‘La reina del pueblo’, la comedia veraniega que desmonta el tópico de las fiestas patronales
El director y guionista Raúl Navarro explica cómo ha construido el particular humor de esta serie, que ya puede verse en Atresplayer Premium
Durante los meses más duros de confinamiento, el director y guionista Raúl Navarro se centró en imaginar todo aquello que no podía hacer, como ir a conciertos, estar con amigos o bailar en una verbena. Lo hizo para adaptar un cortometraje de Víctor Santos, La reina del pueblo, y convertirlo en una comedia de mismo nombre para la plataforma Atresplayer Premium...
Durante los meses más duros de confinamiento, el director y guionista Raúl Navarro se centró en imaginar todo aquello que no podía hacer, como ir a conciertos, estar con amigos o bailar en una verbena. Lo hizo para adaptar un cortometraje de Víctor Santos, La reina del pueblo, y convertirlo en una comedia de mismo nombre para la plataforma Atresplayer Premium. A lo largo de seis capítulos, ironiza con los tópicos en torno a las fiestas veraniegas hasta desmontarlos.
“Muchos de los personajes de esta serie parten de estereotipos. Lo importante es lograr darles una vuelta”
Antes de irse a la ciudad para estudiar, Inma (Lucía Caraballo) quiere cumplir su sueño y el de su madre: convertirse en la reina de las fiestas de Polvaredas de la Sierra, zona de melones y tradiciones muy arraigadas. Para conseguirlo, se apoyará en sus mejores amigos y en Nicole (Cristina Colom), una celebridad de las redes sociales que ha llegado allí escondiéndose del mundo tras haber recomendado el producto inadecuado a sus seguidores. El espectador podrá ver a los jóvenes protagonistas, entre ellos a la idealista Estefi (Ana Jara Martínez) y Javi (Omar Banana), marcado como el gay del pueblo, enfrentando situaciones surrealistas en escenas típicas, como la coronación del concurso de belleza, el pregón, la ofrenda o la comida popular del pueblo. Navarro construye así un tipo de comedia que depende de la situación y no de colar chistes en el guion, como ya ocurriera en uno de sus anteriores proyectos, El fin de la comedia, junto a Ignatius Farray. “Quiero evitar esas series en las que todos los personajes son muy graciosos e ingeniosos y siempre tienen la frase perfecta en el momento adecuado. Prefiero que sean divertidos por lo que son más que por lo que dicen”, contaba Navarro este viernes durante una conversación telemática.
“También quería evitar la parodia de los pueblos que tan a menudo vemos en el cine y la televisión, porque muchos de ellos no son tan distintos a una ciudad. Sus jóvenes tienen las mismas referencias, ya sea Netflix, Instagram o Nathy Peluso”, defiende el director de la serie. Aunque eso no significa que haya renunciado a los tópicos y clichés como base para hacer humor. “Muchos de los personajes parten de estereotipos. Lo importante es lograr darles una vuelta y que lo que esperas de ellos en el capítulo uno no tenga que ver con lo que ves en el capitulo seis”.
El único personaje que tiende a la broma verbal y al juego de palabras es el de Estrella Bernal, una ex Miss España trasnochada que llega al pueblo como pregonera de las fiestas. Esta mujer, interpretada por Melani Olivares, le sirve a Navarro para incorporar a la serie referentes de los años noventa “que enganchen a otro público distinto al de los jóvenes protagonistas”. La diva está conectada con personalidades femeninas extremas que tanto juego dan en la ficción, como la Estela Reynolds de La que se avecina. “Y la Jenna Maroney de Rockefeller Plaza y la Camile Bluth de Arrested Development”, apunta el director y guionista, que desea que el personaje de Bernal pueda protagonizar un spin off de La reina del pueblo, contando cómo es su vida en Madrid.
Otro veterano, Roberto Álamo, aparece en la serie como un alcalde oportunista que salta de las filas del socialismo a las de Vox para mantenerse en el cargo y cuyo rol secundario “ayuda a dar un punto de locura ante unos protagonistas que tienen que mantenerse más contenidos”.
Al responsable de la serie le gustaría rodar una segunda temporada con la que completar el relato. “Al igual que hemos contado el último verano de estos chicos en su época del instituto, justo antes de irse del pueblo a estudiar, lo ideal sería contar también el primero en el que se reencuentran, después de que estos personajes se hayan separado”, comenta.
Fuera de la ficción, Navarro también es responsable de varios de los programas más originales de las últimas temporadas. Además de ser productor ejecutivo de la amena divulgación histórica de El condensador de fluzo (La 2), ha dirigido El cielo puede esperar (Movistar+). En este último, una selección de personalidades del mundo de la cultura y la televisión observan desde el limbo a través de una pantalla cómo sería su propio funeral, al que asisten sus familiares, compañeros y amigos. Es el primer proyecto que hizo junta a Laco Productora (que prepara el próximo proyecto de Mamen Mendizábal, Palo y astilla) y en el que, de nuevo, buscaba un punto intermedio: “No quería que fuera un tributo empalagoso ni tampoco un roast [subgénero cómico en forma de cena de homenaje repleta de chistes y anécdotas a costa del agasajado]. Además, era complicado hacer entender a los invitados el tema de rodar su hipotético funeral y que era un programa de humor hasta que no vieron su primera temporada”, recuerda.
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