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El grueso de las autonomías comunican los resultados de los cribados de cáncer de mama y repiten pruebas en casos dudosos

Una revisión de los protocolos de las comunidades revela que cuentan con normas para evitar escándalos como el de Andalucía, donde 2.000 mujeres no recibieron información sobre sus mamografías

Tras un cribado de cáncer de mama, “todas las mujeres deben ser informadas del resultado”, independientemente de cuál sea. Lo dice Cristina Romero, especialista en la materia de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), que defiende un...

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Tras un cribado de cáncer de mama, “todas las mujeres deben ser informadas del resultado”, independientemente de cuál sea. Lo dice Cristina Romero, especialista en la materia de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), que defiende unos programas, los españoles, “que son referencia en Europa y salvan vidas”. Los protocolos de la mayoría de las comunidades autónomas establecen estas comunicaciones, y pruebas adicionales en un corto plazo de tiempo en el caso de que los resultados no sean concluyentes, según ha confirmado EL PAÍS.

Esto no sucedió en Andalucía con alrededor de 2.000 mujeres, a las que nunca les llegó el resultado de su prueba, algunas de ellas con anomalías, y que en algunos casos acabaron desarrollando un cáncer que no se trató a tiempo por una posible negligencia que ya está en manos de la justicia

La Junta de Andalucía anunció ayer un cambio en el protocolo del programa actual, que es la tercera versión del primero de 2002, para incorporar la obligatoriedad de que a las mujeres cuyo cribado tiene un resultado de no concluyente se les informe expresamente de ese diagnóstico, informa Eva Saiz.

El Gobierno andaluz interpreta que esta última versión no recoge los plazos que sí se incluían en la modificación de 2005 que establecía tiempos de respuesta obligatorios tras la realización de la prueba: 15 días para analizar la mamografía desde su realización; 30 para comunicar los resultados y 15 o 30 días para contactar con las beneficiarias, en función del resultado de la prueba, ya fuera benigno o maligno.

Estas comunicaciones se parecen, de una u otra forma, a lo que incorporan los protocolos de la mayoría de las comunidades que las consejerías de salud han trasladado a este periódico, o bien que son accesibles en internet.

La doctora Romero explica que, a grandes rasgos, los resultados de una mamografía pueden encasillarse en tres categorías. La primera es que la mama sea “rigurosamente normal”. “En estos casos se le comunica por carta y lo normal es que el informe quede en su historia clínica para que pueda ser consultado”, explica.

En la segunda categoría el tumor está descartado, pero sí se aprecia alguna peculiaridad. “La mama es un órgano hormonal y vivo, cambia en toda la vida. Y dentro hay muchas cosas, no solo cáncer. Podemos ver un nódulo, una verruguita, un quiste... que no implican un tumor, pero que requieren revisiones, como cuando el dermatólogo te ve un lunar que no es un melanoma pero quiere vigilar”, cuenta Romero. Estos casos también deben ser notificados, junto con la citación para una próxima revisión, cuya demora dependerá del caso concreto.

La tercera categoría engloba un grupo de lesiones que plantean dudas a los radiólogos. “Estos se deben revisar en una semana o 15 días. Un mes como mucho”, continúa Romero. La mayoría de estos casos, informan las páginas web de muchas consejerías, acaban siendo benignos, pero es algo que hay que revisar cuanto antes para descartar un tumor o, si se presenta, tratarlo cuanto antes.

La radióloga reconoce que, como en todo diagnóstico clínico, se pueden cometer fallos, pero que son la ínfima minoría. “También puede haber errores de muchos tipos en la notificación, pero no nos consta que sean frecuentes”, continúa.

La médica se esfuerza en subrayar la importancia de que las mujeres vayan al cribado sin miedo: “Tenemos tecnología muy avanzada, que emiten mínima radiación y que son capaces de detectar un tumor de tres milímetros. Y en este caso el tamaño importa. No es lo mismo tratarlo ahí que cuando mide dos centímetros”.

Es por esta razón por la que los cribados se generalizaron en España a partir de los años 90. Son las comunidades autónomas y sus servicios de salud los que tienen las competencias, y los protocolos tienen ligeras variaciones, pero en esencia, se parecen mucho.

Esto no quiere decir que siempre se cumplan, como recuerda la Asociación Española Contra el Cáncer, que alerta de que hay poca información sobre los retrasos y que es imposible saber los plazos reales, más allá de los que están sobre el papel.

Protocolos de las comunidades

Los cribados empiezan entre los 45 y los 50 años y terminan generalmente a los 69, pero hay comunidades, como Asturias, que llegan a los 71. Las revisiones son siempre cada dos años, excepto en casos como los descritos antes, que presenten alguna anomalía y requieran una revisión, o una acción más rápida.

En las situaciones en las que existen sospechas de un tumor, los protocolos siempre establecen la comunicación con la mujer para hacer pruebas complementarias. Lo que no coincide siempre es el método de contacto y el plazo. Algunas de ellas, no especifican, como Cataluña, País Vasco o Galicia, que establecen que es el hospital el que se tiene que poner en contacto con la afectada para citarla.

Es frecuente un plazo de una semana o 15 días, como marca Aragón, Navarra, Cantabria o Castilla-La Mancha. En algunas, como sucede en La Rioja, lo marca “uno o dos” días en casos muy sospechosos. Madrid lo cifra un máximo de un mes, pero tres días en los más urgentes.

En cuanto al método de contacto, algunas precisan que se realiza una llamada telefónica, otras por mensajes, por carta, y las hay que no especifican.

En Cantabria, por ejemplo, depende del caso: si hay sospecha, se llama por teléfono y se les da cita en 10 o 15 días. Si es un resultado dudoso que no se puede catalogar, se les envía una carta para una cita en no más de un mes. En ambos casos se envían SMS recordando la cita.

La consejería de la Generalitat de Valencia informa de que tras el cribado, solo 3 de cada 100 mujeres necesitarán de otras pruebas en el Hospital que le corresponda según su sistema de aseguramiento, para confirmar o descartar el diagnóstico, tales como ecografías o biopsias.

“Es normal que se inquiete pero debe saber que en la mayoría de los casos el resultado será normal. Sólo a 1 de cada 10 mujeres se les diagnosticará un cáncer de mama. En esos casos la mujer será citada en la consulta del Hospital correspondiente para ofrecerle toda la información necesaria y personalizar su tratamiento”, concluye.

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