Zinealdea: así es el pequeño Hollywood vasco
Visitamos el complejo industrial de más de 18.000 metros cuadrados que se ha convertido, a pocos kilómetros de San Sebastián, en el taller parisino de Balenciaga y en el renovado internado de Amazon Prime Video
Desde la entrada de Zinealdea, un gigantesco complejo dentro de un polígono industrial de Oiartzun situado a 10 kilómetros de San Sebastián y a una distancia similar de Francia, se divisa el relieve verde y rocoso de Peñas de Aia, que separa a Guipúzcoa y Navarra. Pero los horizontes de este proyecto son aún más lejanos. El interior de este espacio de más de 18.000 metros cuadrados ha sido el taller parisino del diseñador Cristóbal Balenciaga, en la que será la inminente ...
Desde la entrada de Zinealdea, un gigantesco complejo dentro de un polígono industrial de Oiartzun situado a 10 kilómetros de San Sebastián y a una distancia similar de Francia, se divisa el relieve verde y rocoso de Peñas de Aia, que separa a Guipúzcoa y Navarra. Pero los horizontes de este proyecto son aún más lejanos. El interior de este espacio de más de 18.000 metros cuadrados ha sido el taller parisino del diseñador Cristóbal Balenciaga, en la que será la inminente primera serie original de Disney+ en España, y el misterioso centro de estudios de El internado: Las Cumbres, para Amazon Prime Video y The Mediapro Studio. Durante los primeros días del pasado mes de diciembre, mutaba de nuevo para alojar en otra de sus reencarnaciones a una perfecta reproducción de la terrorífica ermita en la que se ambienta el nuevo trabajo de la cineasta Carlota Pereda (Cerdita). Frente a los ambiciosos estudios que Netflix ha creado en Tres Cantos (Madrid) para congregar los rodajes de muchas de sus superproducciones, Zinealdea se postula como alternativa para otras productoras y plataformas en el que es considerado el mayor plató del País Vasco.
La directora de este proyecto, Elena Salegui, cuenta con experiencia en el mundo de la arquitectura. Junto a un equipo de profesionales unió sus conocimientos a su pasión personal por la televisión y el cine para diseñar esta construcción pensada en vertical. “El territorio en esta zona de España es muy abrupto y caro, así que pensamos en concentrar todas nuestras necesidades en menos superficie”, cuenta ella misma a este periódico, mientras pasea con soltura por el enorme laberinto de sus instalaciones. El edificio se encuentra dividido en seis niveles, con estudios, platós, camerinos, vestuarios, almacenes, oficinas, un restaurante y cientos de plazas de aparcamiento. Se trata de una microciudad que se beneficia también de sus exteriores. “A menos de 200 kilómetros a la redonda tenemos muchos paisajes distintos: mar, montaña, ciudad, castillos medievales, zonas desérticas [en la Ribera navarra]…”, destaca Salegui.
Sus dos platós principales ofrecen la oportunidad de rodar como si se estuviera en exteriores con la tranquilidad de estar bajo techo. Ambos superan los más de 15 metros de altura. Con tales dimensiones, ya se han construido en ellos un acantilado, la mencionada ermita y hasta fachadas de varias plantas. Diáfanos y de hormigón armado, están aislados e insonorizados, a prueba de ruidos, ecos y meteorología. “Por aquí no se cuelan ni sonidos de aviones, ni truenos, ni lluvia… nada”, destaca su responsable. La idea siempre ha sido que Zinealdea se comporte como algo más que un local de rodaje o grabación, que el enorme espacio aglutine todo un ecosistema de servicios técnicos con los que aliviar a los equipos que se alojen en ella de las complejidades económicas y logísticas que supone sacar adelante una producción audiovisual. Los incentivos fiscales aprobados para este 2023 también buscan hacer que la zona se convierta en un anhelado pequeño Hollywood vasco. En varias provincias de la región, estas reducciones pueden alcanzar desde este mes de enero hasta el 70% en el sector de la producción audiovisual, en concepto de deducción en los gastos realizados durante la grabación o rodaje.
Los inicios del proyecto no fueron sencillos. Se concibió a mediados de la década de los 2000, aunque la construcción del edificio comenzó en 2010. Dos años más tarde, la crisis económica hizo que sus responsables decidieran mantenerlo en barbecho antes de completar sus instalaciones, ante el parón de rodajes que sufría el audiovisual español. “Desde el principio creímos en el potencial de nuestra industria. Esperamos y esperamos hasta que entendimos que podíamos continuar”, recuerda Salegui. La idea no revivió hasta 2018.
Iñaki Gómez, productor cinematográfico responsable con su compañía Bixagu Enterainment de éxitos del cine vasco como Handia (2017) y Loreak (2014), rueda en Zinealdea La ermita en colaboración con Filmax. “En Euskadi no existen instalaciones así. Antes, la labor de localización de interiores era más complicada en esta región. Rodábamos donde podíamos porque no había otra cosa, con todo lo que eso implicaba en cuanto a sonido, iluminación... Eran condiciones peor que precarias y se agradece el salto cualitativo”, comenta durante en una pausa de una de las últimas jornadas de trabajo de la película en este complejo audiovisual.
Innovación y entretenimiento
Una vez encontrado el camino, estos grandes estudios han buscado una versatilidad que le resulte atractiva no solo a las grandes producciones. En sus platós más pequeños se gestan anuncios publicitarios, documentales y programas de entretenimiento. Este diario visitó las instalaciones en diciembre, momento en el que se daba el rodaje de la película de Carlota Pereda mientras en otro rincón del complejo industrial trabaja Vidext, una startup fundada por varios veinteañeros que innova en el campo del vídeo profesional. Su tecnología, similar a la del deepfake, permite sincronizar la vocalización de textos a la cara de una misma persona y que parezca que vocaliza de forma nativa en más de 40 idiomas distintos. Con una sola sesión de grabación, se puede crear contenido para buena parte del planeta sin necesidad de subtítulos. Y, a pocos metros, está todo preparado para comenzar las entrevistas con los participantes en un nuevo concurso de aventuras al estilo de Supervivientes que la televisión vasca emitirá esta temporada. Además de alojar estudios con chroma y ciclorama blanco, Zinealdea intenta que el espacio sea lo más sostenible posible, a través del aprovechamiento del agua, la luz, la comida e incluso materiales de atrezzo, haciendo funciones similares a las de un ecomanager, que asesora a los equipos de rodaje en cuestiones ecológicas.
En los próximos años, a sus responsables les gustaría atraer producciones del sur de Francia y ofrecer incluso una cantera de talentos a un sector en reciente bonanza, en el que algunos de sus profesiones lamentan la falta de especialistas. Por eso ya cuenta con una escuela que ofrece a sus estudiantes la opción de hacer prácticas en alguno de los muchos proyectos alojados en ella. Lo hace en un momento en el que el audiovisual vasco acaba de lograr varias candidaturas en las categorías técnicas de los premios Goya, con producciones como Cinco lobitos e Irati. “Nos gusta enseñar el edificio a niños a través de sus escuelas y montar talleres con ellos. Queremos que conozcan la industria audiovisual y que sepan que está viva; y que en esta parte de España también pueden encontrar un futuro a través de ella”, defiende la directora del centro.
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