Cómo llevar a Lope de Vega y García Lorca a la televisión
La 2 estrena ‘A este paso (no) estrenamos’, un programa que combina divulgación y entretenimiento centrado en los grandes clásicos del teatro español
Los vestuarios del Corral de Comedias de Alcalá de Henares son un hormiguero de gente. Mientras les maquillan, varios actores repiten su texto una y otra vez. En otra sala, otros dos intérpretes ensayan otra escena. Entre ellos hay dos Max Estrella, dos Don Latino y una Pisa Bien que se empieza a colocar el parche en el ojo. Queda apenas media hora para que comience una particular Luces de bohemia. Pero esta no es una re...
Los vestuarios del Corral de Comedias de Alcalá de Henares son un hormiguero de gente. Mientras les maquillan, varios actores repiten su texto una y otra vez. En otra sala, otros dos intérpretes ensayan otra escena. Entre ellos hay dos Max Estrella, dos Don Latino y una Pisa Bien que se empieza a colocar el parche en el ojo. Queda apenas media hora para que comience una particular Luces de bohemia. Pero esta no es una representación cualquiera. Es la culminación de la breve pero intensa experiencia inmersiva de tres celebridades que nunca antes han participado en una obra de teatro. Eso sí, no están solos sobre las tablas.
Combinando divulgación y entretenimiento, el programa A este paso (no) estrenamos, cuya primera emisión será este miércoles 19 a las 22.00 en La 2, recupera el teatro y los grandes clásicos españoles para la televisión. En el espacio producido por TVE en colaboración con Zeppelin (Banijay Iberia), tres actores con gran trayectoria sobre las tablas ejercen de mentores de 30 aprendices sin experiencia teatral como Juanma Iturriaga, Eduardo Navarrete, Arkano o Adriana Abenia. En la platea del Corral de Alcalá, uno de los más antiguos de Europa y que desde el siglo XVII ha sido corral, coliseo neoclásico, teatro romántico y cine para regresar a principios del siglo XXI como teatro tras ser restaurado, Floren Abad, director del programa, explica el formato: “no es un concurso, no es un talent, no hay votaciones. Es una experiencia teatral”.
En ese carácter de experiencia y homenaje al teatro insiste Urbana Gil, directora del Área de Sociedad de RTVE. “Siempre estamos buscando formatos que combinen divulgación y entretenimiento para el prime time, que no es fácil, y teníamos ganas de encontrar algo especial con el teatro. Esta fue la propuesta perfecta para homenajear al teatro y a quienes lo hacen posible, especialmente a los actores y actrices”, dice Gil.
Los tres aprendices de cada programa llegan a Alcalá sin saber qué obra van a representar. Les puede tocar desde García Lorca hasta Calderón de la Barca, Tirso de Molina, Valle-Inclán o Zorrilla. Lo descubren cuando se sientan en la mesa italiana a leer, junto a los tres mentores, las breves escenas que tendrán que representar ante el público solo unos días después. El director, dramaturgo, poeta y actor Álvaro Tato es el asesor teatral del espacio y quien se encarga de seleccionar y adaptar las tres escenas, con añadidos y ligeros cambios para que recojan el sentido de la obra. Tras la mesa italiana, cada pareja de mentor y aprendiz lo prepara por separado su escena.
Ya solo queda, en otro día, el ensayo general por la mañana y, después de comer, la hora de la verdad: la representación con público. No hay repetición que valga, solo hay una oportunidad de triunfar o fracasar. Como apoyo, el programa pone a disposición de los aprendices una profesora de interpretación que les ayuda a pulir el texto y las indicaciones que les han dado los mentores. Esos ensayos quedan fuera de pantalla y dependen de la implicación de cada aprendiz. “Es un viaje emocional. El teatro te descubre muchas cosas que tienes dentro. Vienes con una coraza y te coloca en tu sitio”, dice Floren Abad.
Tanto él como Patro Yagüe, jefa de producción, destacan la aportación del Corral de Comedias de Alcalá al programa, en el que han trabajado una treintena de personas ayudadas por personal del teatro. Aunque se barajaron otras opciones, finalmente la productora se decantó por el espacio situado en la plaza de Cervantes complutense por varios motivos, como su reducido tamaño, que facilita que los actores se sientan más arropados, y por la estética del lugar. En cuanto a la selección de las obras, canal y productora trabajaron conjuntamente para elegir los textos. Urbana Gil abre la puerta a que, si hay más entregas de A este paso (no) estrenamos, se incluyan obras y autores de otros territorios.
Experiencia teatral kamikaze
Cristina Castaño, Inma Cuevas y Ángel Ruiz son los tres experimentados mentores que cargan con la responsabilidad de ayudar a los aprendices a construir sus personajes, además de participar en las escenas como actores y ejercer como directores de escena. “Está siendo muy bestia, muy gratificante, estoy aprendiendo mucho de las herramientas que tengo y que veo en el otro. He aprendido a trabajar la frustración, la aceptación, lo maravilloso que es ver cómo una persona crea de la nada un personaje”, dice Inma Cuevas, que ha participado en más de 40 espectáculos teatrales, películas como Mientras dure la guerra y series como Vis a vis.
Sentados en un palco tras haber terminado las tres breves escenas —de no más de cinco minutos cada una y precedidas de una introducción de los mentores para situar al público en la acción—, ahora Cuevas, Castaño y Ruiz hablan sobre su experiencia en el programa y reflexionan sobre la importancia del teatro. “Ha sido un reto porque este no es el proceso real de trabajo en el teatro. Necesitamos tiempo para que las cosas se vayan asentando. Esta es una experiencia teatral kamikaze. Uno vuelve a la adolescencia, al momento en el que empezábamos a trabajar, y fomentas algo muy importante que a veces se nos olvida porque nuestro oficio está cargado de trabajo, y es la intuición”, dice Ángel Ruiz, Premio Max al Mejor actor por la obra Miguel de Molina al desnudo y que interpretó a Federico García Lorca en El Ministerio del Tiempo.
Cristina Castaño, que empezó en el teatro con 20 años, con amplia experiencia en el teatro musical y conocida por su participación en series como La que se avecina, Al salir de clase o Toy Boy, agradece la oportunidad de participar en un proyecto que combina enseñanza y teatro. “Tenía cierto respeto a mostrarme yo como persona, porque siempre me muestro a través de los personajes. Pero es un programa de teatro y para La 2, estaba muy protegido, y tiene esa parte didáctica que para mí era fundamental: dar a conocer nuestra cultura, nuestros autores, de dónde venimos. He disfrutado mucho haciendo obras de teatro que no me han ofrecido, hacer verso, hacer época, personajes fuera de mi perfil que no me ofrecerían nunca”.
Teatro y televisión
La combinación de teatro y televisión no es sencilla. “Representar La vida es sueño no resulta tan atractivo como una serie o un programa. Representar a Lope o Zorrilla no supone un éxito de share en televisión”, reflexiona Castaño. Los tres alaban la habilidad del formato para unir los dos mundos. “Ambos han tenido que sacrificar algo. El teatro ha sacrificado parte del proceso, porque el proceso de ensayos, si no estás implicado, es aburrido. Y la tele ha sacrificado cierta inmediatez”, explica Ruiz. “Lo que se experimenta en el directo no se experimenta en el cine o en tu casa. Por eso el teatro nunca va a desaparecer”, completa Cuevas, que aprovecha para reivindicar un mayor compromiso para potenciar el teatro, la cultura y reconocer el trabajo del actor.
Precisamente eso es lo que hacen los personajes conocidos que pasan por este programa, valorar la dificultad de la interpretación. “Todo se les hace un mundo, aprenderse el texto, componer un personaje, encontrar la emoción verdadera…”, dice Ángel Ruiz. “Descubren que tienen que aprenderse el texto muy bien, que tienen que ponerse a estudiar, y no todos están entrenados. Ha habido sorpresas, desde alguien a quien le ha tocado un texto que ya se sabía hasta gente que piensa que lo tienen muy seguro y llegan al escenario y se les olvida. El teatro nos pone en nuestro sitio”, dice Cristina Castaño.
“El teatro es una lupa, y se ve lo que eres, se ve cuándo has trabajado, cuándo dudas, cuándo te emocionas…”, completa Inma Cuevas, que compara su labor con los aprendices con la de unos padres con sus hijos cuando les enseñan a andar: “De repente les soltamos de la mano y estás pensando que se van a caer, pero luego ves que bajan un peldaño y no se caen”. “Ser mentora ha sido una gran responsabilidad”, añade Castaño. “Nunca me sentí suficientemente preparada para la responsabilidad de enseñar a alguien. Pero hay algo intuitivo en cuanto a ver dónde está el otro, dónde puede llegar…”.
La vida es sueño, El perro del hortelano, Luces de bohemia, Bodas de sangre, Don Juan Tenorio o Don Gil de las calzas verdes son algunas de las obras que se repasarán en A este paso (no) estrenamos. ¿Cuál ha sido la más complicada de llevar a escena? “El verso es complicado, pero una de las que más respeto me daba era Bodas de sangre, porque Lorca tiene ese preciosismo en la palabra, que solo con decirla te emociona, y todo lo que les ocurre a los personajes es con emociones muy puras. Me daba miedo que resultara ridículo en solo tres escenas, porque a veces la energía del teatro no traspasa la pantalla y puede parecer muy exagerado. Como actor, cuando me subo al escenario a hacer una escena de Lorca me pido ir a fondo”, dice Ángel Ruiz.
Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.