Partos en ambulancias: el ejemplo del deterioro de la sanidad pública en Portugal que tiene a médicos y enfermeras en huelga

La actividad sanitaria vive su segunda jornada de restricciones por las protestas por las condiciones de trabajo y la bajada de la calidad asistencial

Médicos y enfermeros lusos vivieron se manifestaban este martes en el primero de los dos días de huelga convocados en Portugal.Rocío Muñoz (EFE)

La actividad sanitaria vive su segunda jornada de restricciones en Portugal debido a la huelga que, por separado, han convocado médicos y enfermeras para protestar por sus condiciones de trabajo y el deterioro de la calidad asistencial. Un buen indicador de las graves carencias por las que atraviesa la sanidad lusa es el aumento de la cifra de partos registrados en las ambulancias, directamente relacionado con el cierre de unidades de Obstetricia y Ginecología...

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La actividad sanitaria vive su segunda jornada de restricciones en Portugal debido a la huelga que, por separado, han convocado médicos y enfermeras para protestar por sus condiciones de trabajo y el deterioro de la calidad asistencial. Un buen indicador de las graves carencias por las que atraviesa la sanidad lusa es el aumento de la cifra de partos registrados en las ambulancias, directamente relacionado con el cierre de unidades de Obstetricia y Ginecología y que obliga a las embarazadas a dar a luz en centros que están a veces a más de cien kilómetros de su domicilio.

Los bomberos voluntarios, que gestionan el transporte sanitario, han alertado este verano sobre el riesgo que esto representa para la salud de las parturientas y de sus bebés. A partir de las informaciones de los bomberos, se estima que este año habían nacido 39 niños en ambulancias hasta finales de agosto, aunque las cifras oficiales del Ministerio de Sanidad rebajaban los casos a 18. “Hay un riesgo inminente. Nunca hemos tenido tantos nacimientos en ambulancias y es inaceptable”, lamentaba António Nunes, presidente de la Liga Portuguesa de Bomberos en el semanario Expresso.

Fue una de las situaciones críticas por las que atraviesa el Sistema Nacional de Salud, fundado hace 45 años, que resaltó la presidenta de la Federación Nacional de Médicos, Joana Bordalo e Sá, en la primera jornada de huelga, convocada el martes. La federación critica el aumento de situaciones que ponen en riesgo tanto a profesionales como usuarios. En un comunicado citaban, entre otras, algunos ejemplos críticos: “El retraso en los concursos de contratación de especialistas que agrava la falta de médicos, la reducción de los equipos que obliga a que unos especialistas sean llamados a intervenir en áreas distintas, la utilización de cirujanos generales para hacer cesáreas o la falta de material quirúrgico o sin esterilizar”.

La federación se desmarcó de un acuerdo alcanzado hace un año por otras organizaciones con el Ministerio de Sanidad y reclama una revisión de los salarios, el regreso de 35 horas semanales o un máximo de 12 horas en servicios de urgencia, entre otras demandas. La primera jornada de huelga fue seguida por el 66% de los médicos, según Joana Bordala e Sá.

Las quejas entre el personal de enfermería tienen que ver también con sus condiciones laborales y salariales. Aunque el día antes del paro cinco sindicatos llegaron a un acuerdo con la nueva ministra de Sanidad, Ana Paula Martins, para subir las retribuciones 300 euros en los próximos tres años, la protesta no se desconvocó.

El cambio político en el Gobierno portugués no ha frenado la conflictividad en el sector sanitario, como sí lo han logrado en otros sectores descontentos como las fuerzas de seguridad. El último año del Gobierno del socialista António Costa se distinguió por una gran presión social de distintos colectivos, que se quejaban de años de recortes salariales y presupuestarios. La llegada al poder del líder del Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha), Luís Montenegro, fue seguida de una política de manos abiertas para atender la mayoría de las reivindicaciones de los empleados públicos, lo que calmó las protestas de policías.

Entre el personal sanitario, sin embargo, la presión se ha mantenido por parte de algunas organizaciones. A ello también ha contribuido la degradación de la asistencia sanitaria registrada en verano. A principios de septiembre, la ministra Ana Paula Martins presentó un Plan de Emergencia y Transformación de la Sanidad, que abre la puerta a la gestión privada de la atención primaria con la creación de 20 unidades de salud familiar que serán gestionadas por el sector privado o social en poblaciones donde hay más falta de médicos de familia. En la actualidad, más de un millón y medio de personas carecen de un facultativo de referencia en la atención primaria.

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