sea la mejor serie policiaca de la historia. El problema que plantea esta afirmación no es que sea tan caprichosa como cualquier otra definición superlativa, sino que la producción protagonizada por Timothy Olyphant a lo mejor ni siquiera es una serie policiaca. Se mueve en un terreno que puede encajar también en el realismo social, ya que traza una radiografía de un condado deprimido del sur de EE UU, o en el wéstern. Al fin y al cabo, su protagonista es un agente del sheriff tocado siempre con un sombrero de ala ancha —un Stetson Dallas, concretamente— que se dedica a buscar fugitivos y, además, casi todas sus temporadas acaban con un clásico duelo de a ver quién desenfunda primero.
Justified ofreció seis temporadas entre 2010 y 2015 y ahora regresa con una nueva que transcurre ocho años después, Justified. Ciudad salvaje —en EE UU acabó esta semana, en España se estrenará el 6 de septiembre en Disney+, donde se puede ver toda la serie— con el mismo protagonista, el alguacil Raylan Givens, que no parece haber perdido ni su chulería ni su olfato, aunque con un cambio radical de escenario: pasa del condado de Harlan, en Kentucky, un territorio asolado por la pobreza, el final de la minería y los opiáceos, a Detroit, una ciudad igualmente destruida por la desindustrialización, el paro y las drogas.
Pero lo que une todos los capítulos no son solo sus personajes, ni sus guionistas, ni siquiera que, pese a una amplia gama de subtramas, Justified relate básicamente una historia única: la persecución obsesiva, que recuerda a la caza de la ballena blanca, del agente federal Givens — un US Marshall, los herederos de los sheriffs del Oeste, que lucen una estrella en su placa— a Boyd Crowder (Walton Goggins), el rey del hampa en el condado de Harlan. El material sobre el que se construyen los sueños de toda la serie es puramente literario: se trata de la obra del estadounidense Elmore Leonard (1925-2013), uno de los más influyentes escritores de novela negra y del oeste, admirado por Martin Amis, Quentin Tarantino o Stephen King, que dijo sobre él: “Escribe el tipo de novelas que si te levantas por galletas de chocolate, te llevas el libro en las manos para no perderte nada”.
La serie se inspira en un relato de Leonard, Fire in the Hole, y en su novela Pronto, e incluso escribió un libro para que los guionistas pudiesen sacar más tramas, Raylan. “Me pagan 12.500 dólares por cada episodio, así que me dije: ‘Tengo que contribuir porque siempre trabajo a cambio de mi sueldo”, señaló en una entrevista con EL PAÍS sobre su novela número 45, que continúa las aventuras del alguacil.
La nueva temporada se basa en otro libro de Leonard, Ciudad salvaje, en el que no aparece Givens, pero sí una amplia galería de tipos siniestros que campan a sus anchas por la antigua urbe del automóvil, ahora desmantelada junto con la poderosa industria que se esfumó.
Leonard, fallecido el 20 de agosto de 2013, hace ahora 10 años, colaboró como guionista en las primeras temporadas, aunque lo esencial es que su forma de narrar sobrevuela toda la saga, al igual que muchas películas de Tarantino —que lo adaptó en Jackie Brown— o de Steven Soderbergh —que llevó al cine uno de sus mejores libros, Un romance muy peligroso—. También es autor de la que muchos críticos consideran una obra maestra del wéstern: Un hombre, llevada al cine en 1967 por Martin Ritt. Salvo sus novelas del oeste, primorosamente editadas por Valdemar, la mayoría de sus libros son actualmente difíciles de encontrar en sus versiones en español, editadas por Ediciones B o Alianza.
La influencia de Leonard va más allá de los guiones concretos: es mucho más profunda, en esta producción, pero también en una parte enorme de la ficción policiaca contemporánea. El secreto de la coherencia y la fuerza de Justified se basa precisamente en la capacidad que su creador —Graham Yost— y sus principales guionistas —VJ Boyd, Ingrid Escaladas, Chris Provenzano o Nichelle D. Tramble— han tenido para interpretar la obra de Leonard: diálogos ágiles, dominio del lenguaje oral, malos antológicos, buenos que nunca lo son del todo, y mucho sentido del humor.
Paletos perdedores
En aquella entrevista de 2009 con EL PAÍS, Leonard decía: “Lo que verdaderamente retrata a tus personajes literarios es cómo hablan. La trama y todo lo demás, incluso el desenlace de la historia, apenas importa”. Y sobre Justified sostenía: “El acento sureño de los personajes es extraordinario y suena tal cual lo había imaginado”. La serie no va tanto de lo que ocurre —aunque es importante—, sino de lo que le ocurre a una serie de personajes concretos, que tratan de llegar al día siguiente como pueden en un condado hostil y deprimido, que se cae a pedazos. Describe a malos puros, asesinos despiadados que pueden matar a su hermano sin pestañear, pero los personajes que sobreviven temporada tras temporada siempre se mueven en una enorme gama de grises, tanto los policías como los mafiosos. Cuando se estrenó, el crítico de The New York Times, Mike Hale, escribió que la serie era un “hillbilly noir”. Hillbilly es una palabra que bordea el insulto —significa paleto— y describe a la mayoría de los personajes. Rayland ha logrado escapar de ese mundo rural desolado, que es lo único que quieren la mayoría de los personajes.
De todos ellos, resulta muy difícil no empatizar con Ava Crowder, interpretada por Joelle Carter, una mujer que mata a su marido maltratador en la primera entrega. Es una superviviente nata: a la cárcel, a la pobreza, a la mafia, a la policía. Lo único que quiere es huir de un condado, y de un Estado, que se derrumba y que no ofrece ninguna salida a los ciudadanos. “Creo que la única manera de salir con vida de nuestra ciudad es no haber nacido ahí”, dice al final la sexta temporada el gánster Boyd Crowder.
Ava tiene un papel esencial en el último capítulo de la sexta temporada, que no desvelaremos para aquellos que hayan tenido la suerte de no haberla visto. La relación de odio, pero también de algo parecido a la amistad y el respeto, entre Rayland y Crowder es también extraordinaria y está muy enraizada en la literatura de Leonard. En un momento, el policía le dice al mafioso: “Hay una cosa que me retrotrae al pasado aun a riesgo de ponerme sentimental”. Y este replica: “Sacamos carbón juntos”.
En el último capítulo, Rayland saca de su cajón un ejemplar gastado de Los amigos de Eddie Coyle, de George V. Higgins, una novela negra considerada un clásico del género y la favorita de Leonard, y le dice a su compañero: “Si dijera que lo he leído 10 veces me quedaría corto”. En el prólogo de la edición española de Libros del Asteroide, Dennis Lehane escribe: “En el mundo de Higgins no hay gánsteres nobles que se dejan llevar por el sentido trágico, ni policías honrados obsesionados con la justicia. Se trata de tipos que fichan todos los días. Para algunos el trabajo es robar, secuestrar o matar. Para otros, el trabajo es practicar detenciones o procesar a los sospechosos. En definitiva, son currantes”. Una frase que se aplica a este libro y a toda la obra de Leonard, en la que Justified ocupa un lugar de primera fila.