El guiñol de Dominic Cummings quiere reír el último
El asesor de Boris Johnson tendrá su marioneta en la nueva edición de 'Spitting Image', mientras madura sus planes para desmontar el modelo de la BBC
Bravo: vuelve Spitting Image, el teatrillo satírico de personalidades de la política, la realeza y la farándula que hizo reír a británicos y extranjeros entre 1984 y 1996. En España inspiró a los añorados guiñoles de Canal +, en tiempos en que la gente soportaba mejor el humor ácido o al menos no había un Twitter para recoger a tanto ofendido.
ITV y BBC ...
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Bravo: vuelve Spitting Image, el teatrillo satírico de personalidades de la política, la realeza y la farándula que hizo reír a británicos y extranjeros entre 1984 y 1996. En España inspiró a los añorados guiñoles de Canal +, en tiempos en que la gente soportaba mejor el humor ácido o al menos no había un Twitter para recoger a tanto ofendido.
ITV y BBC anuncian para otoño el regreso del programa en su plataforma BritBox. Solo podrán aprovechar la marioneta de la incombustible reina Isabel; en vez de las de Thatcher, Major, Reagan o Al Pacino veremos las de Boris Johnson, el príncipe Andrés, Trump, Putin, Kanye West... y la de Dominic Cummings, Rasputín del primer ministro, estratega del Brexit e intrigante mayor del Reino.
Cummings —quien busque un buen retrato puede acudir a Brexit: The Uncivil War en HBO— está poniendo patas arriba la política británica, el alto funcionariado, las fuerzas armadas... y tiene un plan para la televisión. En 2004, la fundación que dirigía declaró a la BBC el “enemigo mortal” de los conservadores, y apostaba por promover algo como Fox News, exitosa cadena de propaganda trumpista. El modelo de la mejor televisión pública del mundo se apoya en un blindaje de su independencia y de su financiación, a través de un canon que pagan todos los hogares. Ahora el spad (special adviser) da pasos para desmontar esa tasa: empezó por eximir a los mayores de 75, y ya lanza la idea de despenalizar el impago.
Cummings pasa momentos bajos, tras ser pillado de viaje en pleno confinamiento, pero Johnson le debe todo y será difícil que lo frene. Veremos cómo lo cuenta su guiñol. Él aspira a reír el último.