IBM se suma al desarrollo de la inteligencia artificial nativa en español
La multinacional firma un acuerdo con el Gobierno para usar sus plataformas de IA y de supercomputación en la creación de un sistema abierto y entrenado para entender y responder a 500 millones de hispanohablantes
El lenguaje es la herramienta más poderosa de la inteligencia humana. Permite la comunicación, la representación, la interpretación del entorno, la reflexión, la resolución de problemas y el desarrollo del conocimiento, además de ser un elemento de identidad cultural. Hasta ahora, la inteligencia artificial (IA) habla sus propios lenguajes de programación y, principalmente, inglés, el idioma predominante en el ámbito tecnológico. El resto de las lenguas, mayoritariamente, se traduce generando errores y limitaciones en sus resultados. España quiere acabar con esa brecha que afecta a 500 millone...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El lenguaje es la herramienta más poderosa de la inteligencia humana. Permite la comunicación, la representación, la interpretación del entorno, la reflexión, la resolución de problemas y el desarrollo del conocimiento, además de ser un elemento de identidad cultural. Hasta ahora, la inteligencia artificial (IA) habla sus propios lenguajes de programación y, principalmente, inglés, el idioma predominante en el ámbito tecnológico. El resto de las lenguas, mayoritariamente, se traduce generando errores y limitaciones en sus resultados. España quiere acabar con esa brecha que afecta a 500 millones de hispanohablantes en el mundo y ha firmado ya un acuerdo con Microsoft para el desarrollo de una IA nativa en español. Este viernes, IBM se ha sumado a esta cruzada e incorpora sus plataformas de inteligencia artificial y de supercomputación a este avance, que incluirá las lenguas cooficiales, y al desarrollo de nuevos materiales para semiconductores.
No se trata solo de que las aplicaciones de conversación sean más precisas en la interacción con hispanohablantes: la clave es que la inteligencia artificial, que permite, según Hazem Nabih, director de tecnología para Oriente Próximo en Microsoft, “un aumento de la productividad en cualquier compañía de entre un 30% y un 50%”, llegue a todo el mundo que habla español (el 6% de la población mundial) sin dejar atrás a pequeñas y medianas empresas o personas con conocimientos limitados de inglés.
También es fundamental para lo que el ministro de Transformación Digital español, José Luis Escrivá, define como “soberanía tecnológica estratégica”, una independencia que considera “crucial para sectores críticos de la economía o la seguridad”. “La IA nos sitúa en el umbral de una nueva revolución industrial, con un impacto potencial muy significativo en términos de ganancias de productividad para un gran número de sectores económicos, y en la mejora de los servicios públicos para nuestros ciudadanos”, ha afirmado el ministro.
El acuerdo también impulsará la implantación de una administración digital eficaz que permita presentar la declaración de la renta o el acceso a servicios en todo momento mediante la interacción con una máquina por voz y por escrito. O para la incorporación de inteligencia artificial a la asistencia sanitaria, a la educación e incluso a la administración de justicia.
El pasado 19 de febrero, Brad Smith, presidente de Microsoft, firmó un acuerdo con el Gobierno español para colaborar en esta cruzada y cuadruplicar su inversión hasta superar los 1.800 millones de euros en dos años, la mayor de los 37 años de presencia de la compañía en España. Este viernes, Darío Gil, vicepresidente mundial de IBM y director de la división de investigación, ha firmado otro acuerdo con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y Escrivá para poner a disposición de este proyecto su tecnología de programación, así como sus herramientas e infraestructura de IA.
IBM colaborará en el desarrollo de modelos de lenguaje grandes (LLM, por sus siglas en inglés), como los que utilizan ahora ChapGPT (Open AI) o Gemini (Google), y pequeños (SLM). Los primeros son complejos, utilizan más parámetros (billones) y son más difíciles y costosos de entrenar. Pero son fundamentales para el desarrollo de tareas complicadas y que impliquen una salida creativa. Los segundos, menos sofisticados, se utilizan para soluciones más simples y son claves para precisar la eficacia de buscadores, como el Bert de Google, para pequeñas y medianas empresas o para ampliar la comunidad de creadores y desarrolladores de IA.
El desarrollo de una inteligencia artificial en español implica una dificultad por la diversidad de hablas entre sus 500 millones de usuarios. Darío Gil afirma que están preparados: “No hay problema alguno. De la misma manera que hay modelos entrenados en distintas lenguas, se puede entrenar un modelo en las distintas hablas de un determinado idioma. La dificultad no estriba tanto en mezclar distintas hablas, sino en conseguir suficientes ejemplos de cada una de esas hablas para que todas estén representadas de igual manera. En este sentido, la capacidad que hemos desarrollado en IBM para crear modelos a partir de una comunidad abierta, es la mejor arma que hay para asegurar el correcto desarrollo de ese modelo”.
Tampoco cree el vicepresidente de IBM que la menor presencia del español como idioma tecnológico sea una dificultad añadida. “La tradición tecnológica ―o ausencia de ella― de un idioma determinado, sea el español o cualquier otro, no es muy relevante a la hora de generar estos modelos. Lo relevante es conseguir suficientes textos en ese idioma para entrenar al modelo y en español hay muchos. Y los que falten para ganar conocimiento en una determinada habla del español u otra, podemos conseguirlos gracias a la aproximación de comunidad abierta a la que se han comprometido el Gobierno español e IBM”.
La “comunidad abierta” en la que insiste Darío Gil es una de las claves de la propuesta de IBM, que se centra en un desarrollo de programación compatible con tecnologías ajenas a la marca y accesible a cualquier integrante de la comunidad a la que va dirigida. “Este esfuerzo colaborativo tiene como objetivo beneficiar al sector público y a las pequeñas y medianas empresas”, explica la compañía. “Será abierta, por supuesto”, ratifica el responsable de investigación de IBM.
Puedes seguir a EL PAÍS Tecnología en Facebook y X o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.