Alba Lago: “Me corté el pelo como un chico y a los dos meses me fui a la calle”
La presentadora de Informativos Telecinco lleva por bandera el optimismo y descarga su exceso de energía con el boxeo
La cita es en un club de boxeo en Chamberí. Alba Lago (37 años, Vigo) llega derrochando energía y en un minuto se pone ropa deportiva y los guantes de boxear. Aquí era una más hasta que el informativo de las 6.15 de la madrugada en Telecinco, que presentó cuatro años, le partió la vida. Hace año y medio se convirtió en la primera compañera de Pedro Piqueras en el telediario del horario de máxima audiencia. Ahora Lago empieza a recuperar su vida y ha vuelto al boxeo. Este agosto le ha tocado trabajar y presentar el informativo de sobremesa. La charla tiene lugar el día antes de que entren en vi...
La cita es en un club de boxeo en Chamberí. Alba Lago (37 años, Vigo) llega derrochando energía y en un minuto se pone ropa deportiva y los guantes de boxear. Aquí era una más hasta que el informativo de las 6.15 de la madrugada en Telecinco, que presentó cuatro años, le partió la vida. Hace año y medio se convirtió en la primera compañera de Pedro Piqueras en el telediario del horario de máxima audiencia. Ahora Lago empieza a recuperar su vida y ha vuelto al boxeo. Este agosto le ha tocado trabajar y presentar el informativo de sobremesa. La charla tiene lugar el día antes de que entren en vigor las restricciones por el plan de ahorro energético, y ella está encantada de que se limite el aire acondicionado a 27 grados.
Pregunta. ¿Cómo le dio por el boxeo?
Respuesta. Vivía por este barrio. Abrieron el club y era mi etapa prematinal. Hay un antes y un después en mi vida con el paso por la edición matinal. Antes yo tenía una vida, mucha energía, el optimismo era lo que imperaba en mi rutina y venía mucho a boxear, tres días por semana. Yo no me pego con nadie, así que descargo mi ira en el saco. Mi ira y mi exceso de energía. Es la única disciplina que he encontrado que me permite concentrarme al 100%. Es una especie como de mindfulness. Mi cabeza es como una centrifugadora.
P. ¿De qué otras formas da salida a ese cerebro que centrifuga?
R. Pues es que no puedo. Yo creo que es solo para mientras estoy durmiendo, y no sé hasta qué punto. Mi cabeza va a 100.000 revoluciones por minuto. Creo que también me dedico a lo que me dedico por eso.
P. Lleva desde los 19 años en la televisión.
R. El decano de la facultad nos propuso a unos alumnos para hacer una prueba de redacción en un programa de testimonios para la televisión de Galicia. Yo ya llevaba dos años trabajando en los veranos doblando ropa. Me debieron ver bastante desparpajo y me cogieron como redactora. Poco después reinventaron el programa y nos hicieron una prueba de cámara a toda la redacción. Yo era la más pequeña, les gusté y me cogieron. Y después, de un lado para otro. Me pilló la crisis de 2008, me vine a Madrid, estuve en Marca TV. Y cuando se acabó este proyecto me fui a Londres en 2011. De Londres volví porque me llamaron de Informativos Telecinco para cubrir una vacante en vacaciones de ayudante de redacción. Tenía 25 años.
P. ¿Fue duro para usted dejar Vigo?
R. Me fui con 22, 23 años. Durísimo. Lo pasé fatal. Lloraba por las esquinas. Es verdad que me estimulaba mucho venir a Madrid. Tenía muchas ganas y sabía que, si quería seguir creciendo y aprendiendo, el futuro estaba en Madrid, pero me daba muchísima pena. Los que no somos de la capital pensamos que venimos a Madrid de paso y al final ese de paso se va dilatando en el tiempo. Pero al principio lo pasaba fatal, me ahogaba porque no veía el mar.
P. Se presentó para suplir a Pilar Rubio en Sé lo que hicisteis.
R. Yo tenía 21 años o así. Era el momento de máximo apogeo de Sé lo que hicisteis, ¿cómo iba a decir que no? En la primera prueba éramos como 100 chicas. Te hacían hablar en inglés, contar chistes, improvisar una entrevista… La prueba final era grabar un reportaje en un partido de fútbol amistoso: estaban Dani Martín, Bustamante, Fernando Hierro…, y tenía que llamar la atención para que me votasen.
P. ¿Pero pasó las pruebas?
R. Sí, al final quedamos tres, Salomé Jiménez, Cristina Pedroche y yo, y el resto es historia. Mi perfil era totalmente contrario al de Pilar Rubio, yo llevaba brackets por aquel entonces, salía en pantalla con ellos.
P. ¿Le gustaría presentar otro formato en el que no estuviera tan encorsetada como en un informativo?
R. Ahora mismo estoy aprendiendo de lo que hago. Esto es como una carrera de fondo y al final tienes una meta, y de ti depende si quieres disfrutar del camino, teniendo en cuenta que para llegar a esa meta muy pocas veces el camino es recto.
P. ¿Cuál es esa meta en su caso?
R. El tema es ese, que hace mucho tiempo que no me marco ninguna meta. Soy una esponja. Intento aprender lo máximo del momento que estoy viviendo. He tenido la suerte de rodearme de gente brillante. Hay que seguir entrenando, porque en cualquier momento surge una nueva oportunidad y hay que tener músculo para afrontarla.
P. ¿Cómo fue su vida mientras presentaba el matinal? ¿Aquello era vida?
R. No. A nivel personal, fue el infierno. A nivel profesional, me dio una seguridad, unas tablas que hace que ahora pueda estar compartiendo pantalla con Pedro Piqueras. En ese aspecto ha sido un ascenso brutal, pero supeditado a mi vida personal. Soy una persona muy sociable y de repente dejas de tener contacto con los tuyos. A las 18.00 tienes que meterte en la cama para despertarte a la 1.00 de la madrugada. Lo de tener pareja es una utopía. La comida no te sabe igual...
P. ¿Qué se aprende al lado de Pedro Piqueras?
R. Todo. Además de mi jefe, soy la primera compañera que tiene en televisión. Fue un aprendizaje mutuo. Hablar con Pedro es historia del periodismo. Es mi maestro. Y tiene un sentido del humor alucinante, mucha retranca. Es muy creativo y tiene mucho músculo informativo.
P. ¿Cómo de importante es la imagen personal en la televisión?
R. Muy importante, creo que la imagen de un presentador tiene que ir en coherencia con la calidad del contenido que se está emitiendo. Una curiosidad es que las presentadoras de informativos no llevamos las uñas pintadas, porque si utilizas las manos para comunicar y llevas las uñas verde fosforito, el interés se va a las uñas, no a lo que yo te estoy contando. Yo abogo por la discreción siempre. Menos es más. También mi día a día.
P. Su corte de pelo ya es una seña de identidad para usted.
R. Jamás pensé que un corte de pelo podría llegar a tener tanta repercusión. Me lo corté hace muchos años muy corto, como un chico, porque me pareció fatal que vinculasen lo femenino al pelo largo, y a los dos meses me fui a la calle. No te creas que me quedé ahí como presentadora estrella. No voy a decir dónde, pero pasó. Yo me encontraba monísima, era la estrella de los festivales indies... El caso del pelo fue que yo me muevo mucho, y el pelo largo, con el peinado que nos hacían, se me caía todo el rato en la cara. Una peluquera superjovencita me dijo hace dos años que ahora se lleva el pelo recto, con la plancha. Vino otro peluquero y me lo empezó a mantener, y me sacaba un brillo impresionante, y ahí se puso de moda mi pelo, tanto que empecé a salir en las revistas de moda. Ahora no me lo puedo cambiar. Pero mira, Ana Blanco lleva no sé cuántos años con este corte de pelo...
P. Como viguesa, ¿qué piensa cuando ve a su alcalde con las luces de Navidad en agosto?
R. A ver, Vigo está volcado con el alcalde. Abel Caballero ha conseguido colocar a Vigo en el mapa por su insistencia o por su defensa a ultranza de todo lo bueno que tiene, y ha conseguido atraer a muchísimo turismo en una época del año como es la Navidad en Galicia, que no es que sea un atractivo para el visitante. Ahora bien, con el plan de ahorro energético… Es un tema de responsabilidad individual, y con individual también me refiero a los dirigentes, tanto locales, regionales como nacionales. Las Navidades en Vigo este año tendría sentido que no fueran tan luminosas como en años anteriores.
P. Volviendo al boxeo, ¿ha recibido muchos golpes en la vida?
R. Sí que me he llevado golpes, pero no los cuento.
P. ¿Y se levanta fácilmente o le cuesta?
R. Me levanto a pesar de que me duela todo, a pesar de que esté lesionada. Y me levanto con una sonrisa. Eso es algo que molesta a mucha gente. Provoca rechazo alguien optimista, alguien que no esté contando sus problemas todos los días y que siempre tenga un plan B para salir adelante, con vitalidad y que ve la parte positiva de las cosas. Cuanto más les molesta, más intento yo mantener la sonrisa. Pero muchos, me he llevado muchos golpes. Y he aprendido de todos, no me lo vuelven a hacer. Nunca máis.
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