¿Puede Netflix ayudarle a combatir el insomnio mientras mira una pantalla?
El final de cada capítulo de ‘Guía Headspace para dormir bien’ incluye una sesión de relajación que intenta favorecer al principal enemigo de la plataforma: el sueño
Respirar es lo único importante durante los minutos finales de cada episodio de Guía Headspace para dormir bien de Netflix. Solo respirar. Una voz reconfortante insta al espectador a cambiar el hábito del que es el acto más cotidiano del día. Sus ejercicios nacen a partir de los contenidos de Headspace, plataforma digital especializada en relajación y atención plena, lo que en los países anglohablantes denominan mindfulness. Pero estos mensajes están ideados para darle al botón de reproducir al caer la noche, para...
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Respirar es lo único importante durante los minutos finales de cada episodio de Guía Headspace para dormir bien de Netflix. Solo respirar. Una voz reconfortante insta al espectador a cambiar el hábito del que es el acto más cotidiano del día. Sus ejercicios nacen a partir de los contenidos de Headspace, plataforma digital especializada en relajación y atención plena, lo que en los países anglohablantes denominan mindfulness. Pero estos mensajes están ideados para darle al botón de reproducir al caer la noche, para que la pantalla se encienda justo antes de que los ojos se cierren.
Los expertos y clínicas del sueño llevan años, desde que los dispositivos electrónicos se adhirieron a las vidas y a los cuerpos de buena parte de la población del primer mundo, recomendado evitar durante la noche el estímulo de luz e información que estos aparatos envían al cerebro. Su efecto sobreestimula al órgano regidor de nuestro cuerpo.
Francisco J. Segarra, coordinador de la Clínica del Sueño Estivill, considera que cualquier propuesta que intente innovar y combatir los trastornos de sueño es bienvenida, pero advierte que no todas ellas son aptas para todos los insomnes, porque no todos los insomnes son iguales. En algunos de ellos, no es solo el estímulo físico el que los mantiene activos, sino también el psicológico. “Muchos de los pacientes sufren de ansiedad anticipatoria por el hecho de no poder dormir, así que una grabación centrada precisamente en lograrlo no les ayuda. Hay muy pocas técnicas que sean universales”, explica por teléfono.
La paradoja de esta guía audiovisual del buen dormir es, en realidad, circular: así como las pantallas son enemigas del sueño, el sueño lo es de Netflix. La serie, de siete episodios de menos de 20 minutos cada uno, aborda el asunto desde el principio. La segunda entrega, titulada Apagar el teléfono por la noche, se centra en los efectos negativos de usar dispositivos digitales a la hora de dormir. Como en el resto de sus episodios, se divide en dos partes. La primera funciona a modo de reportaje, desactivando mitos sobre lo que favorece y perjudica la calidad del descanso y apoyando su narración con animaciones que mantienen un tenue código cromático. Luego, los recursos visuales se reducen casi al mínimo para acompañar a un ejercicio de relajación, muy similar a los archivos de audio que Headspace ofrece desde su aplicación electrónica. La intención, por tanto, es que no sea necesario para el espectador mirar a la pantalla cuando el ejercicio empieza. “Los contenidos que se basan solo en sonido sí pueden ser aliados, porque además de evitar la luz, no intervienen en uno de los factores más relevantes a la hora de dormir, que es la postura”, comenta Segarra.
La cuenta de un usuario de YouTube, el irlandés Johnnie Lawson, se basa en esos preceptos que apoya el médico. Lleva una década publicando vídeos con paisajes relajantes que están en realidad pensados para ser solo escuchados. El rumor acuático de cascadas y ríos y el canto de los pájaros en bosques ajenos a la presencia humana suenan en grabaciones de hasta ocho horas de duración. En este tiempo, el canal ha acumulado más de 157 millones de reproducciones y ha atraído a 379.000 seguidores.
Headspace, fundada hace algo más de una década por un antiguo monje budista, el británico Andy Puddicombe, ha logrado miles de millones de reproducciones con sus consejos en torno al descanso y la meditación. “Desde la llegada de Headspace, se nos pregunta a menudo si descanso y tecnología no componen un oxímoron. La tecnología en sí misma no es mala; es la forma en la que la usamos, que a través de ella podamos dar consejos sobre cómo descansar es modo positivo de relacionarnos con ella”, argumenta su director de contenidos, Morgan Selzer. Para la paleta de colores, sus responsables han decidido trasladar lo que ya usan en la aplicación: tonos oscuros de azul y de púrpura para ayudar a reducir los efectos negativos de las pantallas”, explica.
Estos formatos híbridos y pseudocientíficos tratan por tanto de trasladar sus contenidos, que encontraron el éxito en formatos de audio, a ventanas mucho más poderosas como la de Netflix y YouTube. Las grandes plataformas se benefician a su vez de un sustancial negocio en torno a la salud que no para de crecer en un mundo lleno de ansiedad e insomnio. Según los estudios de la Sociedad Española del Sueño (SES), un tercio de la población española lo sufre ocasionalmente y alrededor de un 12% lo padece de forma crónica.
El medio económico Bloomberg destacaba en diciembre de 2020 la valoración de mercado de Calm, la aplicación dedicada a la relajación líder en el mundo: 2.000 millones de dólares (1.657 millones de euros). Esta empresa también cuenta con su propio formato audiovisual titulado A World of Calm (Un mundo en calma), disponible en Estados Unidos en catálogos como el de HBO Max y que recurre a las voces de Nicole Kidman, Idris Elba y Keanu Reeves, entre otros, para adormilar a su audiencia.
Su contrapunto, Guía Headspace para dormir bien, tiene una predecesora también disponible en Netflix España desde principios de año, Guía Headspace para la meditación. Sus responsables ya preparan una tercera propuesta “que será interactiva”, avanza Selzer, y que complete esta trilogía del bienestar no apta para los amantes de los atracones de series.
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