Una juez de Tudela realiza una videoconferencia desde un cibercafé por falta de medios

El testigo interrogado se encuentra fuera de España

Alberto Sánchez no sale todavía de su asombro. El pasado lunes una juez, acompañada por el secretario del juzgado y dos abogados, entraron en el cibercafé que regenta en Tudela para celebrar una videoconferencia con una testigo que se encuentra fuera de España. Según informa el Diario de Noticias de Navarra, las partes tuvieron que desplazarse a un local tan atípico ya que el juzgado no dispone de la tecnología necesaria para celebrar una videoconferencia. Al acabar el interrogatorio, que duró unos 45 minutos, abonaron los tres euros correspondientes por el tiempo de conexión.

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Alberto Sánchez no sale todavía de su asombro. El pasado lunes una juez, acompañada por el secretario del juzgado y dos abogados, entraron en el cibercafé que regenta en Tudela para celebrar una videoconferencia con una testigo que se encuentra fuera de España. Según informa el Diario de Noticias de Navarra, las partes tuvieron que desplazarse a un local tan atípico ya que el juzgado no dispone de la tecnología necesaria para celebrar una videoconferencia. Al acabar el interrogatorio, que duró unos 45 minutos, abonaron los tres euros correspondientes por el tiempo de conexión.

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Eran casi las dos de la tarde cuando Alberto Sánchez, propietario del ciercafé Praga, tuvo que habilitar un ordenador para celebrar una videoconferencia. Los clientes fueron tratados con normalidad y discreción pero no eran unos internautas normales.

La juez y los dos abogados tenían que interrogar a un testigo que no se encontraba en España. Fue una de las partes la que propuso que se celebrase la videoconferencia y, una vez aceptado el trámite por la juez, se desplazaron al cibercafé. A l señor Sánchez no le avisó nadie de la inesperada visita, pero está muy agradecido y dispuesto a ceder su local tantas veces como sea necesario.

El trámite, que duró unos 45 minutos, no alteró el normal funcionamiento del cibercafé. La juez, los abogados y el secretario compartieron la sala con el resto de internautas y con aquellos que, a esa hora, disfrutaban de un café.

La razón por la que el personal del juzgado tuvo que trasladarse hasta el cibercafé Praga es monetaria. La falta de medios en el juzgado de Tudela les obligó a buscar las soluciones fuera del mismo. Una videoconferencia no es, no obstante, excesivamente cara. Apenas se necesita una conexión a Internet medio decente, que ronda los 30 euros mensuales, y una webcam, disponible en el mercado desde algo menos de 40 euros.

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