Dentro de lo nuevo de ‘Stranger Things’: “Es nuestra temporada ‘Juego de tronos”
Una nueva amenaza del Mundo del Revés, con inspiración en ‘Pesadilla en Elm Street’, aterrorizará a los personajes de una de las series más populares de Netflix en su cuarta temporada
En marzo de 2020, la cuarta temporada de Stranger Things llevaba un mes de rodaje. De repente, la covid paralizó prácticamente el mundo entero. También, por supuesto, la grabación de una de las series más populares de Netflix. Hasta finales de septiembre, seis meses después, no pudieron retomar la producción. Para entonces, en el mundo real muchas cosas habían cambiado. La visita a la grabación de la cuarta temporada en la que participó EL PAÍS en junio de 2021 es una muestra de esos cambios: solo fue posible de ...
En marzo de 2020, la cuarta temporada de Stranger Things llevaba un mes de rodaje. De repente, la covid paralizó prácticamente el mundo entero. También, por supuesto, la grabación de una de las series más populares de Netflix. Hasta finales de septiembre, seis meses después, no pudieron retomar la producción. Para entonces, en el mundo real muchas cosas habían cambiado. La visita a la grabación de la cuarta temporada en la que participó EL PAÍS en junio de 2021 es una muestra de esos cambios: solo fue posible de forma virtual, con cada periodista en su casa para asistir a través de la pantalla al rodaje de una escena y a un recorrido por los diferentes departamentos de la serie, donde los responsables explicaban las novedades. La jornada terminó con entrevistas al reparto. “No sé si se me oye bien, aquí llueve mucho”, se disculpa Priah Ferguson, Erica en la serie. En otra pantalla, Maya Hawke, Robin en la ficción, traslada su ordenador a otra zona de su casa para oír mejor a los periodistas.
Tres años después del estreno de la tercera temporada, la cuarta aterriza en Netflix en un momento crítico para la plataforma, tras el batacazo en los mercados como consecuencia de haber perdido 200.000 suscriptores en el primer trimestre del año y la perspectiva de que otros dos millones puedan darse de baja en el segundo. Stranger Things, una de sus series más populares desde que se estrenó en el verano de 2016, podría ser el salvavidas que la compañía necesita, y por eso Netflix intentará alargar su efecto dividiendo esta temporada en dos entregas, la primera, de siete capítulos, el 27 de mayo y la segunda, con los dos últimos episodios, el 1 de julio. Son capítulos con una duración extralarga —mayoría superan los 75 minutos y el último alcanzará las dos horas y media—, y un presupuesto que, según The Wall Street Journal, ronda los 30 millones de dólares (unos 28,9 millones de euros) cada uno.
“A esta la llamamos nuestra temporada Juego de tronos”, dice Ross Duffer, cocreador junto a su hermano Matt de este universo de fantasía y aventuras con el que homenajean las películas ochenteras del género. No se refiere al presupuesto de la serie (la de Netflix ya supera a la de HBO, según las cifras filtradas), sino al hecho de tener a los personajes diseminados por varias localizaciones. Por un lado, Once y la familia Byers se han mudado a una California que, en palabras de Matt Duffer, tiene influencias directas de los barrios residenciales en los que transcurre la acción de ET: el extraterrestre. En Hawkins, Indiana, permanece otro grupo de personajes. Allí cobra especial relevancia la mansión Creel, una casa encantada clave en la historia de esta entrega. Y, finalmente, Hopper (interpretado por David Harbour) está preso en Rusia.
El rodaje, hasta ahora centrado en Atlanta (Georgia), también ha expandido sus fronteras: California se recreó en Nuevo México, mientras que una parte del equipo se trasladó a Lituania antes de que se declarara la pandemia para grabar las secuencias situadas en Rusia. “Tenemos estéticas muy diferentes. Está la californiana, la primavera de Hawkins y el invierno ruso. Todos esos diferentes tonos entran en juego al mismo tiempo”, describe Matt Duffer. “El que estemos tan dispersos este año define la temporada. Todas estas historias, por muy dispares que puedan parecer, terminarán inevitablemente convergiendo”, completa su hermano Ross.
El contraste entre las diferentes localizaciones ha marcado el trabajo de los diferentes departamentos artísticos. Amy Parris, diseñadora de vestuario, enseña las camisas, camisetas y complementos preparados para los personajes. “Queríamos capturar el contraste entre California y Hawkins a través del color. Hawkins mantiene looks con colores muy saturados. Y en California incorporamos el rosa claro, verde azulado y el púrpura. Todo está más bañado por el sol, en contraste con los colores más fuertes de Hawkins”, cuenta la diseñadora.
También hablan de esa oposición Sarah Hindsgaul y Amy L. Forsythe, responsables de peluquería y maquillaje, respectivamente. “En California tenemos tonos más suaves y cálidos, más playeros, un poco más a la moda de 1986, mientras que en Hawkins siempre han ido un poco por detrás. Allí no son tan guays como la gente de California”, dice Forsythe. “Incluso hay diferencias en el volumen del pelo, que es mayor en Hawkins porque van un poco más desaliñados”, completa Hindsgaul.
Para los actores, al cambio de localizaciones esta temporada se sumaron los cambios por el rodaje en pandemia. Bastante problemático fue el parón de seis meses por un aspecto puramente biológico: “Fue un reto porque todos estábamos creciendo físicamente”, dice Gaten Matarazzo, Dustin en la serie. Aquellos niños que cuando Stranger Things comenzó tenían entre 12 y 14 años, ahora pasan de los 18. “Antes del parón, en una sola semana Caleb McLaughlin [Lucas en la serie] creció ¡una pulgada! [unos 2,5 centímetros]”, dice la responsable de maquillaje. En una pared del espacio que comparte con el equipo de peluquería están las marcas que corresponden a la altura de cada uno de los jóvenes actores. “Cada vez que vienen después de un descanso, les hacemos quitarse los zapatos, les ponemos contra la pared y les medimos”, dicen mientras muestran esas señales.
La pandemia, una amenaza real
“Empezamos a rodar esta temporada en el año 2020 y luego todo ocurrió y no volvimos hasta septiembre, con un montón de nuevos protocolos que ralentizaron el proceso”, cuenta Natalia Dyer, Nancy en la ficción. “Normalmente, los hermanos Duffer escribían los guiones mientras estábamos grabando y nos los iban pasando poco a poco. Esta vez tuvieron tiempo para terminarlos y pudimos tener todos los guiones antes de volver a grabar”, añade. “En realidad, para mí no ha cambiado mucho la dinámica en el plató, solo estamos contando una historia, como siempre”, aporta Millie Bobby Brown, que interpreta a Once.
El elenco adulto parece que no vivió la situación con la misma despreocupación que los más jóvenes. Como ejemplo, la visión de Brett Gelman, Murray en la serie, personaje que gana presencia en esta temporada y que ejerce como alivio cómico entre tanta tensión y misterio. “A veces me parece que ocurre algo mágico cuando las condiciones de trabajo en el plató afectan indirectamente a aquello por lo que está pasando tu personaje. En este caso, la covid era una amenaza existencial, un peligro importante, y eso conectaba con lo que los personajes sienten en la serie. Como actor, siempre vas a encontrar imprevistos, y puedes tomártelos como obstáculos o pueden ayudarte a conectar con el personaje y sumergirte en las escenas de forma más profunda”.
Freddy Krueger
Para la nueva amenaza que se cierne esta temporada sobre Hawkins, los hermanos Duffer se inspiraron en el clásico del terror Pesadilla en Elm Street, cuya primera película vio la luz en 1984. “Nuestro objetivo es intentar algo nuevo cada año para que la serie evolucione. Eso surge de forma natural porque los niños están creciendo. Incluso se me hace raro llamarles niños, ya son jóvenes adultos en toda regla... Así que pensamos que este era un buen año para meterlos en una especie de película de terror al estilo Pesadilla en Elm Street”, explica Ross Duffer.
El homenaje al clásico que dirigió y escribió Wes Craven se completa con la participación esta temporada del actor Robert Englund, cuyo rostro se oculta debajo del maquillaje y protésicos que dan forma a Freddy Krueger, para interpretar a Victor Creel, un paciente del hospital psiquiátrico, donde fue internado tras ser acusado de unos macabros asesinatos que tuvieron lugar en los años cincuenta. Millie Bobby Brown recuerda el momento en el que se encontró con Englund: “Estaba en maquillaje y peluquería. Yo no quería interferir, pero él se acercó a mí y me dijo: ‘Tú’. Y yo estaba como, ‘¿yo?’. Y me dijo, ‘me encantó Enola Holmes [película protagonizada por Brown]’. Y yo me quedé impresionada. No era lo que tenía que haber pasado, yo era quien tenía que haberle demostrado mi admiración”, explica divertida. También Joseph Quinn (que interpreta a Eddie, uno de los nuevos personajes de esta temporada) se encontró casualmente con Englund cuando este estaba rodando. “Fue aterrador. No pude hablar con él, pero creo que encaja muy bien con ese punto tan oscuro de la serie, es escalofriante”.
Nuevo monstruo
Los miedos personales de los personajes juegan un papel fundamental en esta temporada, y es lo que aprovecha el nuevo monstruo llegado del Mundo del Revés, Vecna, inspirado en uno de los personajes del juego Dragones y Mazmorras. Como recuerdan los hermanos Duffer, en los ochenta había gente que relacionó este juego de rol con el surgimiento de ritos satánicos. “Nos hemos inspirado en esa especie de pánico satánico y también en la serie documental Paradise Lost”, dice Matt Duffer, refiriéndose al programa que recoge el caso real del asesinato de tres niños en 1993 en Arkansas, que la policía asoció a un ritual satánico.
“Vecna es básicamente un humano que ha sido sometido al ambiente del Mundo del Revés durante 20 años”, explica Barrie Gower, el diseñador de protésicos de la cuarta temporada de Stranger Things, curtido en producciones como Juego de tronos o Harry Potter y que ahora trabaja en las series La casa del dragón y The Last of Us. En su taller, muestra un folio con el orden en el que tiene que aplicar los materiales y los pasos que debe seguir para obtener como resultado a Vecna, monstruo elaborado, casi en su totalidad, de forma manual. “Tiene forma de humano, pero en él integramos un montón de formas y texturas del Mundo del Revés, raíces, vides, formas muy orgánicas al estilo de las fibras del tejido muscular... Pero como es humano, debajo hay zonas de carne pálida, casi anémica, tan blanca como si no le hubiera dado el sol en 20 años”, explica Gower mientras muestra cómo trabajan con moldes de yeso y plastilina para dividir el cuerpo del monstruo en diferentes partes que luego cubren con protésicos elaborados a partir de una mezcla de materiales.
“Diría que el tono de esta temporada es más oscuro que las anteriores”, resume Matt Duffer. Por si fuera poco tener que lidiar con un monstruo del inframundo, los jóvenes protagonistas tienen que hacer frente a otro monstruo que da todavía más miedo: crecer. Stranger Things ya sabe que terminará en su quinta temporada. Porque crecer es inevitable, incluso cuando ya has salvado varias veces a la humanidad de las fuerzas del mal.
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