“Estamos supermaltratados”. El Gobierno deja en el aire una ayuda millonaria a la investigación en IA para cientos de académicos

El Ministerio de Ciencia explica que estudian “diferentes escenarios ante la posibilidad de no poder sacarla adelante”

Diana Morant, ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, conversa con Joan Subirats, su predecesor en Universidades, en un acto en Barcelona en enero de 2023.Gianluca Battista

En julio de 2023, el entonces Ministerio de Universidades publicó una convocatoria de ayudas para fomentar la investigación con inteligencia artificial (IA) en otras disciplinas. El objetivo era reunir a informáticos e ingenieros con investigadores de otros ámbitos para que la IA se aplicara en áreas como desafíos sociales y políticos, impacto ambiental o sistemas físicos.

A pesar de ser pleno verano y de ser una iniciativa compleja, cientos de investigadores en docenas de universida...

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En julio de 2023, el entonces Ministerio de Universidades publicó una convocatoria de ayudas para fomentar la investigación con inteligencia artificial (IA) en otras disciplinas. El objetivo era reunir a informáticos e ingenieros con investigadores de otros ámbitos para que la IA se aplicara en áreas como desafíos sociales y políticos, impacto ambiental o sistemas físicos.

A pesar de ser pleno verano y de ser una iniciativa compleja, cientos de investigadores en docenas de universidades y centros prepararon sus propuestas. En septiembre de 2023 las presentaron, luego llegaron las alegaciones y correcciones y en diciembre debían empezar a concederse. Pero nunca supieron nada más.

“Estamos supermaltratados, pero esto es un nivel superior”, dice un catedrático que pidió una de las ayudas. “Cuando un Gobierno decide que quiere promocionar algo y luego no lo hace, el resultado es que nos fastidia. Solo pedimos que no mareen, que nos dejen trabajar”, añade. EL PAÍS ha consultado a cuatro investigadores con propuestas presentadas. Prefieren no dar su nombre para que sus futuras propuestas para ayudas públicas no se vean afectadas: “Si hablo con mi nombre me hunden”, dice uno de los implicados. Su decepción y rabia por el retraso se unen a la posibilidad de que el programa directamente se cancele, algo que han oído al menos dos de ellos.

Un portavoz del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades confirma que el formato actual del programa no se va a mantener: “El Ministerio estudia diferentes escenarios que permitan el uso de estos fondos ante la posibilidad de no poder sacar adelante la citada convocatoria en su formato actual”. El Gobierno no da más detalles sobre qué pasará con las ofertas presentadas ni si se mantendrán los 31 millones prometidos en otro “formato”.

El Gobierno añade que la convocatoria “sufre una demora en la gestión interna para resolverla definitivamente” por dos motivos: uno, el paso de la cartera de Universidades que hasta entonces tenía Joan Subirats al Ministerio de Ciencia de la ministra Diana Morant en noviembre de 2023, después de las elecciones; y, dos, por los cambios en la Secretaría General de Universidades en mayo.

En mayo abandonó el secretario de Universidades, José Manuel Pingarrón, que estaba en el cargo desde 2018 y que había sobrevivido a tres ministros. Pingarrón nunca fue del círculo confianza de Morant y había ido perdiendo competencias desde que situaron por encima de él a un secretario de Estado de Ciencia y Universidades, Juan Cruz Cigudosa. El nuevo secretario de Universidades nombrado en mayo fue Francisco García Pascual, hasta entonces jefe de gabinete de Cruz.

Hay un problema de credibilidad

Estos movimientos políticos importan poco a los investigadores que se han quedado por ahora sin proyecto, a falta de confirmación oficial, y sin saber siquiera si se lo habían concedido. “Es un problema enorme porque se han creado muchas expectativas, pero sobre todo hay un problema de credibilidad en su compromiso con la ciencia de este Ministerio”, dice otro de los investigadores.

Este programa formaba parte de uno de los ejes de la Estrategia Nacional de IA, publicada en diciembre de 2020 y con una dotación total de 600 millones de euros procedentes de Next Generation EU. En una nota de junio de 2023 este plan era bautizado como “red de excelencia española en IA” y pretendía “impulsar el talento y atraer el talento internacional”. En aquel momento, la dotación prevista era de 32 millones de euros, uno más que en el plan final. En mayo el Gobierno anunció otros 1.500 millones para la IA, repartidos en la creación de un centro de datos sostenible, el supercomputador de Barcelona y un nuevo modelo llamado Alia, del que aún no se sabe nada.

Cada proyecto del programa de ayudas podía pedir hasta dos millones de euros y debía incluir entre un 30% y un 50% de investigadores en IA y al menos un 30% de mujeres en cada equipo. El correo electrónico oficial para consultas no responde desde hace tiempo y la página de ayuda del viejo Ministerio de Universidades está caída sin redirigir a ninguna otra. La dirección del desaparecido Ministerio de Universidades sí redirige al de Ciencia.

La convocatoria inicial anunciaba que la duración de las actuaciones sería de dos años: no podría rebasarse el 31 de diciembre de 2025, “fecha límite establecida por los compromisos adquiridos dentro del marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia”. Esa imposibilidad en los plazos podría presuntamente ser uno de los motivos para la posible cancelación.

Si finalmente acabara suspendiéndose, a los investigadores afectados les costaría entenderlo y aceptarlo: “Todos esperamos que la convocatoria no se suspenda, ya que no sería ni comprensible ni aceptado sin más. No hemos hecho nuestras propuestas para probar suerte como quien juega a la lotería, sino con mucho esfuerzo y con el ánimo de seguir ayudando al país a través de la ciencia y el desarrollo tecnológico”, dice otro de los investigadores consultados.

Aunque nadie se engaña. Saben que la ciencia y la tecnología nunca ha sido en España una cuestión delicada que haga perder votos: “Si fuera otra cosa que hace más ruido que los investigadores, pasaría eso, pero como nosotros no hacemos ruido, pues nada. A nivel político no tienen que buscar ninguna excusa. Pero al menos sí a nivel legal. Tienen que poner una razón creíble. Los plazos en los que tendríamos que gastarnos los fondos europeos podría ser una excusa, pero no está claro que sirva legalmente”, explica otro académico.

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