Poliamor y sexo de nueva generación en las series juveniles de junio

El mes de junio se dedica al orgullo LGTBI+. Es la temporada en la que las plataformas televisivas estrenan muchos de sus contenidos relacionados con la diversidad sexual. De entre ellos, las series hechas para (y a menudo también por) las nuevas generaciones muestran su particular forma de entender la sexualidad. Lo hacen desde un amplio abanico de perspectivas.

Please Like Me arrancaba en 2013 con su ...

El mes de junio se dedica al orgullo LGTBI+. Es la temporada en la que las plataformas televisivas estrenan muchos de sus contenidos relacionados con la diversidad sexual. De entre ellos, las series hechas para (y a menudo también por) las nuevas generaciones muestran su particular forma de entender la sexualidad. Lo hacen desde un amplio abanico de perspectivas.

Please Like Me arrancaba en 2013 con su protagonista dándose cuenta de que era homosexual. Su creador, el australiano Josh Thomas, se colocó con 25 años en un lugar privilegiado en el panorama televisivo, el de los autores con personalidad propia que dotan de un sello de denominación de origen todos sus proyectos. Movistar + acaba de estrenar la primera temporada de Todo va a ir bien (Everything’s Gonna Be Okay), en la que Thomas vuelve a recurrir a su particular honestidad brutal para conectar asuntos relacionados con la identidad sexual con otros de los temas que más interesan a los espectadores menores de 40: la salud mental y la neurodiversidad. Nicholas es un veinteañero lleno de ansiedades que visita a su padre soltero y a sus dos hermanastras, una de las cuales es autista (como lo es Thomas en la vida real). Su relación, no siempre muy cercana, se estrecha a la fuerza cuando descubre que su padre padece una enfermedad terminal y que él tendrá que convertirse en un inesperado cabeza de familia. Además de no hacer de la sexualidad el principal rasgo de su protagonista, Thomas amplía en la segunda temporada de su dramedia familiar el abanico multicolor en sus tramas con personajes que no son ni gays ni heterosexuales. Esta nueva tanda de episodios podrá verse a partir del 20 de agosto en Movistar +.

El 15,9 por ciento de los miembros de la generación Z (nacidos entre 1997 y 2002) se autodefine como LGTBI+

El enorme cambio social que se traslada a la producción televisiva lo refleja una encuesta realizada en 2020 por la consultora Gallup en Estados Unidos, el país de producción de la mayoría de estos contenidos que llegan a los espectadores de todo el planeta. El 15,9 por ciento de los miembros de la generación Z (nacidos entre 1997 y 2002) se autodefine como LGTBI+. Esa proporción de algo más de uno de cada seis ciudadanos de entre 24 y 19 años que se identifica como “no heterosexual” es considerablemente más alta que la de cualquiera de las etapas anteriores. Los mileniales, cosecha del 1981 al 1996, se declaran LGTBI+ en un 9,1% de los casos, mientras que los pertenecientes a la Generación X (1965-1980) lo hacen tan solo en un 3,8% de sus respuestas y los nacidos en el Baby Boom (1946-1964) en un ínfimo 2% de ellas.

Incluso la clásica y tradicional Disney, gigante del entretenimiento que siempre ha sido reacia a abordar cualquier tipo de contenido relacionado con el sexo, ya tiene sus propias series queer. Todo va a ir bien es un encargo de uno de sus canales en Estados Unidos, Freeform, y Con amor, Víctor ya llega a su segunda temporada. Los nuevos capítulos de esta serie adolescente comienzan su emisión este viernes 18 de junio en Disney + en España, aunque en Estados Unidos cambió de forma polémica de plataforma antes de ser estrenada, para emitirse desde la más adulta Hulu.

Lena Dunham, creadora de la seminal ‘Girls’, produce ‘Genera+ion’, que muestra el caos de la adolescencia actual a través de la tecnología y sus relaciones sexuales y amorosas

La serie sigue los pasos de la película de 2018 Con amor, Simón, la primera comedia romántica dedicada a un público masivo que estaba protagonizada por un hombre gay. Su principal herramienta de ruptura social era precisamente su total uniformidad con el resto de contenidos edulcorados de la factoría. Relataba la salida del armario de un adolescente sin mayor conflicto e incidentes, con la comprensión de su entorno y sin excesivo drama en torno a su condición. Su traslado al formato serie trajo consigo un cambio importante: el protagonista es esta vez Víctor, un joven latino que complementa el esfuerzo de Disney por representar poco a poco a más minorías en sus productos. Al final de la primera temporada, el protagonista salía del armario ante sus padres, pero el espectador no pudo comprobar cómo era la reacción de estos. De eso trata esta nueva tanda, además de afrontar las tribulaciones amorosas de Víctor, tratadas con tanto o tan poco acierto como el resto de seriales de este estilo.

Mucho más rompedora, tanto en lo estético como en su temática, pretende ser Genera+ion, que desde este jueves emite, de tres en tres, nuevas entregas de su primera temporada en HBO España. Una de sus protagonistas es Greta, una estudiante de un instituto del sur de California (Estados Unidos) a la que le cuesta dejar sus inseguridades de lado y gritar al mundo que es lesbiana. Junto a ella se encuentra Nathan, un chico bisexual todavía más remiso a contarle su verdad a su privilegiada familia, aunque no tanto a acercarse de forma peligrosa al novio de su hermana gemela. Recurriendo al eterno formato de telenovela juvenil y con la creadora de la seminal Girls, Lena Dunham, como productora, la serie apuesta por el caos propio de la adolescencia nativa digital para reflejar el mundo de sus personajes. Su objetivo es el de contentar solamente a los espectadores de esa franja de edad. El mundo adulto no interesa a esta serie creada por Daniel Barnz y su hija Zelda, de 19 años. Ella aprovechó una estancia en un campamento de verano cuando tenía 15 para comentarles por carta a sus padres que era bisexual. Ese fue el germen de las conversaciones paternofiliales que han dado lugar a los guiones de esta producción.

La misma fórmula de Genera+ion ha llevado al éxito mundial a la española Élite, cuya cuarta temporada también se estrena este viernes en Netflix. El famoso dúo Omander, como los seguidores de la serie denominan a la relación de amor entre dos de sus personajes (Omar y Ander), se enfrentará esta vez a la presencia de un tercero en discordia, Patrick, que interpreta el actor Manu Ríos, nueva incorporación al elenco. El poliamor puede ser la forma elegida por los jóvenes para enfrentar este triángulo amoroso. La actitud de niño rico del nuevo alumno, denominador común de muchas de las tramas de la serie, le hará encapricharse de uno de los dos miembros de la pareja para luego intentar quedarse con ambos. Esta vez, Élite también explora la sexualidad femenina al adjudicar a Rebeka (Claudia Salas) un interés amoroso de su mismo sexo. Mencía (Martina Cariddi), la rebelde hija menor del nuevo director del exclusivo instituto Las Encinas, conectará de inmediato con ella, a pesar de que ambas cuentan con un carácter explosivo. Como defendía hace años en este periódico su creador Carlos Montero, referente de la televisión para menores de 25 como guionista en los noventa de Al salir de clase y responsable una década después de Física o Química, “las ficciones tienen que ir un paso por delante de la vida real” para convertirse en agentes del cambio.

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