Ruedas de prensa sin periodistas
Las medidas por la crisis del coronavirus llevan al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, a comparecer en una sala completamente vacía
Las asociaciones profesionales de periodistas han protestado con contundencia ante las frecuentes comparecencias de los políticos sin aceptar preguntas. Alzar una barrera infranqueable ante la prensa es una actitud defensiva, además de un ataque a la libertad de información. Las ruedas de prensa sin preguntas aparentan una contradicción en sí mimas. Son, además, una anomalía democrática. Alimentan el periodismo declarativo y lo transforman en pura propaganda.
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Las asociaciones profesionales de periodistas han protestado con contundencia ante las frecuentes comparecencias de los políticos sin aceptar preguntas. Alzar una barrera infranqueable ante la prensa es una actitud defensiva, además de un ataque a la libertad de información. Las ruedas de prensa sin preguntas aparentan una contradicción en sí mimas. Son, además, una anomalía democrática. Alimentan el periodismo declarativo y lo transforman en pura propaganda.
La crisis del coronavirus ha provocado una situación inédita en la manera en la que el Gobierno se dirige a los medios de comunicación. Las medidas de aislamiento llevaron este jueves al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, a comparecer en la sala donde habitualmente se celebran las conferencias de prensa tras la reunión del Consejos de Ministros, completamente vacía. Los periodistas, en la distancia, formularon las preguntas de manera telemática a través de la aplicación WhatsApp. Unas veces mediante mensajes de texto, otras enviando un autovídeo. El secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, iba dando paso a las cuestiones planteadas por los periodistas. Las puertas de La Moncloa estaban cerradas a cal y canto, no por hostilidad hacia la prensa sino como media preventiva frente a la pandemia.
Hubo preguntas genéricas y otras de índole más personal. En esta categoría se encuadra la realizada por la representante de la agencia Reuters que quiso saber si Sánchez u otros miembros del Gobierno estaban infectados por coronavirus y las medidas que tenía previsto adoptar para garantizar que no se contagia. “Seguir las recomendaciones y protocolos del Ministerio de Sanidad, como cualquier otro ciudadano”, dijo Sánchez, que hizo mención al positivo de la titular de Igualdad, Irene Montero.
Las mismas precauciones adoptadas en La Moncloa han llevado a las cadenas de televisión a emitir sus programas en directo sin público en el plató. Una situación tan sorprendente como ver a Kiko Hernández o a Chelo García-Cortés, habitualmente enredados en disputas sobre la vida privada de los famosos, envueltos en una tertulia sobre el coronavirus en la que participó como experto en la materia el doctor Jesús Sánchez Martos. Este mediático médico acrecentó su fama durante su etapa como consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Ante la ola de calor del verano de 2017 y la falta de aire acondicionado en los colegios, Sánchez Martos recomendó a los escolares que fabricaran abanicos de papel para combatir la canícula en el interior de las aulas. (Afortunadamente, las medidas contra el coronavirus las difunde Fernando Simón). Cuando los programas de entretenimiento quieren hacer información sale lo que sale: infotainment.