El Papa sigue recortando el poder del Opus Dei: interviene su emblemático santuario en Torreciudad
Francisco nombra un comisario pontificio con todos los poderes para asumir la gestión del enclave tras la disputa entre el obispado de Barbastro y la Obra por el control y los ingresos del complejo
El Papa ha dado un claro golpe de mano en el conflicto que desde hace cuatro años enfrenta al obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, con el Opus Dei por el control del santuario de Torreciudad, en la provincia de Huesca: ha apartado a la Obra de la gestión del recinto, según ha anunciado la Santa Sede en un breve comunicado al mediodía de este miércoles. Francisco ha nombrado “comisario pontificio plenipotenciario para el complejo de Torreciudad” al arzobi...
El Papa ha dado un claro golpe de mano en el conflicto que desde hace cuatro años enfrenta al obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, con el Opus Dei por el control del santuario de Torreciudad, en la provincia de Huesca: ha apartado a la Obra de la gestión del recinto, según ha anunciado la Santa Sede en un breve comunicado al mediodía de este miércoles. Francisco ha nombrado “comisario pontificio plenipotenciario para el complejo de Torreciudad” al arzobispo español Alejandro Arellano Cedillo, de 62 años, decano del Tribunal de la Rota Romana. Es decir, será ahora la máxima autoridad del centro, una dura e insólita decisión para el Opus Dei, al que le quita de las manos uno de sus lugares más emblemáticos. Y el hecho de que el comunicado vaticano hable de “complejo”, y no de santuario, es un matiz significativo, en el sentido de que el enviado papal adquiere el control de todo lo que ha crecido alrededor de la ermita original.
Este enclave espiritual, inaugurado en 1975 y que recibe en torno a 190.000 visitantes al año, es de gran importancia simbólica y lugar de peregrinación para la organización religiosa, pues se halla en torno a una ermita a la que acudió de niño su fundador, Josemaría Escrivá de Balaguer, para agradecer la curación de una grave enfermedad. La Obra siempre lo ha gestionado al margen de la diócesis donde se halla, según los acuerdos firmados en 1962 cuando se puso en marcha el proyecto de construcción del recinto, hasta que en 2020 el obispo decidió cambiar este estatus y también aumentar la contribución económica que recibe del santuario. Entonces comenzaron los problemas. También para Pérez Pueyo, que ha sido objeto de críticas y ataques de sectores católicos conservadores. Ahora el Papa interviene para poner orden.
La Obra ha reaccionado con una breve respuesta en una nota de prensa: “Las autoridades de la Prelatura estarán a total disposición de Mons. Arellano, colaborando en lo que sea necesario, con filial adhesión al Santo Padre”. La diócesis, por su parte, también ha publicado un breve comunicado: “El Obispado de Barbastro-Monzón tiene plena confianza en alcanzar con esta intervención la resolución de este asunto que constituye una oportunidad para regularizar el estatus de Torreciudad y erigirlo, canónicamente, como santuario”.
La decisión de Jorge Mario Bergoglio, a la espera de cómo se desarrollen los acontecimientos, se puede interpretar como un respaldo a la posición de Pérez Pueyo, con una connotación clara en la línea de las decisiones que ha ido tomando el Papa con respecto al Opus Dei: todos deben someterse a las reglas y a los obispos, que son la máxima autoridad eclesiástica en una diócesis, y no hay excepciones. La Obra había sido siempre una clara excepción, muy particular, dentro de la Iglesia católica, gracias sobre todo al amparo de Juan Pablo II, pero en el mandato de Francisco, jesuita, ha visto cómo se han reducido sus prerrogativas y su margen de maniobra. En 2022 el papa puso la entidad bajo control del Dicasterio del Clero, organismo vaticano al que debe informar de sus actividades, y degradó la figura de su prelado, el máximo responsable de la Obra. Pero en 2023 fue a más, Francisco anuló el carácter exclusivo de prelatura personal de la organización, sin ámbito territorial definido y ajeno a la autoridad de todo obispo, un estatus privilegiado concedido por Juan Pablo II en 1982. Pasó a ser una asociación clerical pública, como otras que ya existen. En España, en otro movimiento de autoridad, el pontífice también intervino en persona en el caso de abusos de un profesor del colegio Gaztelueta de la entidad, en Bizkaia, para ordenar en 2022 que se repitiera el proceso canónico, que había sido archivado mientras el Tribunal Supremo había condenado al profesor acusado.
Escándalo en Argentina
La noticia, además, llega en un momento difícil para el Opus Dei. Afronta, por un lado, un grave escándalo en Argentina, donde este mes la Fiscalía ha acusado a cuatro sacerdotes de la cúpula de la Obra entre 1991 y 2022 de los delitos de reducción a la servidumbre y trata de personas. Es una causa que arrancó en 2021, cuando 43 mujeres de entre 40 y 50 años denunciaron que la entidad las captó cuando eran menores de edad y las hizo trabajar gratis durante décadas como empleadas domésticas. Pero además se acaba de publicar un libro de investigación muy crítico con la organización, Opus (Editorial Critica), del periodista británico Gareth Gore. El subtítulo es: Ingeniería financiera, manipulación de personas y el auge de la extrema derecha en el seno de la Iglesia católica.
El conflicto en Torreciudad comenzó en 2020, cuando el obispo planteó renovar y actualizar los acuerdos sobre la gestión del santuario. Por ejemplo, el pago anual que paga la Obra a la diócesis: 19 euros (3.200 pesetas de la época en que se firmó el primer convenio). El Opus Dei ha argumentado que la cantidad se acordó conforme a una tasación de los inmuebles que adquirió, valorados entonces en 170.000 pesetas (unos 1.021 euros), y que abonó una entrada de 70.000 (420 euros). En cuanto a los ingresos actuales, la memoria del año pasado reflejaba que fueron de más de 1,2 millones de euros (214.751 de ellos en donativos), pero que los gastos superaron el millón, por lo que las ganancias se quedaron en 49.000 euros.
Pérez Pueyo abordó la cuestión porque le dio pie a un cambio de titularidad del enclave iniciado por el Opus Dei. Hasta entonces el santuario pertenecía a la empresa que lo construyó, Inmobiliaria General Castellana. En enero de 2020 esta sociedad anónima cedió la propiedad a la Fundación Canónica Santuario Nuestra Señora de los Ángeles de Torreciudad, registrada como entidad religiosa en el Ministerio de Justicia. El Opus Dei explicó que el trámite era para cambiar la designación de oratorio semipúblico a santuario diocesano.
Sin embargo, las conversaciones entre el obispado y la Obra se convirtieron en un choque abierto. Según el Opus Dei, la diócesis pidió el pago anual de una cuantía desorbitada, mientras desde la otra parte se señalaba que no era una cuestión monetaria, sino que “el expediente de relación presentado necesitaba una actualización jurídica, canónica y pastoral”. En cuatro años se han celebrado una veintena de reuniones sin que se llegara a un acuerdo.
En 2023 el enfrentamiento terminó de estallar. El obispo anunció que iba a designar un nuevo rector del santuario y pidió al Opus Dei que le propusiera una terna de candidatos. La Obra se negó y lo tomó como una intromisión: “Hasta que no haya un nuevo convenio, el nombramiento del rector depende aún de la prelatura”. Pero Pérez Pueyo tiró por la calle de en medio: destituyó al rector y nombró a un sacerdote ajeno al Opus Dei. Desde entonces el conflicto no ha hecho más que envenenarse y la intervención del Papa se veía venir.
El propio obispado de Barbastro-Monzón emitió un comunicado el pasado 25 de septiembre en el que informaba de que la Santa Sede tendría la última palabra en la disputa, pues no había sido posible encontrar una solución ante “las diferencias de criterios con la Prelatura del Opus Dei acerca de la regularización jurídica, canónica y pastoral de Torreciudad”.