Escuelas de idiomas en el metaverso y clases de conversación con ChatGPT: la IA llega a la enseñanza online
Los últimos avances en inteligencia artificial y realidad aumentada están transformando la enseñanza de idiomas en internet. Ya es posible practicar la expresión oral sin necesidad de que haya una persona al otro lado de la pantalla
Apenas ha transcurrido medio año desde que ChatGPT revolucionó el mundo de la tecnología y nuestro día a día. La inteligencia artificial generativa ha abierto camino prácticamente en todos los ámbitos: desde el laboral hasta el del entretenimiento, y ahora también en el educativo. La enseñanza de idiomas a través de la web se está valiendo de esta herramienta para suplir algunas d...
Apenas ha transcurrido medio año desde que ChatGPT revolucionó el mundo de la tecnología y nuestro día a día. La inteligencia artificial generativa ha abierto camino prácticamente en todos los ámbitos: desde el laboral hasta el del entretenimiento, y ahora también en el educativo. La enseñanza de idiomas a través de la web se está valiendo de esta herramienta para suplir algunas de sus antiguas carencias, como la práctica de la expresión oral. Hasta ahora, sin la interacción con una persona real que intercambiara ideas con el estudiante, era prácticamente imposible lograr alguna mejoría en este aspecto.
Las aplicaciones que ponen en contacto a hablantes nativos que están aprendiendo el idioma contrario e intercambian mensajes o llamadas de teléfono desde distintas partes del mundo llevan años en funcionamiento. Pero con ChatGPT ya no resulta necesario que el interlocutor sea un ser de carne y hueso. Los tutores virtuales, programados con IA generativa, han llegado para hablar con nosotros en el idioma que elijamos; no solo de forma escrita, sino también oral.
Emma es uno de los tutores IA que han surgido a raíz de la expansión del chatbot (robot conversacional) de OpenAI. Pertenece a la plataforma Talk Pal AI y ayuda a practicar hasta 16 idiomas, al extraer información de ChatGPT y hacer preguntas al alumno. La conversación tiene bastante fluidez, pues solo tarda unos cuantos segundos en responder a lo que el usuario le plantea. Emma ofrece información sobre los asuntos que interesan al estudiante, pero, sobre todo, le hace preguntas para que mejore sus competencias en el idioma, ya sea por escrito o por audio. Las herramientas como Talk Pal AI, que no han hecho más que multiplicarse durante los últimos meses, ayudan no solo con la expresión oral y escrita, sino también con la comprensión auditiva y lectora. El chatbot de la popular app Duolingo ya ofrece también su servicio con la última versión de ChatGPT. Eso sí, estas webs y aplicaciones suelen limitar su versión gratuita a unos cuantos minutos al día o a una versión de prueba.
El propio ChatGPT también ayuda a resolver dudas durante el aprendizaje de un idioma. Si se le realizan consultas sobre vocabulario o cultura, ofrece información y explicaciones; y si se plantea una duda sobre una pronunciación, desglosa la palabra y explica el sonido de cada letra y sílaba.
Sin embargo, no solo esta novedad ha llegado pisando fuerte en los últimos tiempos; diversos sectores están incorporando la realidad virtual y la aumentada para ofrecer servicios que antes no resultaban posibles. Tras la popularidad que adquirió el metaverso de Facebook, sobre todo durante el pasado año, han surgido institutos de idiomas que buscan seguir su estela y ofrecer un mundo propio, aunque no sea exactamente en esa plataforma. Es el caso, por ejemplo, del Instituto King Sejong, el centro oficial de enseñanza del idioma coreano. El pasado mes de febrero, esta fundación dependiente del Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo de la República de Corea lanzó el Metaverse Institute, un espacio virtual de comunicación en tiempo real “en el que los estudiantes de todo el mundo pueden comunicarse cuando y donde sea”, explica Haiyoung Lee, presidente del Instituto. Ya han utilizado la plataforma casi 46.000 estudiantes de 144 países; 413 de ellos, en España.
El Metaverse Institute utiliza animaciones 2D, por lo que no puede considerarse una herramienta de realidad virtual, pero la intención es la misma: crear una extensión del mundo real, un espacio virtual en el que interactuar desde casa emulando lo que se haría en persona. En este caso, se trata de un pequeño Seúl en el que es posible practicar coreano con personas de todo el mundo, aprender sobre la cultura del país y tener acceso a libros de texto completos de distintos niveles.
El Instituto Sejong pretende “brindar la posibilidad de practicar el idioma a aquellos que no tienen la oportunidad de hacerlo de manera oral”. Incluso algunos profesores recurren a este espacio para impartir sus clases, puesto que se pueden mantener conversaciones por voz y a través de la cámara.
Quien sí ha dado el salto al metaverso de Meta con su servicio GoVR ha sido la plataforma de clases en línea GoStudent, que de momento está operativa en Alemania y en Austria. Podría decirse que el objetivo es parecido al del Instituto Sejong: se trata de crear un entorno inmersivo repleto de avatares para aprender y practicar; solo que, en este caso, sí forma parte de la herramienta de Meta y, por tanto, se requiere el equipamiento tecnológico correspondiente, las gafas de realidad virtual. GoStudent continúa ofreciendo clases online con tutores humanos, pero traslada la lección de la videollamada a un entorno virtual: el metaverso. Con esta posibilidad, la empresa pretende que los alumnos ganen confianza al hablar otro idioma y que, además, el proceso de aprendizaje sea más divertido: los estudiantes tienen acceso a más de 40 localizaciones virtuales (como restaurantes, clubes de comedia o unos estudios de televisión), donde los ejercicios se completan en equipo.
Autoaprendizaje en el día a día
Además de estas herramientas que buscan ofrecer novedades a la altura de los cambios que vivimos, las que llevan años disponibles también se actualizan constantemente para ofrecer una mayor inmediatez, como los traductores. Desde que existe el traductor online, que ha desbancado a los diccionarios físicos, se ha convertido en un instrumento esencial durante el aprendizaje de un idioma. Lo más habitual es usar el servicio de Google, o el que viene instalado por defecto en los móviles o una app de traducción de un idioma específico.
El traductor de Google dispone de una herramienta especialmente útil y que no suele encontrarse en aplicaciones similares: la traducción simultánea por imagen. Al seleccionar la opción de tomar una imagen o subirla desde el dispositivo, si se elige abrir la cámara y se sitúa frente a lo que se desea traducir, aparecerá el texto en el otro idioma encima del texto original, sin necesidad ni siquiera de capturar la fotografía. El sistema operativo de los móviles de Apple (iOS) incluye esta capacidad de traducción instantánea, disponible en la app Traducir y también en las apps compatibles. En otras aplicaciones similares, aparece la traducción una vez que analiza la imagen subida, por lo que el resultado no es tan inminente.
Además, tanto Android como iOS disponen de una opción para traducir una conversación en el momento. Se pulsa el micrófono del idioma correspondiente y ambos interlocutores pueden ver las traducciones y contestar en el mismo dispositivo. El traductor integrado en iOS incluso permite situar los micrófonos uno enfrente del otro en la pantalla, para que cada persona pueda pulsarlo cuando lo necesite y leer el resultado, manteniéndose en la posición natural para la interlocución. Estas herramientas resultan especialmente adecuadas para situaciones cotidianas y para los viajes.
Si el idioma que se está estudiando tiene caracteres distintos a los de nuestra lengua, como el japonés o el chino, la herramienta de escribir con el dedo o con un bolígrafo especial para las pantallas también es idónea. De esa forma, además de no tener que descargar en el teléfono el teclado en otro idioma, se puede practicar la escritura cada vez que se desee realizar una consulta.
Igual que esos traductores online, los asistentes personales virtuales como Siri, Alexa o Google llevan años en funcionamiento y no dejan de actualizarse para mantener el ritmo de los cambios. Si se configura el dispositivo para que el idioma en el que responda el asistente sea el que se está aprendiendo, el usuario se obligará a sí mismo a practicarlo, enfrentándose a situaciones diarias y utilizando vocabulario habitual. Algunas aplicaciones, como Rosetta Stone, incluso permiten que Alexa dé lecciones sobre expresiones y vocabulario.
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