La justicia de Italia separa a tres niños de sus padres por no estar escolarizados y no contar con servicios higiénicos básicos
Un tribunal suspende la custodia alegando que la cabaña en medio del bosque no dispone de agua corriente y los niños no sociabilizan
El Tribunal de Menores de L’Aquila (centro de Italia) ha separado de forma provisional a tres niños de sus padres porque no estaban escolarizados y vivían aislados en una cabaña en el bosque que no cuenta con servicios higiénicos básicos. El caso ha despertado un gran interés en el país transalpino y ha generado una fuerte polémica a nivel nacional. Los pequeños han sido trasladados a una casa de acogida y tras una larga mediación entre los servicios sociales y las autoridades judiciales, la madre ha podido acompañarlos, mientras que el padre se ha quedado en la casa, también para cuidar de los animales que tiene la familia.
Catherine Birmingham, australiana de 45 años, profesora de equitación y su esposo Nathan Trevallion, inglés de 51 años, cocinero y artesano, vivían con sus hijos, una niña de ocho años y sus dos gemelos de seis años en una cabaña que habían comprado y reformado recientemente en una zona de bosque, a 40 minutos de la ciudad, en la región de los Abruzos, en el centro de Italia. Habían instalado paneles solares para generar energía, tenían sistema de calefacción eléctrica y chimenea, pero no contaban con agua corriente, aunque sí potable. El baño estaba en un cuarto anexo a la vivienda, en lugar de dentro.
La pareja tomó la decisión de instalarse en el campo para llevar un estilo de vida más saludable y sostenible. Cultivan los alimentos que consumen, extraen agua de un pozo y generan electricidad con paneles solares. Tienen un caballo que la mujer transportó desde Italia, un burro, gatos, gallinas y dos perros. Además, enseñaban ellos directamente a sus hijos en casa, con la ayuda de un profesor particular a domicilio, en lugar de enviarlos a la escuela.
El caso comenzó a tener resonancia mediática a inicios de este mes, cuando se supo que el tribunal estaba investigando la situación de los menores y tomaría en breve una decisión sobre el futuro de los tres niños. La justicia estaba estudiando su caso, aunque vivieran en esas condiciones por decisión propia y no hubiera señales de maltrato en ellos.
Todo comenzó en septiembre del año pasado, cuando la familia sufrió una grave intoxicación por comer setas venenosas. En aquella ocasión llamaron a los servicios de emergencia que los trasladaron al hospital. Los sanitarios advirtieron a las autoridades judiciales y se activaron también los servicios sociales, que han inspeccionado la vivienda en varias ocasiones, y han alertado de que la casa no dispone de cédula de habitabilidad. Esta semana, el tribunal, a petición de la fiscalía de menores, decidió suspender la custodia de los menores, alegando que la vivienda no dispone de un baño en su interior y que los niños no tienen interacciones sociales ni pueden jugar con otros niños libremente. Los jueces también han penalizado el hecho de que los padres hayan optado por enseñar a sus hijos en el contexto de su hogar y practiquen el conocido como homeschooling.
Los padres han ofrecido entrevistas a distintas televisiones mostrando su casa y el ambiente en el que vivían los niños. Tratan así de demostrar que los niños, según ellos, estaban bien en ese ambiente. Han explicado que un maestro profesional va a su casa de forma periódica para dar clase a los niños, que además han hecho algún examen escolar en centros educativos de la región de Toscana. También han justificado por qué los niños no tienen teléfonos móviles, ni televisión y han enseñado cómo transcurrían sus días en el campo o con los animales. La pareja ha señalado que vivir así les hace bien y hace que se sientan más conectados con la naturaleza, “más tranquilos y en paz”.
Según señalan los medios locales, el tribunal ha fundado su decisión también en el hecho de que los padres rechazaron la petición de los servicios sociales de que se realizaran pruebas médicas a los niños para comprobar su estado de salud. El abogado de la familia ha explicado que los menores tienen asistencia médica regular y un pediatra que les hace el seguimiento pertinente.
La fiscalía ha descrito la casa de la familia como “ruinosa y con graves daños estructurales”, pero los padres han afirmado que la están reformando y han enseñado el proceso de reforma y las instalaciones renovadas en algunos programas de televisión.
El caso ha despertado una gran atención mediática en Italia. Los ciudadanos se han movilizado para tratar de ayudar a la familia con las obras de la casa, por ejemplo. Una asociación animalista ha lanzado una petición online para reclamar que devuelvan a los niños a “la familia del bosque”, como son conocidos en Italia, que cuenta con más de 130.000 firmas.
En general, la mayoría de ciudadanos está mostrando solidaridad con la pareja por su modo de vida saludable, cercano a la naturaleza, lejos de las tecnologías y del estrés de la ciudad.
Aunque se les conoce como “la familia del bosque”, en realidad no viven en una zona completamente aislada. A su alrededor hay muchos árboles, pero también hay otras casas, ya que se trata de un área habitada. Los padres han explicado que una vez a la semana suelen ir a San Salvo, una localidad cercana de 20.000 habitantes. “Allí los niños conocen el mundo”, juegan en el parque y están en contacto con otros niños, según han relatado.
Su historia no solo ha llamado la atención del público, sino que también ha tenido eco en la política. El vicepresidente y líder de la Liga, Matteo Salvini, ha defendido públicamente a estos padres y ha dicho que resulta “vergonzoso” que el Estado les haya quitado a los niños. También ha aprovechado la ocasión para hacer campaña con uno de sus clásicos caballos de batalla política: los campos de asentamiento de la comunidad romaní. Según él, en estos lugares hay niños que viven en condiciones peores, “¿y en este caso dónde están los servicios sociales?”, ha protestado.
Después de que realizara estas declaraciones ha intervenido incluso la primera ministra, Giorgia Meloni, que ha dicho estar “alarmada” por la decisión del tribunal y ha anunciado que está valorando junto al ministro de Justicia, Carlo Nordio, la posibilidad de enviar inspectores del ministerio al juzgado que ha tomado la decisión de separar a los menores.
La ley italiana contempla la separación forzada de los menores de su núcleo familiar en el caso de que estén en una vivienda inadecuada, o de que haya dificultades en su proceso educativo o fuertes conflictos familiares. En cualquier caso, por el momento no se trata de una medida definitiva y la familia ya ha anunciado que recurrirá la decisión del tribunal.