¿Es posible que Facebook se vaya de Europa?
Expertos rebaten la idea de las consecuencias, beneficios y problemas que implicaría la salida del gigante tecnológico del viejo continente
Nada puede descartarse en el mundo de las redes sociales controladas por los gigantes tecnológicos. Por eso, desde que Facebook recibió la orden de la Comisión de Protección de Datos de Irlanda en la que le indicaba que ya no podría enviar los datos de sus usuarios europeos a sus servidores en Estados Unidos, el futuro de las operaciones de la compañía en Europa se oscureció. La Comisión de Protección de Datos de Irlanda le ha otorg...
Nada puede descartarse en el mundo de las redes sociales controladas por los gigantes tecnológicos. Por eso, desde que Facebook recibió la orden de la Comisión de Protección de Datos de Irlanda en la que le indicaba que ya no podría enviar los datos de sus usuarios europeos a sus servidores en Estados Unidos, el futuro de las operaciones de la compañía en Europa se oscureció. La Comisión de Protección de Datos de Irlanda le ha otorgado a Facebook hasta mediados de septiembre para responder a la orden, según WSJ.
La orden de Irlanda obliga a Facebook —y podría servir de precedente contra otras grandes tecnológicas— a gestionar los datos de los usuarios europeos en servidores que no estén en Estados Unidos y por tanto migrarlos a otro territorio. La posibilidad de esa operación, difícil y costosa, no ha agradado para nada a la compañía. Y ha llevado a sus responsables en Irlanda a asegurar, en una declaración jurada ante la justicia, que ese panorama pondría en peligro sus operaciones en el continente.
El gigante iba de farol y no se irá. Un día después de organizarse el revuelo, su vicepresidente de Comunicación y Relaciones Internacionales, Nick Clegg, aseguró en un debate sobre las políticas de la Unión Europea que la compañía no tenía intención de irse. “Por supuesto que no [cerraremos en Europa], y la razón por la que no lo haremos, es precisamente porque queremos seguir sirviendo a nuestros clientes y las pequeñas y medianas empresas”, afirmó. Los más de 400 millones de usuarios que tiene y las ganancias económicas que ha obtenido en Europa son motivación suficiente para quedarse. Pero los últimos acontecimientos y declaraciones llevan a pensar que esa hipótesis ha dejado de ser descabellada. ¿Qué pasaría si Facebook dejara el viejo continente?
Enrique Dans, profesor de Innovación de la IE Business School, ya había fantaseado con un futuro así. Y es que, según Dans, la retirada del continente de Facebook, Inc —que también es dueña de Instagram, Messenger y WhatsApp— no sería algo negativo. “Muchos reaccionaríamos pensando en lo positivo que sería para Europa que la que ha sido calificada en múltiples ocasiones como la empresa más nociva de los últimos tiempos se viese obligada ya no a abandonar el mercado europeo, cosa que claramente no va a ocurrir, sino a poner ciertos límites a una actividad que muchísimos usuarios encuentran insoportable, irrespetuosa y vulneradora de su privacidad”, señala Dans quien cita como ejemplo el caso chino, un país con 1.393 millones de habitantes en el que Facebook es irrelevante.
“Sin Facebook, simplemente buscaríamos otra alternativa. Los usuarios chinos utilizan otras plataformas para relacionarse, compartir contenido o acceder a información sobre las actividades de sus amigos, conocidos o personajes públicos a los que quieren seguir. De hecho, la exclusión de Facebook de la escena en China ha fomentado la aparición de competidores locales adaptados al mercado”, aclara Dans. En el país, la red social más utilizada es WeChat, que no solo actúa como Facebook sino también como Whatsapp y varias apps más, según el último reporte de las compañías Hootsuite y We Are Social.
La experta en social media Ana Aldea, fundadora de datasocial y miembro de EO Madrid, coincide con Dans en que la partida de Facebook de Europa es un escenario improbable. Pero difieren en que a ella no le parecería una buena noticia. “Nos hemos acostumbrado a que Facebook sea la vía habitual para contactar con la gente, pero más allá del uso que hacemos los particulares de la red social, el impacto más fuerte sería el económico”, opina Aldea. La experta cita el estudio que la consultora Deloitte hizo sobre las repercusiones económicas de Facebook, Inc. en Europa. “Las cifras hablan por sí solas: han creado más de 783.000 trabajos y aportan 51.000 millones de euros al PIB comunitario”, añade.
El informe How the Tech Giants Make Their Billions (Cómo los gigantes tecnológicos crean sus miles de millones) publicado el año pasado por el equipo de Virtual Capitalist desglosa las fuentes de ingresos de las empresas tecnológicas más grandes, como Alphabet, Amazon, Apple, Microsoft y, por supuesto, Facebook. El estudio reveló que del total de los ingresos de Facebook —que ascendían a 55.800 millones de dólares de dólares anuales (48.0400 millones de euros)— el 43% provenía de Estados Unidos y el 24% de Europa. El porcentaje restante se repartía entre Asia y el resto del mundo. El viejo continente representaba la segunda fuente de ingresos de la compañía, según el informe. En julio de este año, Facebook anunció que a pesar de la pandemia y los boicots, durante el primer semestre la compañía había ganado 10.081 millones de dólares (8.068 millones de euros), casi el doble que en el mismo periodo del año anterior.
La fuerza de la compañía en Europa puede comprobarse con un mapa. Solo en seis países del continente —Bielorrusia, Ucrania, Serbia, Montenegro, Bosnia y Herzegovinia y Croacia— las redes sociales que pertenecen a la compañía no encabezan los listados de las más utilizadas. En estos países es Viber, la aplicación de mensajería instantánea de la compañía japonesa Rakuten, la que lidera el listado. Pero en el resto, 44 países, Facebook se ha coronado, ya sea con WhatsApp, Facebook Messenger o Instagram, siempre en los primeros tres puestos de las más populares.
A Facebook y a los gigantes tecnológicos —Microsoft, Apple, Amazon y Google— los ha perseguido un calificativo que no les gusta escuchar: oligopolio. “Que la tecnología es un oligopolio es un hecho que tiene poca marcha atrás. Algunas voces han propuesto trocearlas para revocar sus oligopolios”, dice Aldea y hace alusión a la propuesta de la senadora Elizabeth Warren, quien durante las elecciones para elegir a un candidato demócrata emprendió una fuerte campaña contra el dominio de las grandes compañías de Internet. Para la experta, ese podría ser uno de los caminos para evitar la dependencia europea y mundial en pocas compañías, como el caso de Facebook con el viejo continente. “Por ejemplo, aunque suene descabellado, Estados Unidos hizo lo propio años atrás con las redes eléctricas, las petroleras o las empresas de telefonía con el objetivo de preservar la competencia. En Europa hasta ahora la opción es castigar a las empresas por abusar de su posición dominante y es lo que ha hecho multando a Google con 1.494 millones de euros, que tampoco es tanto; equivale solo al 1,29% de su volumen de negocio en 2018”, explica.
El profesor Dans coincide con la experta. “En los próximos años, veremos mucha más presión para que las regulaciones y controles de antimonopolio funcionen de forma mucho más agresiva, en Estados Unidos y en Europa, que fue pionera en ese sentido”, augura. Y ha sido esa iniciativa de Europa en la protección de datos lo que ahora tiene a Facebook contra las cuerdas.
Según la autoridad de Protección de Datos de Irlanda, Estados Unidos no cumple con los requisitos mínimos de respeto a la protección de datos y no quiere exponer los de sus ciudadanos europeos. Para Natalia Martos, CEO y fundadora de Legal Army, la orden irlandesa “supone un precedente muy contundente” puesto que es la primera consecuencia después de que la justicia europea decidiera anular el Privacy Shield que regulaba la transferencia de datos a EE UU en julio. “Esta decisión podría extenderse al resto de empresas que hacen transferencia de datos entre la Unión Europea y Estados Unidos por lo que, de llegar a sus consecuencias finales, podría suponer un durísimo golpe a la economía digital de las empresas estadounidenses, ya que las europeas buscarían proveedores ubicados en la región para seguir manteniendo su actividad digital”, explica Martos.
Además, el Tribunal tiene todos los indicios para sospechar que Facebook —una compañía que ha tenido varios escándalos por el controvertido manejo y protección de los datos de sus usuarios— tampoco lo hará, o al menos no bajo los estrictos parámetros que Europa exige.
“Para sus inversores es un éxito seguro y para los accionistas más aún, si tomamos en cuenta que Facebook empezó cotizando a 92 dólares (79.21 euros) y ahora va por 248 dólares (213.53 euros). En términos económicos, tiene un peso relevante para las economías en las que opera”, asegura Aldea, quien tampoco hace oídos sordos a los problemas que la red social ha arrastrado. “Hasta Facebook está de acuerdo en que su uso es peligroso para la salud mental de las personas y ha tenido consecuencias nefastas sobre la sociedad”, concluye la experta.
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