El juzgado deja en libertad al anestesista que sedó a una niña de seis años fallecida tras ser atendida en una clínica dental
La magistrada estima que en estos momentos no existen suficientes indicios de que la muerte de la menor pueda atribuirse exclusivamente a una imprudencia del investigado
El juzgado de Instrucción número 5 de Alzira ha decretado este jueves libertad con medidas cautelares al anestesista que sedó a la niña de 6 años que falleció el pasado 20 de noviembre en el Hospital Universitario de La Ribera tras ser atendida en una clínica dental de esta localidad valenciana. El especialista, de 43 años, detenido ayer miércoles, acusado de un presunto homicidio imprudente, ha pasado esta mañana a disposición judicial. Tras su declaración, la magistrada explica que, en estos momentos, no dispone de elementos suficientemente incriminatorios contra el anestesista, ni este cumple con los requisitos para dictar prisión como ha solicitado la Fiscalía, según informa el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV).
La jueza no aprecia riesgo de fuga, por encontrar acreditado suficiente arraigo en España del detenido, ni de destrucción de pruebas y expone que es necesario obtener la historia clínica de ambas menores y los resultados de las analíticas de las muestras obtenidas. Y entiende que, en este momento incipiente de la instrucción, no existen suficientes indicios racionales de que la causa definitiva de la muerte de una de estas menores pueda ser atribuida exclusivamente a una imprudencia profesional grave o menos grave del investigado.
El profesional queda así investigado en una causa abierta por los delitos de homicidio por imprudencia profesional, lesiones por imprudencia profesional, hurto y omisión del deber de socorro; además, deberá comparecer de forma periódica ante el juzgado, se le ha retirado el pasaporte y no podrá salir del territorio nacional. Este jueves, el anestesista ha abandonado el juzgado en torno a las cinco de la tarde, tapado con una capucha, según fuentes presenciales, después de más de cinco horas de declaración.
La dueña de la clínica, que también fue arrestada ayer, quedó a las pocas horas en libertad con cargos después de su declaración ante el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, a la espera de que la cite la autoridad judicial, según informó la Jefatura Superior de Policía de la Comunitat Valenciana.
La gerente, de 50 años, está acusada de los delitos de omisión del deber de socorro y contra la salud pública, mientras que el anestesista es también sospechoso de haber hurtado medicamentos anestésicos del hospital público en el que trabaja para emplearlos, supuestamente, en otras clínicas privadas con las que también colaboraba esporádicamente.
Los agentes detuvieron a la odontóloga y gerente de la clínica dental ayer miércoles en Alzira después de que se produjera en Valencia el arresto del anestesista, que sedó tanto a la menor fallecida, de 6 años, como a otra niña de 4 que sufrió lesiones y que ha estado ingresada hasta el martes en el Hospital Clínico de Valencia. Finalmente recibió el alta.
El anestesiólogo, a pesar de que la clínica dental no consta en los registros de Sanidad con la debida autorización, aplicó sedación intravenosa para relajar a la menor, de seis años, antes de retirarle varios dientes de leche y practicarle algunos empastes. Los padres de la fallecida indicaron en el relato de los hechos que estuvo cuatro horas en observación en el centro privado de odontología al no recuperarse de la sedación. Finalmente, fue dada de alta y una vez en casa, pareció recuperarse hasta que su estado empeoró gravemente y fue trasladada con una parada cardiorrespiratoria al Hospital de La Ribera, donde murió al poco de ingresar.
Los hechos están siendo investigados por el Juzgado de Instrucción número 5 de Alzira, que ha abierto diligencias previas para investigar tanto el fallecimiento como las lesiones sufridas por la otra menor.
Sanidad suspendió cautelarmente las actividades de las clínica, que permanece clausurada al público como advierte un cartel colgado en la puerta del establecimiento.