¿Se puede predecir el futuro de la guerra en Ucrania? Es lo que intenta una comunidad de pronosticadores en internet
Hay gente atenta a sus pronósticos, como el bielorruso que dejó este mensaje agradecido: “Me mudé de Kiev a Lviv el 13 de febrero gracias a este hilo. Salgo hoy del país”
Al día siguiente de que Rusia invadiese Ucrania, una persona escribió un mensaje de agradecimiento en un foro: “Solo quiero decir que me mudé de Kiev a Lviv el 13 de febrero gracias a este hilo de predicción y a sus estimaciones[.] Salgo de Ucrania hoy. Gracias a todos”.
El mensaje lo dejó el usuario availablegreen en Metaculus, una comunidad que se dedica a predecir el futuro respondiendo preguntas como la que lo empujó ...
Al día siguiente de que Rusia invadiese Ucrania, una persona escribió un mensaje de agradecimiento en un foro: “Solo quiero decir que me mudé de Kiev a Lviv el 13 de febrero gracias a este hilo de predicción y a sus estimaciones[.] Salgo de Ucrania hoy. Gracias a todos”.
El mensaje lo dejó el usuario availablegreen en Metaculus, una comunidad que se dedica a predecir el futuro respondiendo preguntas como la que lo empujó a dejar su ciudad: ¿Rusia invadirá Ucrania antes de 2023? En diciembre, la predicción comunitaria decía que había un 40% de probabilidades. Y el 13 de febrero, cuando availablegreen dejó Kiev, que había un 60%. Por entonces, la inteligencia de EE UU ya decía que iba a ocurrir; mucha gente no lo creyó, pero Metaculus decidió hacerlo.
Las comunidades de predicción viven un auge. En Metaculus, Polymarket, Good Judgment o Insight se plantean preguntas sobre todo. Sobre política: ¿Ganará Macron las elecciones francesas? Muy probable (94%). Sobre la pandemia: ¿Añadirá la OMS una nueva variante de covid a la lista de “preocupantes” en 2022? Probable (74%). O sobre catástrofes: ¿Qué riesgo hay en Londres de morir el mes que viene por una explosión nuclear? Unas 24 micromuertes, 24 opciones entre un millón, según un grupo de pronosticadores reputados del que forma parte el madrileño Nuño Sempere.
Sempere, que escribe una newsletter sobre estos temas, explicaba cómo funcionan las plataformas: “Metaculus es un grupo de personas que piensan que estas preguntas son importantes, y que tener modelos del mundo que sean capaces de hacer predicciones es importante. Imagínate una comunidad colaborativa del tipo Wikipedia o Reddit, que en vez de escribir artículos o seleccionar contenido interesante, genera investigaciones y una probabilidad que las resume”.
Estas predicciones las popularizaron tres profesores de Pensilvania —Philip Tetlock, Barbara Mellers y Don Moore—, que en 2013 ganaron una competición financiada por la inteligencia de EEUU. Demostraron que algunas personas son mejores haciendo esto, a quienes luego llamarían superpronosticadores, y que agregando sus presagios, un equipo de generalistas podía igualar o batir el acierto de los expertos de la CIA.
Pero la comunidad que ha surgido va más allá.
¿Cómo lo hacen?
Los pronosticadores usan fuentes abiertas. Explotan la información que hay internet, desde estudios científicos, a noticias de prensa o datos públicos. Como ha dicho Sam Freedman: “Cualquier persona en Twitter puede, si filtra bien la información, estar mejor informado sobre el curso en tiempo real de la guerra que Lyndon Johnson sobre Vietnam”.
Además, se sabe la receta para predecir mejor. Primero, se necesita un cierto tipo de mirada: cuantitativa, probabilística, parsimoniosa, dispuesta a cambiar de opinión. Segundo, ayuda el uso métodos de agregación mejores que una mediana (por ejemplo, conviene extremar: si dos personas con información diferente te dicen que la probabilidad de lluvia es un 50%, debes apostar a que lloverá con más del 50% de probabilidad). Y tercero, algo lógico, pero a menudo olvidado: hay que tener tener una voluntad real de acertar.
¿Cuánto aciertan?
En la comunidad no están muy satisfechos con sus aciertos en esta guerra, aunque a mí me parece meritorio haber dicho en enero que la invasión era algo probable.
También he seguido otra predicción suya que empezó fallida, pero que se movió deprisa. Me resultó útil para organizar mi cobertura: ¿Caería Kiev bajo control ruso antes del 1 de abril? El segundo día de la invasión, en Metaculus veían probable la caída (80%), como la mayoría de observadores que esperaban un avance rápido de los rusos. Pero pronto corrigieron.
Al quinto día la probabilidad había bajado al 67%, el 6 de marzo al 37% y el día 15, dos semanas antes del plazo, era de solo un 10%. Más interesante aún: ahora creen que la probabilidad de que la capital resista otros dos meses, hasta el 1 de junio, es del 80-85%. ¿Acertarán?
Un éxito de Metaculus han sido sus predicciones durante la pandemia de covid, como explicaba Juan Cambeiro desde Nueva York, al que conocí cuando encabezaba el ranking de los mejores pronosticadores, y que ahora trabaja para la plataforma. “Hacia el 2 de diciembre, los pronosticadores de Metaculus predijeron con éxito que ómicron superaría rápidamente a delta”. También que tenía “una transmisibilidad intrínsecamente mayor, que erosionaría la protección conferida por las vacunas e incluso que sería menos letal que delta”.
Por supuesto, la gente de Metaculus no es un oráculo ni mucho menos infalible. Casi nunca ofrecen predicciones rotundas. Pero sí se han demostrado correctos en un sentido clave: están bien calibrados. Los sucesos a los que asignan una probabilidad del 60%, ocurren el 60% de las veces (más o menos), y aquellos con probabilidad 90%, ocurren el 90% (más o menos).
¿Por qué lo hacen?
Hay plataformas donde se puede predecir para ganar dinero o criptomoneda, pero los motivos principales, de momento, parecen ser la afición y el compromiso. Si internet nos ha enseñado algo, es que la gente puede dedicarle mucho tiempo a sus intereses.
Para Sempere no es un juego: “Las apuestas deportivas me parecen absurdas y no les veo la gracia. Se estructuran para generar adicción”. Él también predice en concursos y mercados pagados, pero les encuentra ventajas e inconvenientes: “Permite invertir más esfuerzo. Pero colaborar es más difícil”.
La clave es que tanto Sempere como Cambeiro creen que su trabajo es útil y tiene mucho potencial. Todos tenemos que tomar decisiones rápidas y bajo incertidumbre. Esto es obvio para un alcalde o un directivo, pero es igual para el señor que cerró su bar en la pandemia o para la joven que decide no comprarse una casa por miedo a la recesión. Estas plataformas, como dice Sempere, pueden producir probabilidades sobre “cuánto va a durar una cuarentena, o sobre quién va a ser el siguiente presidente”. No van a decidir por ti, pero pueden arrojar luz e informar tus decisiones. Cambeiro subraya que ya está pasando: “Muchas personas han tomado decisiones con nuestros pronósticos con la covid. Muchos usuarios y yo estábamos tomando precauciones antes que nadie”.
¿Este puede ser el caso de availablegreen? No puedo asegurar que sea cierto, aunque he hablado con él y desde luego lo parece. Un joven bielorruso que vivía en Kiev y que en febrero, ya preocupado, se acordó de haber leído sobre estas plataformas (”fui a ver qué decían los mercados de predicción”). Confiando en ellas, y en lo que veía en The New York Times y en Twitter, tomó una decisión: abandonar la ciudad para irse primero a Lviv y luego a Varsovia.
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