Los teletrabajadores empiezan a colonizar Canarias
Más de 8.000 profesionales se instalan en el archipiélago tras la llamada del Gobierno autonómico para paliar el desplome del turismo
Sonia Amroun es una emprendedora parisina de 34 años, responsable comercial de la startup francesa Mobeelity. En diciembre hizo las maletas para huir del mal tiempo y el confinamiento en Francia. Sonia iba a quedarse un mes, hasta que conoció La Palma y se quedó. Ahora, ha decidido compatibilizar su profesión con la gestión del coliving rural Casa Benahoares en el municipio de Los Llanos de Aridane. “Se ha acabado esa idea de que los grandes cerebros han de estar en una metrópoli y vivir una vida estresante para progresar en sus...
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Sonia Amroun es una emprendedora parisina de 34 años, responsable comercial de la startup francesa Mobeelity. En diciembre hizo las maletas para huir del mal tiempo y el confinamiento en Francia. Sonia iba a quedarse un mes, hasta que conoció La Palma y se quedó. Ahora, ha decidido compatibilizar su profesión con la gestión del coliving rural Casa Benahoares en el municipio de Los Llanos de Aridane. “Se ha acabado esa idea de que los grandes cerebros han de estar en una metrópoli y vivir una vida estresante para progresar en sus carreras”, asegura a través de videoconferencia. “Trabajo 12 horas, siete días a la semana. Pero miro a las montañas y soy feliz. La Palma es mi sueño hecho realidad”.
La industria turística de las islas languidece como pocas en toda España. Las calles están vacías en los principales centros, con menos de un 40% de la planta alojativa (unas 170.000 camas) abierta. El archipiélago es ya la comunidad autónoma con más paro, y la práctica totalidad de agentes económicos y políticos alertan de una situación social explosiva a corto plazo. Mientras llega la vacuna, la apuesta por el teletrabajo se ha convertido en un salvavidas para muchos empresarios. Los profesionales que llegan tienen una capacidad adquisitiva mucho mayor que el turista medio y también gastan más. Y eso, sin generar el impacto del turismo de masas.
La llegada de este tipo de empleados se ha incrementado en un 10% mensual desde el pasado mes de septiembre, cuando el Gobierno de Canarias anunció un plan dotado de 500.000 euros ―básicamente para campañas de marketing y formación― destinado a atraer a unos 30.000 profesionales en una década. Por ahora, la cifra total se estima en 8.000, provenientes de lugares diversos como Alemania, Francia, Reino Unido y, cada vez más, EE UU, según la Asociación Canaria de Espacios Colaborativos. Este es un movimiento nuevo aún no contemplado por las encuestas tradicionales como Frontur y Egatur.
Para Tracy Keogh, de 22 años, esto supone un cambio de calado. No es solo una teletrabajadora irlandesa que se ha decantado por Canarias en tiempos de coronavirus. Es cofundadora de Grow Remote, una startup irlandesa apoyada por el Gobierno del país que trata de conectar empresas con empleados de todo el mundo que trabajan en remoto. “Ya no se trata simplemente de autónomos que deciden viajar. Es un cambio de paradigma, una nueva forma laboral”. La consejera de Turismo, Yaiza Castilla, confirma esta apreciación. “Durante este último año, aquella intención de trabajar remotamente desde otros lugares se ha vuelto más rotunda”.
Reconversión
Juan Betancor se ha apuntado a esta reconversión. Su negocio inmobiliario Living Las Canteras (Las Canteras es la principal playa de Las Palmas de Gran Canaria) funciona desde 2010 y gestiona, entre otras propiedades, 16 viviendas en primera línea. “Hasta el año pasado, de un 5% a un 10% de los alquileres provenía de teletrabajadores. Desde octubre, estos suponen el 90%”. Sin embargo, el negocio ya no es tan rentable como solía ser: un turista llegaba a pagar 900 o 1.000 euros por una semana; los trabajadores en remoto apenas se dejan 1.400 por todo el mes.
Fiona Murray es una de estas teletrabajadoras que ha alquilado una habitación a Betancor. Irlandesa de 44 años, abandonó Londres en octubre para vivir con vistas a la playa. “Mi vida allá se había convertido en una pesadilla”, explica desde su terraza. “Ahora trabajo más que antes, pero nado todos los días en el Atlántico”. Murray era directora de Informa, una empresa que organizaba ferias de alimentación y que ha redirigido su actividad hacia la intermediación y el comercio con Asia.
La pelea no se ciñe únicamente a atraer profesionales. Las empresas tecnológicas están en el punto de mira de Cosme García Falcón, director general de la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria (Spegc), un organismo dependiente del Cabildo insular. “Solo en esta isla hay instaladas 12 empresas de animación digital y postproducción”, explica. Según sus datos, el empleo que genera este tipo de empresas casi se ha triplicado en apenas dos años y está permitiendo al talento local entrar en el mercado. La organización, además, acaba de editar en inglés y castellano la guía Cómo establecerte en Gran Canaria, en la que explica desde trámites hasta consejos y soluciones a los problemas habituales que pueden encontrarse las familias con proyectos de reubicación.
Servicios
La creciente llegada de teletrabajadores ha disparado el interés de empresarios por facilitar servicios. “Sobre todo en lo que respecta a la convivencia cooperativa”, explica Ignacio Rodríguez, empresario y miembro ejecutivo de la Asociación Mundial de Teletrabajo. “Es lo que creo que va a crecer significativamente, dado que los espacios de cotrabajo se han visto más afectados por las restricciones”. El cotrabajo consiste en profesionales que deciden compartir un mismo espacio de trabajo, tanto físico como virtual, para desarrollar sus proyectos profesionales de manera independiente, a la vez que fomentan proyectos conjuntos. La convivencia cooperativa constituye una evolución del cotrabajo en el mercado de la vivienda: consiste en crear espacios para residentes con intereses afines (el teletrabajo, por ejemplo), para que además de compartir un espacio de trabajo, compartan una casa donde puedan seguir intercambiando experiencias laborales y vitales.
En el bum no participan solo pequeños empresarios. El Grupo Mur es una cadena local con cuatro hoteles en Gran Canaria y Fuerteventura. “Hay que ir con las tendencias”, asegura su consejero delegado, Mario Romero Mur, expresidente del Círculo de Empresarios de Gran Canaria. Es por eso por lo que abrirá en noviembre un inmueble de nueva construcción en el pujante barrio playero de Guanarteme.
No todo gira en torno a las ciudades. Sonia Amroun ha encontrado la felicidad en un municipio palmero sin costa de apenas 21.000 habitantes. Como ella, dos emprendedores tinerfeños, Carlos Jonay Suárez y Elsa Rodríguez, se han propuesto atraer teletrabajadores al mundo rural con la iniciativa Pueblos Remotos. “Queremos conectar entonos rurales con teletrabajadores, conectar a los actores y a los emprendedores locales y los emprendedores entre sí, e intentar generar así beneficios socioeconómicos con el mínimo impacto negativo”, aseguran en una videoconferencia. Su primer proyecto se desarrollará en Icod de los Vinos (norte de Tenerife). Su objetivo es llevar allí a diez personas de cualquier parte del mundo dispuestas a teletrabajar desde el 23 de mayo al 13 de junio, a condición de implicarse en seis proyectos de emprendedores del municipio.
La pandemia llegará a su fin (previsiblemente), y muchos teletrabajadores volverán (previsiblemente también) a sus lugares de origen. Canarias y sus empresarios luchan por expandir su ejemplo y que se queden o, al menos, repitan. Con Fiona Murray parecen haberlo logrado. “En junio volveré a Londres”, explica. “Pero voy a hablar con mis jefes para que me dejen teletrabajar todo diciembre. He de mantener a Canarias en mi vida”.