Juana Rivas, citada a declarar el 26 de febrero en Italia en el juicio contra su expareja por malos tratos a sus hijos
En el otro proceso abierto en el país, sobre la custodia del menor ahora asignado a Francesco Arcuri, el tribunal celebrará la vista en enero
El proceso abierto en el tribunal italiano de Cagliari, Cerdeña, contra Francisco Arcuri por malos tratos a sus hijos, nuevo episodio judicial del caso de Juana Rivas, se ha reanudado este jueves, en su segunda sesión, y la principal novedad ha sido que ha fijado el calendario de las próximas vistas: Juana Rivas ha sido citada a declarar ya en la siguiente audiencia, el 26 de febrero, junto a su hijo mayor, Gabriel, que vive con ella en España. Ambos declararán como “personas perjudicadas”, según ha explicado su abogado, Fabio Cannas.
La siguiente sesión será el 12 de marzo, con los testigos de la Fiscalía. Luego seguirán en las semanas siguientes los de la defensa y acusación. Arcuri, que ha asistido a la vista de este jueves, puede decidir al final del juicio si presta declaración o no.
En este juicio su expareja, el italiano Francesco Arcuri, ha sido acusado por Rivas de maltrato físico y psicológico a sus dos hijos, el menor de los cuales, Daniel, vive actualmente con su padre, que tiene su custodia. Precisamente sobre este punto se ha producido este jueves otra novedad importante, en otro proceso abierto en Italia, en este caso civil: según fuentes jurídicas, el próximo 8 de enero el Tribunal de Casación italiano, equivalente al Supremo español, se celebrará por fin la vista final sobre el recurso presentado por Juana Rivas contra la decisión de asignar la tutela del menor a su expareja. Ese día solo se celebrará la sesión, luego el tribunal deberá escribir la sentencia y hacerla pública, algo para lo que pueden pasar semanas o meses.
Según ha avanzado el abogado de Rivas, cuando preste declaración en febrero en Cagliari se reafirmará en su denuncia y “quizá hará una reconstrucción detallada que permita entender que efectivamente el hijo [menor] sufrió las violencias, porque hay certificados médicos, fotografías”. Por el momento, no ha sido citado el hijo menor, de 11 años.
Arcuri, a la salida de la audiencia, ha asegurado la agencia EFE que está tranquilo, ya que la justicia “siempre” le ha dado “la razón”. “Es una oportunidad para aclarar todo, para aclarar las falsas acusaciones”, ha manifestado.
El otro asunto que el tribunal ha resuelto este jueves es la petición de la defensa de que se nombrara un tutor para el hijo menor que siguiera el proceso para defender sus intereses: los jueces la han rechazado. Esta fue la cuestión previa que causó en septiembre la interrupción del juicio y el aplazamiento hasta este jueves.
En el escrito de la Fiscalía se acusa a Arcuri de insultar a sus hijos, llamándoles “gusanos repugnantes como su madre, que no valían nada, llamándolos hijos de puta, gilipollas, imbéciles y otros epítetos similares”.
El juicio en Italia continúa este complejo caso, cuyo último y polémico capítulo fue el pasado mes de julio: la entrega a su padre del hijo menor, que se había quedado con su madre, sin volver a Italia, tras las vacaciones de Navidad. Un día antes, la Audiencia de Granada ordenó investigar a Rivas por posible sustracción de menores, delito por el que ya fue condenada en 2018 y parcialmente indultada en 2021 por el Gobierno, y por el que deberá declarar el próximo 30 de octubre.
En Italia, el proceso penal ahora en marcha en realidad arrastra un retraso de seis años, y durará al menos dos o tres años, en las sucesivas instancias, hasta una sentencia firme. La primera denuncia de Rivas contra su expareja por maltrato de los menores es de febrero de 2019. Fue a los dos años de que estallara el conflicto, cuando en 2017 ella se llevó a los hijos a España durante un mes. Tras aquella primera denuncia, luego presentó varias más, pero la Fiscalía sarda siempre las fue desestimando y archivó el caso. Sin embargo, la defensa de Rivas en Italia solicitó el año pasado a la Fiscalía General del tribunal de Cagliari, un organismo superior, que asumiera el caso y lo reabriera. Esta instancia judicial estudió las diligencias, sí vio indicios de delito y ordenó reabrirlo, hasta que ha desembocado en el juicio actual.