‘El francotirador de Donbass’: el soldado que escribió su personaje

La película bélica ucrania, sobre un ‘hippy’ idealista convertido en un frío ejecutor, se basa en una historia real y tiene una gran factura técnica. Pero no logra despegarse del nacionalismo

El actor Aldoshyn Pavlo, en una escena de la película ucrania 'El francotirador de Donbass'.MOVISTAR+

La guerra en Ucrania no empezó en febrero de 2022, aunque fuera entonces cuando Putin lanzó un ataque masivo contra el país, quizás en la vana esperanza de que su Gobierno colapsara o saliera al exilio. No, había guerra ya en 2014, después de la revolución del Maidán, que alejó a Kiev de la órbita de Moscú y la acercó a la de Bruselas...

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La guerra en Ucrania no empezó en febrero de 2022, aunque fuera entonces cuando Putin lanzó un ataque masivo contra el país, quizás en la vana esperanza de que su Gobierno colapsara o saliera al exilio. No, había guerra ya en 2014, después de la revolución del Maidán, que alejó a Kiev de la órbita de Moscú y la acercó a la de Bruselas. La respuesta rusa fue que unas fuerzas especiales ocuparon Crimea y otras, despojándose de sus insignias, entraron en Donbás, la región oriental, para unirse a títeres locales en un intento de quebrar la unidad del país.

La película ucrania El francotirador de Donbass, que ha estrenado Movistar Plus+, nos lleva a esa guerra que había antes de que todos habláramos de la guerra. En aquel año 2014, nos presenta a un profesor de instituto de lo más hippy: pacifista y ecologista, vive con su mujer embarazada en una casa en el campo construida por ellos mismos con material recliclado. Cuando le sorprende la invasión rusa, y le arruina la vida, corre a alistarse en la resistencia ucrania y enseguida se convierte en un francotirador de élite.

El filme tiene una factura técnica notable. Hay escenas bélicas logradas, que transmiten la tensión. Pero no logra despegarse del nacionalismo, lo que es comprensible dado su contexto y no ayuda al resultado final. Rehúye la complejidad de lo humano: las películas clásicas sobre la guerra sabían dibujar roles atractivos entre las filas del enemigo, también entre los nazis; aquí eso no pasa. Y si esperabas sumergirte en la crisis interior de quien transita de hippy idealista a frío ejecutor, te quedas con las ganas: el tipo no duda, tiene la fe del converso.

¿Qué falla? Que el director, Marian Bushan, escribió el guion a cuatro manos con el profesor y veterano de guerra Mykola Voronin, quien se inspiraba en su propia experiencia. Y los mejores personajes no se escriben a sí mismos.

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